2 de diciembre de 2009

Incompetentes


Mauricio Macri ordenó no apelar el fallo que benefició a los dos homosexuales decretando la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del C.C.
Pero los abogados de la Ciudad no podían ignorar que la jueza en lo contencioso y tributario era incompetente, y presumo que lo primero que hicieron fue avisarle a Macri.
Como quiera que sea, por voluntad política, ese fallo -un verdadero mamarracho jurídico- quedó firme.
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La Ciudad no tiene una completa independencia judicial, y sus juzgados son contenciosos y de faltas, pero lo civil y lo penal le pertenecen a los juzgados nacionales.
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Desde ya, la cuestión no era de ninguna manera susceptible de una medida cautelar, habida cuenta que no existía ningún 'peligro inminente'.
Demasiado absurdo todo para mi gusto.
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Después hubo otro fallo -esta vez nacional- que declaró nulo el anterior.
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Ahí me quiero detener un poquito, porque para declarar nulo un fallo se necesita que esta decisión emane de una instancia superior a ambos juzgados.
Y lo único superior a ambos juzgados es la Corte Suprema.
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Por lo tanto, es obvio que en la nulidad también hubo incompetencia, y que no es más que otro mamarracho.
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El primer juzgado -como si fuera poco- enseguida ratificó el fallo original, acentuando y agravando la contradicción.
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Bueno, la historia la conoce todo el mundo, pero yo quiero referirme a otra cosa.
Porque desde el punto de vista de los aspirantes la situación presenta complicaciones.
No es difícil imaginar que pueden alegar que sufrieron un daño real.
Veamos:
Dos tipos se quieren casar.
Van al Registro Civil y los sacan a las patadas porque son del mismo sexo.
Entonces van a la Justicia local y obtienen un fallo favorable.
El Jefe de Gobierno dice públicamente que no apelará, y el fallo queda firme.
Ambos dos preparan todo, convocan a los testigos, organizan la fiesta, compran un paquete turístico al Caribe, se exponen públicamente, etc, etc.
Pero cuando van al Registro Civil el día y hora señalados hechos una pinturita -asquerosa, pero pinturita al fin- se enteran que otro juez dijo que no.
Y que el Jefe de Gobierno ahora dice que no se pueden casar, y que tendrán que esperar a que otros decidan.
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Es obvio que hubo un daño material, y ni te digo moral.
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Después de todo, nos guste o no, esos tipos no hicieron nada malo, y siguieron en todo momento los pasos normales, sin violar ninguna ley, encima exponiéndose a lo que sea.
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Teniendo en cuenta esto, la Ciudad se enfrentará seguramente a un juicio millonario por daños y perjuicios, del que no me cuesta mucho imaginar que saldrá perdidosa.
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No tengo muy en claro cómo terminará todo este bochorno, pero teniendo en cuenta lo que piensa Zaffaroni de estos temas tan relacionados con su condición presumo que la Corte Suprema fallará a favor, casando de una vez por todas las sentencias de los inferiores y poniendo fin a esta desgradable disputa.
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Bueno, si yo fuera abogada de 'los novios' estaría preparando la demanda contra la Ciudad, y me importaría muy poco si finalmente estos tarados se puedan casar o no.
Es más, preferiría que no pudieran hacerlo, para potenciar mi reclamo.
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De hecho, estaría gastando a cuenta.
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Obvio, todo es nogociable, y siempre se puede llegar a un arreglo, cuando hay voluntad.
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12 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Mi duda a esta altura, es si Mauricio será tanto o más pelotudo que la suma de los asesores con que se rodea.

Por suupuesto que la raíz del problema es la de siempre, ninguno de ellos es accountable con su patrimonio.

Mariano Iraola dijo...

Trabajo en la Justicia Nacional en lo Civil, en un Juzgado con Competencia exclusiva en asuntos de familia y capacidad de las personas.
La resolución del Juzgado Civil 85 no declaró nulo el amparo de la Ciudad, sino que solo suspendió la celebración del matrimonio.
Esa resolución fue confirmada en el día de ayer por la Sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo CIvil.
BTW, hoy en mi Juzgado llego la primer información sumaria para inscribir un matrimonio extranjero, celebrado en Canadá, donde los contrayentes son mujeres...
Cuando se resuelva les cuento que pasa.
Saludos.

Bugman dijo...

Es curiosísimo que el matrimonio, que es visto como una institución conservadora y pasada de moda por muchas parejas heterosexuales sea ahora una "conquista" a alcanzar por las parejas homosexuales.

Sine Metu dijo...

Si te estás por recibir de abogado y no sabés a qué rama del derecho dedicarte te paso la posta: DIVORCIOS GAY

Rāḥēl Reznik dijo...

Bueno, pero ni el Civil 85 ni la Cámara son competentes para suspender un fallo del Contencioso porteño.
Es otro mamarracho, de distinto color, y nada más.

@PaloMedrano dijo...

Raquel, lo que ocurre es que el fuero contencioso administrativo y tributario de la ciudad, no tiene competencia para declarar inconstitucional una norma del Código Civil, con lo que su fallo no puede quedar firme nunca, al ser insanablemente nulo. Mutatis mutandi, si un fallo dijera que yo soy un cocodrilo, y Macri no lo apela, no por eso queda "firme" que yo sea un cocodrilo!

Lo que hizo la Justicia Civil, que en materia de asuntos civiles actúa DENTRO de su competencia, fue suspender -alertada por un particular- los efectos de una pseudo-sentencia (nula), que pretendía violar abiertamente una norma de carácter federal, como lo es el Código Civil.

No me parece -por ende- que el fallo de la Cámara Civil haya sido un mamarracho. Seguramente fue un procedimiento demasiado veloz, que no dió lugar a un debate procesal adecuado, pero el culpable de ello no es la Cámara Civil, sino el Sr. Mauricio Macri, quién fue pésimamente asesorado por los "cráneos" que lo rodean, e incumplió sus deberes de funcionario público al no apelar un fallo nulo, que no sólo podía sino que ESTABA OBLIGADO a apelar.

Lo lógico -y presumo que esto es lo que dirá la Corte- es que el tema lo resuelva el Congreso de la Nación.

Si la Corte se extralimita, y declara "inconstitucional" la norma que limita el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer, automáticamente estaría abriendo la puerta a un sinfín de reclamos similares, que de ningún modo podría repeler luego, sin contradecirse gravemente. Por ejemplo: el "matrimonio" entre padres e hijos, el "matrimonio" entre hermanos, o el "matrimonio" entre tres o más personas.

@PaloMedrano dijo...

Más allá de lo anterior, debo advertir que -en mi opinión- hay que distinguir entre "unión civil" y "matrimonio". El primer instituto inhiere exclusivamente al aspecto patrimonial, y en principio no veo mal que dos homosexuales puedan acceder a él, como a cualquier otro contrato. Si yo soy libre para tomar un seguro de vida y poner como beneficiario a Fulanito, ¿porqué no lo sería para designar a éste como beneficiario de una prestación análoga que otorgue el Estado? El instituto matrimonial, en cambio, es mucho más amplio, y no se limita a lo patrimonial, sino a todos los ámbitos de la persona humana. Es que el matrimonio, mal que le pese a algunos sofistas, no fue creado por Velez Sarsfield ni por Rousseau (quienes apenas se limitaron a reconocer su existencia), sino que existe desde que el hombre es hombre, pero no porque los hombres lo hayan inventado en un rapto de lucidez, sino por un motivo mucho más inapelable y poderoso: porque proviene de la misma naturaleza humana!!!

Y aunque a los fanáticos de la revolución permanente no les guste, es la naturaleza la que ha determinado que el matrimonio, sea consustancial con la heterosexualidad. No es cierto, por ende, que el hombre antiguo haya sido un cuco, un "discriminador", o no haya sabido reconocer las bondades del travestismo. Su reconocimiento de la unión entre el hombre y la mujer, por el contrario, tuvo relación con un descubrimiento que no tardó en hacer: que era esa unión la que posibilitaba la procreación humana!!! Ese, y no otro, es el motivo por el cual las normas civiles han reconocido y tutelado al matrimonio a través de la historia!!

Lo que quienes nos precedieron advirtieron, en suma, es que lo mejor para el ser humano (y por añadidura para la sociedad) era criarse en el marco de una FAMILIA. Y la familia, no podía surgir sino de un matrimonio, pero no porque así lo haya diseñado algún constructivista o contractualista, sino -insisto- porque así lo decidió la naturaleza.

El problema, es que las familias felices, como las economías prósperas, o las comunidades pacíficas, molestan tremendamente a los infelices, que a toda costa -y repletos de envidia- desean combatirlas, y si es posible, aniquilarlas.

Esto no sólo se ve en los ataques permanentes que la familia "tradicional" recibe, sino también en las descalificaciones que reciben las personas que han tenido éxito en la vida, o los países que han sabido organizarse y proveer armonía y prosperidad a sus ciudadanos.

Para los fracasados, los inmaduros, los infelices, los adolescentes crónicos, que por supuesto tampoco toleran la religiosidad, ni el patriotismo, todo aquello es imperdonable, y por ello se recocijan y gozan al combatirlo. Su verdadera obsesión (en muchos casos enfermiza) radica precisamente en destruir todo orden que les suene a tradicional, clásico, natural, o simplemente antiguo.

¿Alguien puede creer -por ejemplo- que a los actuales progresistas les interesen un corno los "pueblos originarios"? De ningún modo!! Su único afán al reivindicar para ellos (incansablemente) el rol de víctimas, pasa exclusivamente por molestar, por mortificar, por desafiar a quienes visualizan como los triunfadores de la historia (en este ejemplo lo sería la civilización occidental), pero no para construir algo mejor, sino con la destrucción como un fin en sí mismo.

A los idiotas que defiendan a Cristina Kirchner, por ejemplo, tampoco les interesa combatir o erradicar la pobreza. Y lo han dicho explícitamente: lo que no aguantan, lo que los lastima, no es que haya pobres, sino que haya ricos!!!

@PaloMedrano dijo...

En algún momento, y con tal de aniquilar estas estructuras que les hacen mal (la envidia consume al envidioso), este tipo de gente pensó en el Estado como reemplazante ideal de la familia, con la idea de arrebatar a ésta sus hijos, para formar con ellos el "hombre nuevo", que sería radicalmente distinto -y mejor- que el "viejo".

Por supuesto fracasaron estrepitosamente en aquella empresa, con lo que hoy, ese rupturismo (que algunos llaman izquierda) ya no busca reemplazar a la familia. Con destruirla, ensuciarla, y denigrarla, los infelices se consideran satisfechos.

La obsesión por conseguir el "matrimonio" gay, se enrola a mi juicio en esta misma ola, y no me cabe ninguna duda de que lo que buscan aquellos gays que luchan por estos supuestos "derechos", o se pasean en cola-less por Avenida de Mayo, no es un deseo de superación personal, y mucho menos una demostración de "orgullo", sino una forma de escupirle la cara al resto de la sociedad, y hacerlos partícipes de la insatisfacción que sufren. Si fuesen honestos, sus carteles deberían exhibir la siguiente leyenda: "Si nosotros no podemos ser felices, ustedes tampoco lo serán!"

Algo es seguro: no volveré a votar a Macri.

Klaus Pieslinger dijo...

Lic. Palotes, me tomé la libertad de repartir por mail su comentario anterior al que precede, muy lúcido.

@PaloMedrano dijo...

Muchas gracias, don Klaus por el elogio, y desde ya un honor que difunda mis torpes apreciaciones!

Carlos dijo...

Excelentes comentarios don Juan de los Palotes; coincido totalmente con lo expuesto.

Mariano Iraola dijo...

Raquel, nadie dijo que no sea un mamarracho.
Saludos.