19 de septiembre de 2013

Azúcar


El responsable del servicio público de salud de Amsterdam, Paul van der Velpen, dice que habría que tratar a los alimentos y bebidas con azúcar como el tabaco y el alcohol: cargarlos con impuestos y poner advertencias en los envases.

La razón es simple, como el estado tiene que hacerse cargo de los gastos sanitarios de la población, hay que quitar del medio todo aquello que los pueda hacer crecer, más en estos tiempos de crisis.

¿Quién dijo que la salud pública era gratis? No solo lo pagan los ciudadanos con altos impuestos sino teniendo que aceptar que los controlen y les digan qué llevarse a la boca.

Vamos a terminar comiendo todos algas marinas y tramitando permisos (eso sí, en forma online) para poder disfrutar nuestra ración semanal de gaseosas y caramelos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta la libreta de racionamiento, siempre