20 de junio de 2012

La Izquierda chilena le teme al debate

"Chile, la alegría ya viene
Porque digan lo que digan yo soy libre de pensar
Porque pienso que es la hora de ganar la libertad
Hasta cuándo ya de abusos, es el tiempo de cambiar
Porque basta de miserias voy a decir que no
Porque nace el arcoiris después de la tempestad
Porque quiero que florezca mi manera de pensar"
(Plebiscito 1988 de la Campaña del ‘No’)




Si el día de mañana hacen un documental sobre la censura cinematográfica en el país, que duda cabe que  las declaraciones de diversos representantes del mundo político y académico de la Concertación antes de avant premier del documental ‘Pinochet’ serán unas verdaderas perlas para recordar. Ellos que han criticado la censura, se convierten de la noche a la mañana en censores. Un de las razones que esgrimieron era, pues, que el documental ‘incentivaba el odio’, cuando los únicos que han promovido el odio desde 1990 hasta ahora, ha sido la izquierda. Desde luego, que no promueven el odio contra la burguesía como ocurría en la Unidad Popular, ya que se volvieron ellos burgueses, sino contra los militares presos y sin pueden contra Pinochet. ¿Quiénes son los burgueses? Las personas que aspiran tener un auto, una casa, una empresa y disfrutar de todas las cosas de la vida. Sin embargo, aun cuando él esté muerto, los propios izquierdistas no pueden sacárselos de encima. Quién podría hacer el documental mencionado, es nada menos que el progre Augusto Góngora. Así podríamos entender porque los ‘compañeros’ se volvieron locos.

 Los que tienen que dar explicaciones sobre su silencio en la semana previa al documental son la ‘derecha liberal’ o ‘Nueva Derecha’. ¿Dónde estaba esos finos pensadores como Lucas Sierra, Gonzalo Bustamante, Cristóbal Bellolio defendiendo la libertad de expresión? La izquierda liberal de Joaquín Brunner solamente le interesa las libertades de la cintura para abajo, más no la vida, la libertad y la propiedad. Loable es que el ex presidente Lagos haya afirmado que tienen derecho a libertad de expresión las personas que concurrieron a ver el documental al teatro Caupolicán. No por eso se convierte en estadista.

 A decir verdad, la Izquierda tiene dos proyectos para callarnos y no respetar la libertad de expresión, pues le teme al debate libre sin restricciones de nuestra historia. Hasta podríamos citar las palabras del presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker contra ellos mismo: "Uno no puede ir al diálogo con condicionamientos previos, uno va a un diálogo con una agenda abierta". Debatamos nuestra historia sin " condicionamientos previos". Si en un debate, la oposición le pide ‘reconocer las violaciones a los derechos’, ya sabemos en qué gobierno, eso no es diálogo abierto. Peor aún, si uno de los panelistas hace ‘mea culpa’, eso tampoco es debate. Si la Izquierda no desea que estudiemos el período de 1965 a 1973, está condicionando el diálogo. Uno de esos proyectos, lo auspicia un demócrata cristiano y un PPD , en que esté prohibida cualquiera imagen de Pinochet tal como lo hacen en Europa con Hitler. Eso no es serio. Y ahora, días antes de la presentación del documental ‘Pinochet’, un experto de derechos humanos Alberto Coddoun del Laboratorio de los Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, en el programa ‘Mentiras Verdaderas’ esgrimió el Pacto de San José que condena la propaganda y apología al odio, como un pretexto para prohibir el documental. Este, dicho sea de paso, simplemente, mostró a Allende como él mismo, al asesor francés Regis Debray como él mismo y a Patricio Aylwin como él mismo. Una vez más los poderes fácticos son los que determinan nuestros derechos. Así como ellos determinan quienes violan los derechos humanos que, por cierto, nunca serán los encapuchados, guerrilleros y/o terroristas, ahora determinan quienes fomentan el odio. Desde luego, que los grupos que funan y los que portan pancartas del grupo terrorista FPMR no son odiosos. Los organismos de derechos humanos son los poderes facticos , y no los que dijo hace tiempo el actual ministro de Defensa, Andrés Allamand.

 La izquierda no argumenta, grita, tal como lo hicieron en el Club de Providencia por Krassnoff y ahora en los alrededores del teatro Caupolicán. Un testigo me contó que los jóvenes de izquierda gritaban como locos a personas de tercera edad. Cuando me dijeron eso, me acordé del ‘Minuto del Odio’ de ‘1984’ del socialista inglés George Orwell.



 Para mí no es novedad que la Izquierda haya pretenda silenciarnos. Como conté hace tiempo , tuve un compañero en la universidad,militante del Partido Socialista que actuaba de la siguiente forma: primero, imponía su punto de vista sobre el Gobierno Militar y si uno intentaba mostrarle los pecados de la Unidad Popular, entre otras cosas, no dejaba hablar. Segundo, puesto que no le resultaba la primera opción se comportaba como un disco rayado, diciendo ruidos con la lengua y los labios. Y finalmente, tenía que imponerse gritando. Estoy hablando de 1990 y hace seis o siete años. Imagínese cómo habrían sido los socialistas en el Gobierno de Allende y que hoy son abuelos. Y que se consideran ‘víctimas’ tal como dijo el socialista Osvaldo Andrade. Esos tres etapas que he referido, se puede aplicar a nivel nacional. Primero oponerse porque cuestiona ‘la verdad oficial’ y segundo, silenciar a la derecha. Y tercero, los gritos de locos que daban los izquierdistas que fueron a ‘funar’ a los pacíficos espectadores. La izquierda chilena es fascista en su gran mayoría, salvo una minoría que no es nada. El Partido Comunista siempre ha sido fascista. Me equivoqué al decir en post anterior, que se convirtió al fascismo.

Sin embargo, me extraña que la propia izquierda que aún venera al asesino de La Cabaña, Ernesto ‘Che’ Guevara, no se haya encargada de prohibir cualquiera manifestación de este criminal, pues su ideología se basa en el odio. A cualquiera que propague el pensamiento del argentino hay que aplicarle el Pacto de San José. En efecto, el argentino dijo el Congreso Tricontinental con su escrito ‘Crear dos, tres… muchos Viet- Nam, es la consigna’, en 1966: "Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo". Más adelante dice: "Se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma. Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Viet-Nam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo". A propósito del debido proceso y la justicia militar en la que se vieron los izquierdistas de la Unidad Popular y los terroristas del Mir, el argentino dijo al teniente Duque Estrada : "No hace falta hacer muchas averiguaciones para fusilar a uno. Lo que hay que saber es si es necesario fusilarlo. Nada más. Debe dársele al reo la posibilidad de hacer sus descargos antes de fusilarlo. Y esto quiere decir, entiéndeme bien, que siempre debe fusilarse al reo, sin importar cuáles hayan sido sus descargos. No hay que equivocarse en esto. Nuestra misión no consiste en dar garantías procesales a nadie, sino en hacer la revolución, y debemos empezar por las garantías procesales mismas". Para la Revista Verde Olivo Prensa Latina del 81068, numero 3050, con el título ‘Táctica y Estrategia de la Revolución Cubana, escribió: “El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación, aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas". 

 Antes de morir el guerrillero argentino reconoció haber fusilado el solo a dos mil personas.



Cuando alguien me pregunta, ¿Por qué Víctor Jara, el cantante comunista que le dedico una canción al Che? Les respondo: “Échenle la culpa a Ernesto ‘Che’ Guevara, pues dijo que corriera harta sangre, sin embargo, no preciso si debían ser de los militares y la burguesía latinoamericana o de los guerrilleros”. Antes del 11 de septiembre, murieron varios civiles y militares que los seguidores del guerrillero mataban indiscriminadamente. Con todo, el único que importa es el cantante, entre otros. Pero todos de izquierda. Una de las razones, además, para prohibir el documental, según las palabras del presidente del Senado, Camilo Escalona, es que ofenden a las víctimas: “Creo que es el despropósito y la ofensa a las víctimas más crueles que se puede ejecutar”. Culpen al argentino que les exigió a los revolucionarios de la UP, en donde estaba el señor Escalona “muchos Viet-Nam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas”. De igual modo, para la presentación de una nueva edición del libro ‘Miguel Krassnoff: Prisionero por Servir a Chile’, el diario ‘La Nación’ chilena título así una de sus notas: ‘Miguel Krassnoff Marchenko, ‘el cosaco’ que se ensaño con el Mir’. Los correcto es decir: ‘Ernesto Che Guevara se ensaño con sus fans del Mir, desde el más allá’. Los miristas en la década del setenta y en la Unidad Popular querían ‘correr ríos de sangre’.

Las izquierda siempre tilda a los que distintos de ellos como ‘fascistas’ o les gusta decir que ellos son ‘los antifascistas’. Con todo, la izquierda tiene rasgos en común con el nazismo. Después de todo, Hitler y el Che son las dos caras de la misma moneda . Ambos quieren construir la sociedad desde la base, y eso significa destruir. Ambos aspiran a un nuevo hombre y desprecian el capitalismo. Hitler afirmó: “Yo no soy sólo el vencedor del marxismo, sino también su realizador. O sea, de aquella parte de él que es esencial y está justificada, despojada del dogma hebraico-talmúdico. El nacionalsocialismo es lo que el marxismo habría podido ser si hubiera conseguido romper sus lazos absurdos y superficiales con un orden democrático“.O las afirmación S. H. Sesselman, líder el partido nazi en Múnich: “Nosotros somos completamente de izquierda y nuestras exigencias son más radicales que las de los bolcheviques“.

 Lo más increíble, es cuando los académicos de derecha caen en el juego de la Izquierda. Así lo vemos en la última columna de Daniel Mansuy a propósito del documental, quien escribió: “El consenso que hemos construido supone (enhorabuena) la condena irrestricta a las violaciones de los derechos humanos“. Los que cometen ese tipo acto son solamente los militares, no guerrilleros. Únicamente referida al Gobierno Militar y no al período previo. La verdad no se basa en el consenso. Citando a Hermógenes Pérez de Arce: “a un Salvador Allende corroborando lo anterior y diciéndole a Regis Debray que él se proponía establecer un "régimen socialista marxista total" y refiriéndose a la inevitabilidad del enfrentamiento armado para el "derrocamiento de la democracia burguesa"”. Luego Mansuy se refiere a la comparación frecuente que uno lee en los foros de izquierda, en comparar a Pinochet con Hitler. Según la Izquierda, es un abuso de la libertad de expresión al mostrarse el documental. ¿Cómo se va abusar de esa libertad si muestra a actores políticos como ellos mismo? Ni siquiera merece citarse al filósofo inglés Mill, o a la filosofa alemana Hannah Arendt. Algunos de izquierda la citan, mas no critican el intento totalitario de la Unidad Popular. Arendt es conocida en el mundo de la filosofía política por su libro ‘Los orígenes del totalitarismo’.

 Y a propósito de Hitler, el mundo académico de la derecha brillo por su ausencia, cuando el hermano del Presidente, José Piñera planteó que Salvador Allende fue el Hitler chileno. A igual que el cabo austríaco uso la democracia para imponer un gobierno totalitario. Ahora por el documental comentan algunos. Quizás no querían enemistarse con el nuevo gobierno. En esa oportunidad, la izquierda se enfureció.

 Disculpen la extensión. Mi cerebro que la izquierda que no quiere que use, desborda los 140 caracteres del twitter.

Si los abogados de derechos humanos como el señor Alberto Coddoun quieren acabar con el odio, empiecen con el Che y Allende.

La Izquierda chilena le tiene miedo a la liberad, para usar el título de un libro del destacado psiquiatra alemana, Erich Fromm. Por eso, pone limitaciones al debate y a la libertad de expresión.

 

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