To the land of milk and honey

Bueno, indudablemente Brasil tiene sus encantos, pero éstos se diluyen sensiblemente si de los 15 días previstos llueve durante 14, con brevísimos intervalos de un dudoso resplandor.
Como quiera que sea disfruté muchísimo, pero si el clima hubiera sido otro todo podría haber sido mucho mejor.
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Hoy (el primer y único de sol, por supuesto) es día de preparativos y de hacer las valijas, para volver a viajar.
El periplo esta vez demandará unas 48 horas, y finalmente aterrizaré en mi mundo el lunes por la noche, o el martes a más tardar.
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Ahí me quedaré algunos meses, porque parece que el Benji y la Merce están un poquito cansados de viajar.
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Será hasta el martes entonces.