4 de septiembre de 2009

Un problema menor

Fueron los jueces Martín Diego Farrell y María Susana Najurieta los que ordenaron que la fuerza pague $85.000 a la familia de un delincuente que fue baleado por oficiales cuando cometía un robo en un garaje del barrio porteño de Flores. El motivo de la decisión fue el "dolor" que provocó la muerte en su esposa y sus hijos.

Ahora, la Policía Federal deberá indemnizar a la viuda e hijos, según un fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal firmado por los mencionados jueces.

Los magistrados consideraron acertada la decisión del juez de primera instancia de atribuir a la víctima sólo el 50% de responsabilidad por su muerte y basaron su decisión en el "dolor" que motivó el fallecimiento del delincuente en sus familiares.
(...)
"El daño moral debe ser resarcido (...) Delincuente o no, la víctima era esposo y padre. Con o sin defectos, su familia ha debido experimentar un dolor moral por su pérdida y es este dolor el que aquí se resarce", indicaron los camaristas, por lo que se le pagará $50.000 a la viuda, y $15.000, $12.000 y $8.000 al resto de los hijos.

Urgente 24

El problema mayor no son los delincuentes armados y sus sensibles familiares.
El problema mayor son los Farrells y Najurietas.
A tomar nota.

5 comentarios:

Mariano Iraola dijo...

Espero que a ningún miembro de las familias de estos firmadores de sentencia le toque una bala disparada por un delincuente...

SW.357 dijo...

Al contrario. Ojalá les toque.

Francisco D'Anconia dijo...

Suscribo. Ojalá los delincuentes fueran selectivos y se dedicaran a asaltar jueces como estos.

Julio Rougès dijo...

Martín Farrell es una suerte de "liberal" estadounidense -su formación universitaria y su estilo argumentativo es muy similar al de John Rawls y Ronald Dworkin- no marxista pero sí "progre".
Con el abundante tiempo que dispone o se lo da siendo en forma simultánea profesor de Filosofía del Derecho (desde 1985) y vocal de la Cámara Federal Civil y Comercial desde 1984, ha publicado una serie de libros bien escritos.
Por una de esas corruptelas de nuestro sistema universitario, un juez que tiene miles de causas para decidir, puede ser a la vez profesor universitario, y a si a la vez escribe libros de dispar mérito, significa que como juez no trabaja casi nada, y deja todo en manos de relatores. La ausencia de fallos destacados contrasta con su abundante producción bibliográfica.
No merece ser asaltado ni sufrir en carne propia un asalto. Sí debería darse un baño de realidad, y advertir que su progresismo académico a quienes más desprotege es a los pobres honestos y a la clase media que vive en barrios inseguros.
No sé donde reside, pero por cierto no es en el barrio de Flores, y cuenta -como corresponde- con protección policial, por su carácter de magistrado judicial.
Sus posiciones "abortistas" -aunque no se defina así, pues no dice que esté bien- están a tono con el pensamiento "liberal" norteamericano, y son del agrado tanto de la izquierda local, como de gran parte de los liberales argentinos seguidores de Ayn Rand.
Como autor de libros de filosofía del derecho puede opinar lo que quiera, pero como juez -en que recibe aproximadamente U$S 6.000 mensuales libres de impuestos- debería ser consciente que su obligación primaria no es el pretendido lucimiento intelectual en el ámbito académico y bibliográfica, sino impartir justicia.

Julio Rougès dijo...

Martín Farrell es una suerte de "liberal" estadounidense -su formación universitaria y su estilo argumentativo es muy similar al de John Rawls y Ronald Dworkin- no marxista pero sí "progre".
Con el abundante tiempo que dispone o se lo da siendo en forma simultánea profesor de Filosofía del Derecho (desde 1985) y vocal de la Cámara Federal Civil y Comercial desde 1984, ha publicado una serie de libros bien escritos.
Por una de esas corruptelas de nuestro sistema universitario, un juez que tiene miles de causas para decidir, puede ser a la vez profesor universitario, y a si a la vez escribe libros de dispar mérito, significa que como juez no trabaja casi nada, y deja todo en manos de relatores. La ausencia de fallos destacados contrasta con su abundante producción bibliográfica.
No merece ser asaltado ni sufrir en carne propia un asalto. Sí debería darse un baño de realidad, y advertir que su progresismo académico a quienes más desprotege es a los pobres honestos y a la clase media que vive en barrios inseguros.
No sé donde reside, pero por cierto no es en el barrio de Flores, y cuenta -como corresponde- con protección policial, por su carácter de magistrado judicial.
Sus posiciones "abortistas" -aunque no se defina así, pues no dice que esté bien- están a tono con el pensamiento "liberal" norteamericano, y son del agrado tanto de la izquierda local, como de gran parte de los liberales argentinos seguidores de Ayn Rand.
Como autor de libros de filosofía del derecho puede opinar lo que quiera, pero como juez -en que recibe aproximadamente U$S 6.000 mensuales libres de impuestos- debería ser consciente que su obligación primaria no es el pretendido lucimiento intelectual en el ámbito académico y bibliográfica, sino impartir justicia.