9 de septiembre de 2010

Paradoja metalúrgica


Corría 1974 cuando los obreros de las tres empresas metalúrgicas de Villa Constitución se plantaron contra la dirigencia de la UOM de Lorenzo Miguel, y cometieron el delito de lesa-peronismo de elegir una conducción sindical de izquierda, lo que desató una violenta represión por parte de grupos parapoliciales en marzo de 1975 que prácticamente tomaron por asalto la ciudad, ocuparon las fábricas y por la fuerza sofocaron al movimiento sindical villense, que a pesar de las detenciones y los asesinatos mantuvo una huelga por casi dos meses.
Las fábricas eran Acindar, Metcon y Marathon.

Metcon, que era filial de Ford fue vendida y pasó con el tiempo a denominarse Paraná Metal. Después de tambalear y estar al borde del cierre en 2009 cayó en manos de Cristóbal López , uno de los santacruceños llegados a más en la era K.
Ahora, López se abrió de la firma que está al borde de la quiebra, lo que puso otra vez en pie de guerra a su personal, que ya ha conseguido que la CTA llame a un paro nacional, que seguramente no será más que simbólico pero que igual que aquellos días del 74 va a demostrar de qué lado están los gremios oficiales. Sería un magnífico cierre de la circularidad que un tercer "villazo" sea reprimido por las patotas de los Jóvenes Idealistas.


(PS: el episodio de Villa en el 75, según dicen, es la fuente de la novela No habrá más penas ni olvido, espectacularmente llevada al cine por Olivera. De paso, interesante el nombre que tuvo en inglés "Funny dirty little war")


4 comentarios:

Miguel dijo...

Yo estuve en Villa ese dia, en la plaza. Por ese entonces yo militaba en la Juventud Socialista, brazo universitario del PST, el sector Morenista del trotskismo aborigen como nos auto llamábamos en joda. Como tenía a mi disposición el auto de mi viejo, un Di Tella rural, me pidieron que llevara a uno miembro del comité de huelga que era del partido y a Eduardo Pujals, al que llamábamos Pedro. Salimos de Rosario y para evitar los controles fuimos por la ruta a Pergamino y luego por caminos rurales de tierra hasta Emplame y Villa (en ese entonces no existía la autopista Rosario-BsAs). Nos pararon Los Pumas una vez, les dijimos que íbamos a Pergamino y por suerte pasamos. Una vez en la plaza se armó la gorda: Palos, gases, balas de goma y de las otras, patotas en los célebres Falcon, etc. Escapamos como pudimos y rescatamos al petiso Paez, que había sido candidato a vice presidente, que también había bajado a Villa a apoyar la huelga.
Volvimos a Rosario sin inconvenientes, a las pocas semanas Pedro y buena parte de la dirigencia nacional del PST fueron encarcelados al allanar la policía santafesina el dpto. donde estaban reunidos. La huelga terminó en desastre, por las posiciones irreconciliables entre el lopezrreguismo en el poder y las distintas vertientes guerrilleras que conducían a los huelguistas. Fue un anuncio más de la mini guerra que se desataría pocos tiempo después.

BlogBis dijo...

Mirá vos, Miguel... entonces tendrás bastante en claro que hay un océano entre aquellos jóvenes y éstos "herederos" de hoy

Anónimo dijo...

No se si habra un oceano o no.
Lo grave es que la burocracia sindical sigue teniendo la sarten por el mango en Argentina.

Iván dijo...

buen post, es una lastima que mucha gente le de la espalda a nuestra ciudad