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Una de las instituciones más desastrosas para América Latino ha sido, pues, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe conocida como Cepal. Un organismo dependiente de las Naciones Unidas, que es el sumun de la corrupción y la incompetencia a nivel mundial.
La Cepal jugo un papel importante en el programa económico del gobierno marxista de Salvador Allende. De hecho, el economista argentino Raúl Prebisch, quien fue Directivo Ejecutivo de la Cepal entre 1950 y 1963 fue la persona influyente en la izquierda en ese período.
Quizás en un principio tenía buenas intenciones.
La Cepal no es un organismo técnico, sino ideológico. La prueba de ello son las diversas declaraciones que ha realizado el actual Director Ejecutivo, la mejicana Alicia Bárcera.
Voy comenzar con su última declaración. Ella afirmó al diario de izquierda El País de España: “No creemos que las políticas tipo Escuela de Chicago sean la solución”. La señora Bárcera está pensando en las políticas que implementar el actual presidente de Brasil, Jail Bolsonaro. Después de todo, tiene un ministro que admira las políticas que se implementaron en Chile bajo el Gobierno Militar con los denominados “Chicago Boys”. La solución de ella, que es debe haber un equilibrio entre el Estado y el mercado: “tiene que haber un equilibrio entre el Estado y el mercado. No puede ser todo orientado por el mercado, porque el mercado, por naturaleza, va a generar desigualdad”. Suena bonito, más en la realidad se torna una pesadilla. Se nota que no entiende cómo funciona el mundo moderno. La función del Estado es simplemente preservar el orden y del gobierno respetar la ley. O sea, significa que no le gusta que las personas elijan. Si a las personas les gusta la libertad, no les va importar la desigualdad. A propósito de esto último, me pregunto si la señora Alicia Bárcera pagará impuestos en el país, pues hay que recordar que los funcionarios que trabajan para la burocracia internacional están exentos de pagar impuestos.
Brasil tiene el mismo sistema económico que tenía Chile antes de las reformas liberales. Es un mercado cerrado, en que a las importaciones les ponen aranceles. Los brasileños a diferencias de los chilenos no pueden adquirir ropa de marca u otro bien extranjero de cualquier precio, por los altos costos. Tampoco le importa a ella la corrupción y la poca eficiencia de las empresas estatales brasileñas. Gracias a la apertura económica, las empresas chilenas tuvieron que mejorar, y las que no lo hicieron, murieron en el camino.
Según ella, la receta de la Escuela de Chicago no aplica a Brasil, porque es grande. Mientras redacto esta entrada, me acordé que el mismísimo Milton Friedman le dijo lo mismo al general Augusto Pinochet como a los líderes chinos de la época. Chile y China son dos países opuestos en términos de tamaño y extensión. El consejo de Friedman invalida la posición de Alicia Bárcera.
En el segundo gobierno de Bachelet a raíz de que la izquierda se tomó las instituciones como el Servicio de Impuestos Internos (SII) y la fiscalía, y empezaron actuar arbitrariamente, persiguiendo a los políticos opositores con la ficción de las boletas ideológicamente falsas, mientras al oficialismo no le pasaba nada. Eso generó una desconfianza en la ciudadanía. Donde la propia izquierda salió perjudicada. El director de SII, Martorelli dijo recibió órdenes de La Moneda para perjudicar al principal partido de la oposición en aquel entonces, a saber, la Unión Demócrata Independiente (UDI). Cuando comenzó a reinar la desconfianza en la clase política, Bércera dijo: "La sociedad se está tomando este problema muy en serio. Hoy en día, en todos los países se habla de corrupción e impunidad, y lo que está detrás son los privilegios fiscales y de otro tipo". Denunciar los privilegios fiscales u otro tipo sin criticar a Naciones Unidos, cuyos funcionarios ostentan privilegios como no pagar impuestos, es bastante descarado.
Asimismo dijo "En América Latina, la evasión y la elusión fiscal representan el 6,7 % del PIB (...), ahí está la clave para afrontar la crisis sin mayores costos". La famosa reforma tributaria de Bachelet metió en el mismo saco la evasión de impuesto y la elusión. El abogado Gerardo Valera antes de ser ministro sostuvo que la primera es ilegal, mientras que la segunda es legal.
También la Cepal apoyó el programa de gobierno de Michelle Bachelet . Con la reforma tributaria expropiatoria se lograría ingresos permanentes para gastos permanentes: “la reforma más importante que Chile hizo es generar ingresos permanentes para gastos permanentes y eso lo logró a través de la reforma fiscal”.
En el 2014, la señora Bércera había dicho: “No podemos evaluar aún el impacto de la Reforma Tributaria, pero van en la dirección correcta, al menos en su diseño”.
Según la Cepal, con el programa de Bachelet y su Constitución chavista “puede darle un mayor balance al papel del Estado, del mercado y de la sociedad”, ya que la actual Carta Magna “se carga mucho al tema del mercado que al público”. Se les puedo asegurar que ella no entiende la Constitución de los Estados Unidos y la Carta Magna de los ingleses. Bachelet pretendió que el Estado ocupará todas las esferas de la sociedad.
A Bércera hay que recordarle las del ex ministro de Minería y del Trabajo del general Augusto Pinochet: “Nuestra revolución salvo a siete millones de la pobreza” y “Con la actual Constitución hemos sacado siete millones de la pobreza”.
La Directora Ejecutiva de la Cepal apostó por una constitución en la propiedad privada tiene una función social, que es lo que hay en Cuba y Venezuela.
La Cepal apoyo las reformas estructurales que Chile no necesitaba y que estancaron al país. Ese organismo internacional apoyo la llamaba ‘retroexcavadora’, la cual consistió en desmantelar las reformas que hicieron los Chicago Boys bajo el Gobierno Militar. De paso critico a los privados porque se oponía a que la educación fuese un derecho: “en la época de bonanza y en la época de desaceleración tampoco quieren, entonces cuándo. La sociedad tiene derecho a plantearse estos temas de bienes públicos y bienes privados”.
Luego de apoyar las nefastas reformas, la señora Alicia Bércera anuncia que la “inversión extranjera en Chile cayó en un 48% en el 2017, el peor resultado de la región”. ¿No leyó a los columnistas que se opusieron a las reformas? Se creyó el cuento que la función social de la propiedad privada iba a traer inversionistas.
Desde luego, que no le importa que en el segundo gobierno de Michelle Bachelet hayan ingresado 100 mil empleados públicos que en total han aumentado a casi un millón de burócratas en el Estado, que se haya estigmatizado el lucro y a la empresa privada, ni mucho menos la deuda pública.
Al serle preguntado por Venezuela responde: “Pero, al mismo tiempo, hemos visto con interés las 10 medidas económicas que h tomado Venezuela, que apuntan a controlar el tipo de cambio, por ejemplo”. El gobierno militar chileno tenía controlado el tipo de cambio o el dólar hasta que estalló la crisis económica del 1982. La señora no entiende nada. Según ella, el país de Simón Bolívar tiene que cambiar económicamente, más no propone nada.
La prueba más evidente que es sesgado fue, cuando, en el segundo gobierno de Bachelet, en el 2016 leyó el discurso “CEPAL: Memorias de 1973” . Ella está casada con un chileno que se exilió en México, el cual le habrá contado puras mentiras de la Unidad Popular. Su marido no le ha contado que lo viven los venezolanos actualmente es fiel copia del gobierno marxista de Allende.
Lo primero que dice: “Se me vienen a la memoria la reforma agraria, el triunfo de la Unidad Popular, el retorno a la democracia, el triunfo de la primera mujer presidenta...”. Tanto la UP como la reforma agraria fueron un fracaso. Los militares devolvieron y reconstruyeron el sistema político económico. Ya lo decía Álvaro Bardón, si hubiesen electo a un chimpancé socialista sobre una mujer, estarían igualmente felices. Dudo si la primera mujer presidente de la República hubiese sido de derecha, diría lo mismo.
Para ella “los momentos más oscuros en la historia de esta tierra”, no fue la Unidad Popular que nos llevó a una casi guerra civil y una dictadura comunista, sino el Gobierno Militar.
En efecto, Alicia Bércera en su discursos nombra algunas víctimas del gobierno militar chileno de esa institución como Carmelo Soria y otro más, luego hace un elogia a Salvador Allende: “Chile ya se vivían momentos difíciles que, sin embargo, no aminoraban la esperanza limpia que despertó en generaciones de latinoamericanos la historia de un pueblo que logró en las urnas un gobierno de cambios, con vocación de justicia e igualdad, de la mano de un líder de estatura continental, Salvador Allende”. Pura propaganda.
O sea, avala la eliminación del mercado, con lo cual se produce el desabastecimiento y el mercado negro; el monopolio estatal en todos los rubros, la expropiación sin compensación económica, las JAP, las colas, la emisión billetes sin respaldo, la fijación de precios, la alta inflación y el aumento del Estado. La expropiación de fundos y empresas.
En lo político avala un poder paralelo al congreso y un ejército paralelo.
Según ella, el Gobierno Militar a los chilenos le violentaron los derechos, no en la Unidad Popular: “como también a las miles de víctimas que vieron violentados sus derechos más esenciales”.
Emplea el lenguaje militarista del izquierda al referirse a las conquistas sociales que hubo en la UP: “sometieron al pueblo chileno a diecisiete años de terror y abuso, a la demolición por fuerza de sus conquistas sociales, políticas y económicas que no obstante hoy se alzan como la única respuesta”. Es falso que hubo una política de terror hacia la población civil y abuso. No sé a qué le llaman ‘conquistas sociales’ del gobierno marxista.
Lo más grotesco y bizarro de Alicia Bércera fue que el año pasado realizó la convención XXXVII de la Cepal en Cuba , que presidió ese país. Se realizó en el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde estuvieron el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres; el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canal. Desde luego, que previamente la recibió Raúl Castro. Para la isla-cárcel, nada de lamentar la ausencia de libertades y democracia, derechos humanos violentados por 59 años o calificar de un período oscuro la dictadura comunista. Llega ser una burla el discurso del 2017 Cepal: Memorias de 1973. Falto no más la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Bércera dijo el año pasado en la isla cárcel: “Cuba ha construido caminos alternativos”.
La política económica de la Cepal es comunismo y socialismo del siglo XXI, o sea, reeditar la Unidad Popular a nivel continental.
Lo mejor que pueden hacer para América Latina es, pues, cerrar la CEPAL. Y su infraestructura convertirla en un mall, en un colegio o en un gimnasio.
2 comentarios:
Alguien que me explique por que los organismos internacionales están copados por los zurdos...
Buena pregunta. Por eso, es necesario salirse la ONU y de los tratados suscrito para ese organismo.
Como dijo un Youtuber chileno, no se saca nada que haya un cambio de gobierno, si al final, no importa quien gobierne, está amarrado a la agenda de la ONU que coincide con la izquierda.
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