22 de marzo de 2014

La generación perdida


El año pasado al conmemorarse el 40 aniversario del pronunciamiento militar, el ex presidente Sebastián Piñera dijo "el fracaso de una generación que no quiso, no supo o no pudo proteger nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho" en su gran discurso en que quiso pasar como estadista, lo cual sabemos no es cierto. Como señala muy bien el columnista la expresión “el fracaso de una generación” no la inventó Piñera, sino que se refiere a un expresión que uso el profesor de la Universidad de Georgetown, para referirse a los intelectuales americanos y europeos que les gustó el marxismo entre 1925 y 1930 del siglo pasado.

 Cabe recordar que, cuando fue el pronunciamiento, Sebastián Piñera estaba en la universidad de Harvard, y al momento de enterarse de la caída de Allende dijo: “Ganamos”.

 Él uso la expresión “el fracaso de una generación” para poner en el mismo nivel a quienes abrazaron la vía armada, el uso de la violencia para instalar un gobierno comunista totalitario contra quienes se opusieron a ella. La Izquierda fue la que quebró el Estado de Derecho, no fue la oposición a la Unidad Popular.

Ahora bien, si lo pensamos o miramos retrospectivamente los fracasados fueron, en realidad, la Democracia Cristiana y la Unidad Popular. La DC porque su ‘Revolución en Libertad’ condujo a un gobierno marxista, gracias a las reformas que hizo y socavaron la propiedad privada. Y la Izquierda con el fracaso político y económico en que termino el país, y que acabo dividiendo al país hasta nuestros días. Además, ambos grupos políticos tenían el común en la creencia del Hombre Nuevo y el utopismo. La utopía de la democracia cristiana chilena era el comunitarismo que nunca supieron en qué consistía y cómo aplicarlo. Para el historiador demócrata cristiano, Cristián Gazmuri los tres segmentos que había en el país eran utópicos, y por tanto, excluyente, incluyendo a la derecha. Para Gazmuri, el hecho de que el líder de la derecha, Jorge Alessandri dijese no recuerdo precisamente las palabras, que aquel que obtenía más votos, ganaba, era una muestra de utopismo. Al contrario, el ex presidente de la vieja derecha, simplemente, reconocía una práctica política.

 Los comunes de la Derecha tanto de ayer como de hoy no andan en buscas de utopías y de crear paraísos terrenales, pues eso se sería contrario a lo que piensan del ser humano, a saber, falible y limitado. Al contrario, del planificador e intelectual socialista. Las personas de Derecha que les toco vivir la Unidad Popular no pueden considerarse fracasados, ya que los perdieron ideológicamente fueron los izquierdista. Ellos se aliaron a la Bloque Comunista y perdieron la Guerra Fría. Ellos destruyeron el país. La derecha ganó y con los militares reconstruyeron el país. Comparar el país que dejo Allende y los cuarenta años de socialismo, con el que dejó el Gobierno Militar, debiera sentirse orgullosos. Para las personas informadas de nuestro sector, sabemos que en el país no estamos en paz, y que la Izquierda es que la mantienen las heridas abiertas, porque no tiene nada nuevo que ofrecer. Hemos estado por 25 años en tregua.

Muchos culpan a Piñera por lo que le ha ocurrido a la Derecha y al país. Sin embargo, omiten un detalle que apareció en un artículo después de la segunda vuelta, a saber, que la Derecha desde los noventa para no molestar a la Izquierda, ha cedido, hasta desfigurarse. Para terminar haciendo lo que no hizo la Concertación en 20 años. Para no molestar, permitieron la estatua de Salvador Allende frente a La Moneda. Entregaron a los militares que combatieron el terrorismo a cambio de ‘paz’, crearon unos jueces especiales junto con la Concertación llamados ‘de derechos humanos’ para perseguir a los militares, mientras daban su beneplácito a los indultos a los terroristas del Mir, del Frente Lautaro y del FPMR con el objetivo de pacificar el país. Si hubiese el propósito, entonces, habría respetado a Ley de Amnistía y hubiera hecho otra para el período de 1979 a 1990. De más esta reiterar, que los llamados ‘jueces de derechos humanos’ no iban a perseguir al terrorista del Mir, Pascal Allende o al jefe militar del FPMR, el actual diputado comunista, Guillermo Teillier. Asimismo, ha permitido aberraciones jurídicas como ‘el secuestro permanente’ y la abierta prevaricación de los jueces. Y para agravar más las cosas, han dado su apoyo a ley de que condena los crímenes de lesa humanidad, excluyendo a los terroristas de ese tipo de delitos, al Instituto Nacional de los Derechos Humanos y el Museo de la Memoria. Han permitido que la Izquierda controle y manipule la historia.

Luego se creen el cuento que estamos reconciliados para no enfurecer a la Izquierda. Se preguntan como la ex candidata a la presidencia, Matthei por qué tanta odiosidad en vez de sentarnos a conversar.

 Ahora bien, ¿Quiénes son? Pablo Longueira , Andrés Allamand, Alberto Espina, Evelyn Matthei, Andrés Chadwick, Sebastián Piñera, Alberto Cardemil, Juan Antonio Coloma, Lily Pérez, Sergio Romero, Jovino Novoa, Patricio Melero. El descolgado que dejó su militancia para aparentar ser sabio e independiente como Carlos Cantero. Tránsfugas como Antonio Horwath. Y otros, desde la academia como Cristián Larroulet, Arturo Fontaine y Harald Beyer. Quizás los mencionados en otros ámbito de sus vidas han sido exitosos, sin embargo, en términos políticos fueron un fiasco. ¿Se habrán enterado del libro ‘Proceso sobre violación a los derechos: Inconstitucionalidades, arbitrariedades e ilegalidades’ del abogado Adolfo Paúl Latorre?

De los abogados que han estado en el parlamento y en los medios, ni uno ha defendido la Ley de Amnistía, el Estado de Derecho y el debido proceso. ¿Por qué, por ejemplo, pongo a Novoa? Él en una entrevista que le hizo el periodista Bernardo de la Maza, en el canal del senado, le preguntó: ¿Usted condena las violaciones a los derechos humanos cometidas bajo el Gobierno Militar? Su respuesta: “Absolutamente”. Novoa estuvo en el ministerio de Interior, en tiempos de los militares. Y los terroristas a los civiles que trabajaban en ese ministerio los tenía en la mira. Si no fuera por los agentes de seguridad, muchos habrían sido asesinados.

Asimismo, todos ellos se han olvidado de los cientos carabineros y civiles fueron acribillados por los grupos terroristas antes de 1973 y durante el Gobierno Militar, a excepción del asesinado senador Jaime Guzmán, y que las propias organizaciones de derechos humanos que son de Izquierda no lo consideran una violación a los derechos humanos. Para nuestros supuestos representantes eso no existió.

 Murieron en vano. ¿Qué les importa que haya muerto el subteniente del Ejército, Héctor Lacrampette el 30 de agosto de 1973, por el terrorista mexicano José Albino Sosa Gil? ¿Qué les importa que haya sido asesinado el niño Oscar Pineda de 14 años, mientras salía de la sede del Partido Nacional el 8 de febrero de 1973? ¿Qué les importa que haya muerto el cabo de carabineros Tomás Gutiérrez, quien fue rematado con su propia arma de servicio, el 24 de mayo de 1971? ¿Qué les importa que haya sido asesinado el pequeño agricultor, Rolando Matus que salió en defensa del fundo Caren, el cual era atacado por el Movimiento Campesino Revolucionario, el 19 de abril de 1971? ¿Qué les importa qua haya sido asesinado el carabinero Hiriberto Novoa Escobar, mientras resguardada la llama de la libertad, en el Cerro Santa Lucía, el 28 de abril de 1980? ¿Qué les importa que haya quedado herido, mientras desactivaba una bomba el cabo primero del Ejército y de la demonizada CNI, Hugo Delgado Carrasco en el Hotel Sao Paulo? ¿Qué les importa qua haya sido asesinados el cabo de la Armada, Hugo Alberto Faundez; el soldado del Ejército, Antonio Reyes Ramón; el soldado conscripto del Ejército, Luis Correa Amaya, mientras protegía instalaciones de utilidad pública, después del 11 de septiembre de 1973? ¿Qué les importa que haya sido asesinado el intendente y general Carol Úrzua por el Mir? La liste sigue.

Longueira, quien se encuentra por el momento retirado, es el responsable del Informe Valech y de haberle quitado a los militantes de Izquierda el prontuario de terrorista, durante el primer gobierno de Bachelet. Además, considera el Informe Rettig como si fuese una autoridad, cuando fue pedido por los grupos terroristas chilenos a principios de los 90. Alguien que avala ambos informes de Izquierda, dudo que hubiera hecho algo por los militares ancianos, si la derecha hubiese ganado la elección pasada. Cuando la Concertación se lanzó contra la ex intendenta de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, él en vez de defenderla en el parlamento, prefirió que renunciara. No tenía sentido dar razones. Se consideró el segundo ‘aliancista bachelista’ después de Lavín.

 La ex candidata de la Derecha, Evelyn Matthei cuando era senadora y opositora a la Concertación siempre se quejaban de las injusticias a los militares. Con todo, cuando tuvo la posibilidad de cambiar las cosas, se sumó a Piñera. Justificó el cierre del Penal Cordillera, no para liberarlos de la prisión, sino para trasladarlos a otro peor.

Alberto Espina. Un comentario parecido al de Matthei. Se acercaban a pedirle ayuda, cuando eran oposición, y les respondía que estaba la Concertación y que ellos no podían hacer nada. Cuando fueron gobierno, se lavó las manos. ¿Con qué cara pretende postularse a la presidencia de la República?

¿Qué hizo, mientras fue secretario general de la presidencia, el ex director de Instituto Libertad y Desarrollo, ex subsecretario de Hacienda del Gobierno Militar y fundador de la Universidad del Desarrollo, Larroulet, ‘el bueno’ del gobierno de Piñera? Nada, ni convenció al ex presidente saliente de su promesa y se reunió con los partidarios del odio.

 El arrepentido ministro de Interior, Chadwick tampoco quiso defender a van Rysselberghe . Él preferiría renunciar en vez de enfrentarse a los zurdos. Tanto la comisión del parlamento como el tribunal de justicia no encontraron nada que la inculpará. Le daba vergüenza la CNI.

Carlos Larraín, presidente de Renovación Nacional dijo una vez que algunos militares eran unos verdaderos criminales. Sin embargo, no ha dicho con la ironía del huaso: “Quisieron hacer su revolución marxista leninista, y salieron más esquilmados que ovejas. Y de paso, descubrieron que eran unas maricas. Los terroristas del Mir y del FPMR fueron unos verdaderos criminales. Por tanto, merecían morir. Un terrorista bueno, es un terrorista muerto”.

 Después de la derrota presidencial del año pasado, se habló en los medios de derecha en internet, que la derecha había perdido la batalla de las ideas. Entre paréntesis, por ‘medios de derecha en internet’ me refiero a las personas que tienen blog y algunos sitios como DespiertaChile o el grupo católico de derecha ‘Viva Chile’ y Acción Familia, que defienden las ideas de derecha, sin recibir ningún centavo a cambio. Antes de perder las ideas, perdieron el carácter. En efecto, para defender una posición se requiere cierto carácter o temple. Eso lo vemos en el desfiladero de las Termópilas con los espartanos, los chilenos acorralados en la batalla de Concepción, o los norteamericanos en El Álamo. Y siendo más cercano, hay que tener un carácter como el Winston Churchill para subir a la azotea de un edificio, mientras Londres era bombardeado, con la alta posibilidad de que le cayera una bomba. De nada te sirven crear nuevas fundaciones, think tank, ni doctorado si no se tiene carácter. Por hacer lo que no hizo la Concertación en 20 años terminaron hipotecando el país y llevarnos a una nueva Unidad Popular.

 

En la película Goodbye Mr. Chips hay una escena en que se canta el himno del colegio. Hoy día según leí, no se canta los himnos de los colegios, lo cual es como si los gerentes y empleados de una empresa no supieran cuál es la misión u hoja de ruta de la institución. Cuando la escuché por primera vez me gustó, sin embargo, no sabía la letra. La canción se llama ‘Fill the world with love’ y es Leslie Bricusse. La partitura es de John Williams. Me gusta la versión de Richard Harris. Lo importante de la letra en es que pregunta si un ser humano cualquiera en las diversas etapas de la vida fue, es o seré valiente, fuerte y verdadero. Al ver a nuestros representantes en el ocaso de sus vidas que no le remuerden la consciencia que estén los militares ancianos presos y enfermos, me recuerda la última estrofa de la canción: 

 “In the morning of my life I shall look to the sunrise. 
At a moment in my life when the world is new. 
And the blessing I shall ask is that God will grant me, 
To be brave and strong and true, 
 And to fill the world with love my whole life through. 

 (Chorus) 
And to fill the world with love
And to fill the world with love 
And to fill the world with love my whole life through

 In the noontime of my life I shall look to the sunshine, 
At a moment in my life when the sky is blue. 
And the blessing I shall ask shall remain unchanging. 
To be brave and strong and true, 
And to fill the world with love my whole life through 

 (Chorus)

 In the evening of my life I shall look to the sunset,
 At a moment in my life when the night is due. 
And the question I shall ask only I can answer. 
Was I brave and strong and true? 
Did I fill the world with love my whole life through?” 

 ¿Alguien pone en duda que nuestros representantes mayores de 55 años son una generación fracasada o pérdida en términos políticos?

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo mismo puede decirse de los argentinos