Fuera de la burbuja que inflan los publicitarios, los asesores de imagen, y las encuestas de opinión, Buenos Aires desciende cada día un peldaño en la escalera de la decadencia. No me acuerdo de ninguna obra de infraestructura seriamente planificada y proyectada en décadas. Las autopistas de Cacciatore son la última intervención con visión de futuro. Ya llevan treinta años de ejecutadas, y no llegaron a concluirse totalmente. ¿Qué sería hoy de la ciudad sin la criticada obra del Brigadier Intendente?
Puerto Madero, el ponderado barrio mas nuevo de Buenos Aires es un logro en materia de gestión inmobiliaria. Pero a menos de 20 años de iniciarse la renovación ya es imposible circular -ni digo estacionar- en una zona que todo los días suma usuarios.
Pegado a los docks tan chic, rugen los camiones con contenedores. Porque ni la ciudad, ni sus burócratas, ni los operadores, se plantearon que las instalaciones portuarias no pueden convivir mas con una urbe de semejantes proporciones. Hasta Rosario expulsó a su puerto, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Acá no. Igual que en 1834, que en 1852, que en 1863, o 1880, la porteñidad se aferra al puerto. Y el pobre tipo que tiene que laburar en el Bajo se tiene que bancar cada día centenares de camiones en la calle.
No solo el puerto. La ciudad no cedió nada. Nada.
Todas las dependencias federales de importancia, funcionan en un par de kilómetros cuadrados. Hasta el Irízar, en los tiempos que operaba, tenía su base a 500m de la Casa Rosada, aunque su territorio de operaciones estaba abajo del Mar de Wedell y aunque había (¿o hay?) una base naval en Ushuaia. La mortalidad infantil arrasa en el Chaco, en Formosa, en Salta. Pero el Hospital Nacional de Pediatría está en Parque Patricios.
Digna cabeza para un cuerpo anquilosado, contenida en la General Paz se degrada día a día una ciudad que como dice el tango arrastra la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.
2 comentarios:
Miss Argentina: una megalocefálica de cuerpo atrofiado.
Pero aplaudida a rabiar por la familia
Publicar un comentario