Esta es la realidad del siglo XXI, que se caga de risa de los anuncios de inclusión social, de las políticas de derechos humanos, de las reivindicaciones del que se proclama el mejor gobierno de los 200 últiomos años.
Esto es lo que pasa mientras miles de millones se evaporan en fideicomisos de obra pública, en proyectos evanescentes, y mientras el clientelismo sostiene a caudillos de cartón pintado.
La historia de los tres hermanos de 14, 16 y 18 años, todos asesinados en menos de seis meses, donde se mezcla el delito, la droga y la marginación, con la nada existencial de varias generaciones de sujetos que dificilmente puedan haber llegado a ser, hacer o sentirse ciudadanos.
Tres que no llegaron a festejar el bicentenario.
1 comentario:
Que terrible. Y cuantos temas cruzados. Filosóficamente incluso, por que las buenas intenciones enunciadas nunca de traducen en buenos hechos?
Me parece que el principal problema es que hay una creencia de causa/consecuencia que es totalmente errada e inexistente.
En un país como el nuestro, los mismos factores que motivan a una fuerza política a dar discursos de "inclusión" y "sensibilidad social" NUNCA la motivaran a tomar medidas que apunten a realizar dichos discursos, más bien lo contrario.
El que promete inclusión social instantánea es el que jamas consumará dicha promesa.
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