En 1854 Urquiza -que a pesar del oscurecimiento histórico de su figura no era ningún zapallo- tenía en claro que si quería desarrollar la Confederación hacía falta hacerla producir, y que para eso hacía falta un ferrocarril que atravesara la pampa-desierto. Así que contrató a Alan Campbell para el trazado de una vía que uniera a Córdoba con Rosario, puerto natural del Estado sin Buenos Aires.
Pero los casi 5 millones de libras que hacían falta no aparecieron nunca y estaban muy lejos de las posibilidades de la Confederación Argentina.
El ferrocarril tuvo que esperar a que pasara Pavón, la reunificación, y la aparición de un empresario delirantemente genial como William Wheelwright para que naciera el Ferro Carril Central Argentino.
Hoy creyendo que todo sale de la galera y que un buen potrero se hace con la lengua y el dedo, los políticos santafesinos inventan otro moco, la Empresa Mixta Ferrocarriles de Santa Fe.
La cosa es que ni la Argentina es la de 1863 ni quedan muchos Wheelwrights a la vista.
La cosa es que ni la Argentina es la de 1863 ni quedan muchos Wheelwrights a la vista.
2 comentarios:
No se si conocés la biografía de Weelwright escrita por Alberdi.
Jaja, te imaginás hoy a don JBA escribiendo la biografía de De Mendicurren?
¡Pero éstos tendrán dignidad!
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