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16 de febrero de 2018

La verdadera desigualdad







    Es frecuente que la Izquierda siempre hable de la desigualdad natural como si fuese malo. Por eso, hablan les gusta aparejar la cancha con la igualdad de oportunidades, lo que significa que un tercero media entre dos o con el igualitarismo, hasta el punto que en vez de subir a las personas haya que bajar al resto, o sea, empobrecer. Eso lo vimos en la nefasta reforma educacional con la Ley de Inclusión en los políticos como el ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre expresó que había que bajarle los patines y también el jurista de Bachelet para la nueva Constitución chavista, Fernando Atria manifestó la misma metáfora.

 El segundo gobierno de Michelle Bachelet surgió como una cruzada contra la desigualdad antes mencionada, si hasta el ex presidente Piñera se tragó el cuento en su primer gobierno repitiendo como un coro o loro lo que decía los ex líderes estudiantiles convertidos en burgueses con el escaño en el parlamento. Cabe repetir que a la mayoría de los chilenos no le intereso la desigualdad. Por eso, Bachelet obtuvo apenas un 26% de los votos de todo el padrón electoral. Con todo, esa realidad no le intereso a ella ni a los periodistas de Izquierda.

    Bachelet en su primer gobierno se subió el sueldo y también a los ex presidentes como si no les alcanzara para el mes. En ese tiempo no estaba con su cruzada por la desigualdad. Del mismo modo, ninguno de los ex presidentes se les ha ocurrido bajarse la jubilación que reciben, que es una obscenidad teniendo en cuenta el sueldo promedio de los chilenos que es 400 mil pesos.

  Los mismos que desde los noventa, cuando llego “La Alegría ya viene” han denunciado la desigualdad o la equidad, mientras exprimen a los contribuyentes con impuestos. Como si el pobre no pagara el IVA.

    Ni siquiera el electo presidente y millonario, Sebastián Piñera se le ocurre no cobrar el sueldo que va a recibir, cuando sea el cambio mando, siguiendo el ejemplo Trump. Plata le sobra. Hasta podría dar el ejemplo.

     A propósito de “La Alegría ya viene”, el traidor y cobarde primer presidente de la ex Concertación, el Demócrata Cristiano, Patricio Aylwin, y de la época de la “Democracia de los Acuerdos”, se les ocurrió subirse el sueldo para combatir la pobreza, como si el sueldo que con trabajaron los civiles y militares en el Gobierno Militar no fuese suficiente. Además, de subir los impuestos con el pretexto de apaciguar las ficticias demandas sociales que supuestamente había en el país y así lograr la paz social. Al Gobierno Militar se le achaca la pobreza que había y que era alrededor del 40%, olvidándose al bloque de la Democracia Cristiana y los ex Unidad Popular, que cuando cayó el gobierno marxista de Allende la pobreza era del 70%. Habría que agregarle la desnutrición infantil. O sea, los militares redujeron la pobreza.

   En estos 28 años, la Izquierda burguesa y revolucionaria ha apelado a las demandas sociales para subir los impuestos. Cuando hablo de ‘paz social’, me refiero pura y simplemente a que un grupo minoritario sale a calle para provocar indignación y malestar amenazando con incendiar el país. Paz social es extorsión. El ejemplo más elocuente que fue transacción que el hizo el primer gobierno de la Concertación con los terroristas: cárcel a los militares, el unilateral y sesgado Informe Rettig. Todo ello porque Aylwin no se atrevió desafiar a la extrema Izquierda.

   Ahora bien, si una persona se identifica con los conservadores, los liberales y libertarios lo único que tiene que defender es la igualdad ante ley. Esta última no le gusta a la Izquierda.

    Al poco tiempo de transcurrido el actual gobierno nos enteramos del caso Caval, donde participo el hijo de Bachelet, Sebastián Dávalos y nuera, Natalia Compagnon. La compra de los terrenos en Malachí no se pudo haber realizado sin que mediase Bachelet. Todo esto sucedió por un reportaje que hizo una revista, y que el presidente se enteró por la noticias, como si no supiese ella de los negocios que tenía su hijo. No me interesa lo que la justicia haya determinado con respeto al parcito, pues, obviamente, no iban a parar a la cárcel. El trasfondo era que el país estaba entretenido con el grupo Penta que financió a algunos parlamentarios del partido opositor Unión Demócrata Independiente por el llamado boletas ideológicamente falsas de trabajos no hechos, según  el Servicio de Impuestos Internos. Fue una maniobra del gobierno para hundir la UDI como manifestó el ex director de SII. La orden vino del ministerio del Interior. Luego se destapo por los mismos la empresa SQM, la cual financió a todos los políticos tanto de la ex Concertación como de la ex Alianza por Chile. El punto está que hijo de Bachelet y la nuera abusaron del poder al tener información privilegiada. Ese el quid de la cuestión. ¿Dónde quedo la igualdad?

   Después nos enteramos que Michelle Bachelet le compró un terreno a su hija partidaria de los locos del Frente Amplio cerca del proyecto Dominga, en la IV región. La nuera fue la que medio en la adquisición de ese terreno, según manifestó el presidente. Bachelet le comprar ese sitio para dejárselo como herencia. De nuevo información privilegiada. Además, en su campaña a la presidencia criticó la herencia, pues crea desigualdad. Ya sabemos que el discurso socialista o comunista no es para ellos, sino para los demás.

    Luego nos enteramos de la jubilación millonaria que obtuvo la señora de un político socialista que trabajó en Gendarmería por unos período corto, a la cual los medios la compararon con sacarse la lotería. De ahí la expresión “Jubilazo”.

    Las personas que participan en política y que llegan a ocupar cargos no tienen nada de especial. Entonces, ¿por qué esos sueldos millonarios a costa de los contribuyentes, que por cierto si trabajaran en el mundo privado jamás tendrían a menos que sean los propios dueños de las empresas? Se supone que los políticos son servidores públicos no ordeñadores públicos o explotadores públicos. Hace mucho tiempo que ya no está la austeridad republicana que antes tenían los políticos. El ejemplo más emblemático lo tenemos con el ex presidente, Jorge Alessandri.

    En el 2014, el diario La Segunda apareció un artículo referido al sueldo de los parlamentarios y los comparaba con el sueldo de un Gerente General de Logística. Para cualquiera comparación de los políticos con alguien del mundo empresarial es totalmente injusta. No pueden comparar ni siquiera al Presidente de la República y ministros con los CEO. Cualquiera persona sabe, sin tener un MBA o un doctorado en Economía, que a los CEO si no posicionan la marca, los despiden. Así de simple, cosa que no se les exige a los políticos. ¿Cómo van comparar a un parlamentario con un Gerente General? Es un insulto comparar a los políticos con los dueños de la mediana empresa y la pequeña empresa. Los empresarios saben si no venden o producen, tendrán que cerrar su negocio y despedir personas. Más bien, los políticos viven a costa de los que producen en la sociedad. En ese sentido se parecen a los reyes y príncipes de los períodos antiguos. La única diferencia que el poder no viene de Dios, de los dioses, del Sol y la Luna.

 Cuando propusieron bajarle el sueldo al presidente de las República y a los ex presidentes, un parlamentario lo tildo de populismo. Se trata de decencia.

  En realidad, cuando los políticos fijan el sueldo mínimo engañan a los ciudadanos, porque hay descontarle el 19% del IVA que retorna al Estado o sea, los políticos.

 A pocas semanas de que termine este nefasto gobierno nos enteramos por la prensa, que la ministra de Salud recibió una indemnización de 80 millones de pesos, lo que provocó un escándalo, que hasta el Ejecutivo intervino. Todo sea por la cruzada por la desigualdad.

   El sacerdote jesuita y comunista, Felipe Berríos dijo la siguiente declaración el año pasado: “Yo creo que la verdadera corrupción de Chile es la desigualdad social. Esa es la verdadera corrupción y eso ha existido desde la Colonia”. A un hermano de mi padre que llego ser la cara visible del Banco de Chile, sin ni siquiera tener un título le escuché un comentario parecido. Según él, en Chile existía una desigualdad como la había en su juventud. Fue un DC hasta los despidieron del banco los propios demócratas cristianos. Sus opiniones en política siempre a favor de la Izquierda. La derecha es la mala por excelencia. En ambos casos es falso lo que dicen. O sea, el Chile de 1990 es el mismo de 1950, por ejemplo. Es falso. Otra frase del jesuita: “Somos un país inviable con estos niveles de ingresos”. Más nada de los sueldos millonarios de los políticos, ni menos del Jefe de Estado.

 Es para la risa escuchar a los políticos de Izquierda denunciado la desigualdad de ingresos, mientras exprimen a las personas con más impuestos encubiertos, además, del IVA.

El año pasado la Conferencia Episcopal saco una declaración en medio de la carrera presidencial, que confundió a los católicos de derecha, que no creen en el igualitarismo: “Al respetar y promover la vida humana, en todas sus dimensiones, la Iglesia rechaza el aborto, como asimismo las escandalosas e injustas desigualdades sociales, la usura, la eutanasia y la discriminación arbitraria”. Dicho en otras palabras, la Iglesia fomenta la envidia igualitaria. Los obispos no entendieron la elección presidencial donde ganó Bachelet con apenas el 26%, ni menos habrán entendido la última elección, donde los chilenos no quisieron que el país se convirtieron en “Chilezuela”.

 En una sociedad libre cualquiera persona es libre de hacer lo quiera con su dinero, ya sea jugar en la Bolsa de Valores de Santiago, comprar monedas virtuales, comprar propiedades, jugar en los casinos y abrir un negocio, y si le va bien expandirse a otros lugares o comprar lingotes de oro. Si cree que eso le dará seguridad, está bien. Obviamente, van a generar desigualdades naturales. Cada persona elije su camino.

   La no médico Michelle Bachelet jamás tendría el sueldo o la fortuna que tiene si tuviese una consulta particular. Ni siquiera los profesores de Historia que fue vocero del primer gobierno de Bachelet y el otro que fue parlamentario que acabo siendo embajador en este gobierno tendrían la vida que tienen. Me refiero a Vidal y a Ricardo Ñuñez, respectivamente.

 La verdadera desigualdad es la que hay entre los políticos que viven a costa de los contribuyentes.

30 de abril de 2015

Impuestos y gastos

Acabo de presentar mi declaración de la renta por internet y como resultado del proceso me sale un documento con el bonito gráfico que pego a continuación sobre el destino del dinero recaudado por el estado español.

Sería interesante compararlo con tortas similares de otros países del entorno. Sin embargo no deja de llamar la atención la enorme proporción del gasto que va a parar a pensiones y prestaciones sociales. Se trata, para mí, de una buena fotografía del llamado Estado de Bienestar en su versión española que no hace más que dejar en evidencia que tiene el tiempo contado.





27 de octubre de 2014

Impuestos para los demás

Los laboristas británicos proponen un impuesto a las mansiones valorizadas en más de dos millones de libras que los miembros del parlamento no tendrán que pagar.

Como ven. En todos lados se cuece peronismo.

27 de agosto de 2014

Dedicatoria


Dicen que lo único seguro en la vida son la muerte y los impuestos. Este hombre sufrió ambas cosas pero no quiso irse de este mundo sin recordar el responsable de lo segundo: La lápida de José María Bejarano Martín luce un mensaje dirigido al ministro de Hacienda.

No me quiero imaginar cómo quedarían los cementerios en Argentina si sus habitantes optaran por similares decoraciones fúnebres.

13 de abril de 2014

Regreso al pasado


Desde que asumió el poder la Nueva Mayoría, o Nueva Pillería, o la Nueva Ratería como se les llama en la blogósfera chilena, no me entusiasma informarme de lo que ocurre en mi país, pues si la actual coalición lleva a cabo las diversas reformas estructurales que les desean hacer, el país va entrar en una decadencia o que ya entró con el gobierno de Sebastián Piñera. Hay que repetir hasta el cansancio que el país no necesita esas reformas, ya sea económicas, ya sea constitucionales. Necesita otras.

Los diversos actores económicos han anunciado que la reforma tributaria de Bachelet, por ejemplo, en el área de la vivienda repercutirá en el acceso a ella. Será literalmente un tsunami. Lo mismo con la eliminación del decreto ley 600. Leyendo y escuchando aquí y allá, me doy cuenta, por ejemplo, que pocos saben el origen de ese decreto. Unos como el ex candidato presidencial, Franco Parisi que usa en el programa ‘Mentiras Verdaderas’ calzoncillos Hugo Boss, le atribuye el origen, cuando estaba de ministro de Hacienda del general Pinochet, Hernán Büchi. Según Pamela Jiles, antes de entrar al programa, Parisi se mira sus calzoncillos en el camerino. Otros, como el ex ministro de Defensa de la ex Concertación, el ex demócrata cristiano, Jaime Ravinet le atribuye la autoría, al ex presidente Patricio Aylwin. Esto último es como decir que el ex ministro de Hacienda, el socialista comunitario, el demócrata cristiano, Alejandro Foxley fue el autor. Más bien durante el primer gobierno de la Concertación simplemente fue puesto al día. De hecho, el DL 600 es del año 1974 como parte del Estatuto de Inversión Extranjera del Régimen Militar. Todavía no estaba la Constitución de 1980 o bastiana, que resguarda con altos quórum la libertad, la vida y la propiedad, cosa que la Nueva Mayoría desea barrer.

 El país estaba en ruina y en quiebra. Por eso, se creó el decreto 600.Las empresas extranjeras se habían ido debido al gobierno de la Unidad Popular, que expropiaba a igual que el gobierno del mico comandante Chávez en Venezuela. Todo ello gracias, por una parte, al ex presidente Eduardo Frei Montalva que eliminó el artículo que resguardaba la propiedad privada en la Constitución del 1925,y por otra parte, la Unidad Popular que revivió un decreto que venía de la República Socialista de la década del 30.

 ¿Qué sabe los demócratas cristianos chilenos de garantizarle a los empresarios y a cualquiera persona los derechos de propiedad, si no han hecho un mea culpa por haber eliminado el artículo que resguardaba tal derecha en la Constitución de 1925? Y ahora con la directiva de Ignacio Walker desean repetir la historia al eliminar los altos quórum.

¿Qué van a saber los miembros de la ex Unidad Popular, los cuales se sienten orgullos por haber expropiado ilegalmente a fundos, a empresas nacionales y extranjeras de garantizarles la inversión a las personas y la propiedad? Y ahora pretenden lo mismo.

Como he dicho no he visto las noticias. Sin embargo, me informado por otros medios. Un post de Ciro Cárdenas del blog ‘Libertad o Socialismo’, ilustra que la Nueva Mayoría desea regresar al pasado. El ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes afirmó:”El Estado tiene que jugar un rol clave en nuestro el desarrollo productivo”. Es doctorado en Economía por la Universidad de Nueva York. Quizás el ministro desea volver al estanco del automóvil que había en la Unidad Popular, o revivir el proyecto informático Synco o construir el auto “chileno”, el Citroen Yagan, que se desarrolló entre 1971 y 1973. Y que Allende lo consideraba “el auto del pueblo”. ¡Qué le importa al actual ministro de economía que la empresa estatal del petróleo Enap esté en quiebra! ¡O que le importará el monstruo estatal Transantiago! ¡O los hospitales públicos! Síntomas de un retroceso lo vimos un poco antes, durante el primer gobierno de Bachelet, donde ella sostuvo que fue un error que el país se haya salido de la Comunidad Andina de Naciones, allá por el 1975 o 1976, porque él los militares decidieron bajar los aranceles a las importaciones. Cuando estaba vivo Álvaro Bardón casi le da un infarto al escuchar lo dijo la mandataria, que ni siquiera su ministro de Hacienda de Bachelet, Velasco quiso rectificar tremendo disparate.

 

Como corolario de lo anterior, es que en la política exterior el nuevo gobierno desea focalizarse en los países del Mercosur que en los países del Pacífico. Con todo, el país ha recibido más inversión de estos últimos. Y los países del Mercosur nos ponen problemas. El gobierno argentino nos quito el gas. Esa asociación latinoamericana es proteccionista.

A Bachelet le importa un comino las advertencias que le han realizado los políticos de la Derecha, de que la reforma tributaria afectará la inversión, el empleo y al propio país ante el resto del mundo. En cambio, los oportunistas de la Nueva Derecha con el movimiento Amplitud, después de conversar con la mandataria, se han mostrado a estudiar cada uno de las absurdas reformas de la Nueva Mayoría.

Antes que asumiera Bachelet, en un canal entrevistaban a un personero de gobierno de Piñera encargado de sacar adelante el programa ‘Tu empresa en día’, y que opinión tenía del nuevo ministro de Economía. Me reí, porque la Nueva Mayoría planea subirle los impuestos un 25% a las empresas, y según algunos, las empresas tributaran un 35%. La explicación no la leí. Vi solamente el titular. O sea, le van cargar la mochila. No conocía las palabras citadas más arriba de que el Estado sería encargado de aumentar la productividad. Nótese el sin sentido o absurdo que sería de las delicias del autor inglés “Alicia en el país de las Maravillas”, mejorar la productividad a base de impuestos. Puesto que ahora el café es gusto gourmet que han adquirido los chilenos, lo más probable es que al ministro se le ocurre crear la empresa nacional del café con el propósito de quitarle mercado al café colombiano Juan Valdez o al café argentino Bonafide. Y de paso, gratis e igualitario.

El post Ciro muestra una vez más que la ex Concertación fue una farsa, pues desean barrer las AFP, el sistema de salud privado y, naturalmente, la libertad de enseñanza. Desea hundir literalmente al país.

18 de febrero de 2014

Impuestos


Curioso. Parece que el vestuario estrambótico de los miembros de Abba se debía a la intención de pagar menos impuestos:

(...) the band's style was influenced in part by laws that allowed the cost of outfits to be deducted against tax – so long as the costumes were so outrageous they could not possibly be worn on the street.

Por favor pasar este dato a los Wachiturros.

Visto en Barcepundit.

7 de enero de 2014

Retirada táctica?



El runrun empezó hace dos días. Que iban a meter mano en Bienes Personales, subiendo las valuaciones a unas imposibles "valuaciones de mercado".
A los rumores le apareció una tímida desmentida.
Echegaray lo dió por seguro.
Capitanich dijo que lo iban a mandar al Congreso
Hoy el Acsel del Pueblo dijo que la VE nunca lo había planeado,  diciendo que niega "versiones periodísticas" dejando en offside al capo de la AFIP y al Jefe de Gabinete.
Un amigo que anda en las redes sociales me dice que en Twitter se había armado un revuelo padre, y que ya comparaban al asunto con la 125. ¿Habrán reculado o ya ni se hablan entre ellos?

22 de marzo de 2013

Trasumanto

No me van a decir que no es delirante, que el gobierno más patriotero desde la reinstalación democrática, el que en cada oportunidad en que le pinta saca a relucir el tema Malvinas con el peor perfil posible (sólo les falta Moreno proclamando un Volveremos al estilo McArthur), a la hora de cobrar impuestos considere que las islas son territorio extranjero. 

17 de diciembre de 2012

Justicia


No suelo prestar mucha atención a las encuestas que se hacen en internet, pero no deja de hacerme pensar esta que publican el día de hoy.

¿Bajo qué concepto puede parecerle justo a una persona que alguien tribute el 83% de sus ingresos?

8 de octubre de 2012

TV y radio estatales

Canon universal en Alemania para sufragar los costos de la televisión y radio públicas. Y estamos hablando de un "país serio".

Suena horroroso. Aunque si uno se pone a pensar se da cuenta de que los ciudadanos ya pagan la TV pública con sus impuestos. En este caso lo que se está haciendo es tributar una parte de la renta para un fin concreto en lugar de pagar para que vaya una bolsa y que luego los políticos repartan.

Quizá lo bueno de esta medida sea que si el sistema sigue siendo deficitario la opción de cerrar medios estatales de comunicación sea más potable ante los ciudadanos.

17 de mayo de 2012

Progre hasta que me tocan el bolsillo



En esta entrevista en la televisión francesa Will Smith se mostraba conforme con pagar más impuestos hasta que el periodista le comenta la propuesta del nuevo presidente Hollande de que los que ganan más de 1 millón de euros paguen un 75%... Pueden ver su reacción a partir del segundo 1:15.

26 de enero de 2012

Otro ladrillo en la pared (y van...)


Resulta que vuelto de vacaciones estaba intentando resolver el cambio de vehículo. Pasar de uno con ya 11 años de batalla a algo menos vapuleado, digamos con tres o cuatro años.
Antes de viajar había visto algo que me convenía, y ahí volví. Contento de ver la camioneta ideal todavía en vidriera, arremetí cuchillo entre los dientes dispuesto a pelear algún mango menos, ayudado por el argumento de que se les pone vieja en el salón.

Pero no. La camioneta sigue ahí porque a pesar de usada, la agencia la retiró del mercado debido a la imposibilidad de establecer un precio cierto.
¿Y por qué? porque mientras yo estaba afuera, la mierda gobernante decidió bajar el umbral del impuesto de los Okm "de lujo" (más de 35.000 dólares o sea casi todo lo medianamente aceptable en el mercado argentino) y las agencias parece que acordaron que este impuesto a los ceros se va a transferir proporcionalmente a los usados, para no frenar la venta de autos nuevos, cosa que pude comprobar al ver que ninguna agencia oficial tiene camionetas usadas (del segmento que me interesa) a la venta.

Para enterarse en detalle y agarrarse los huevos dedos con una morsa, ver acá.



(Los memoriosos entenderán por qué un Trabant ilustra el post)

28 de enero de 2011

Aves de rapiña


Fuerte ampliación del alcance del impuesto a la herencia

La provincia de Buenos Aires reglamentó ayer la ley que creó el impuesto a la transmisión gratuita de bienes (herencias, legados y donaciones), norma que, al modificar una ley anterior, supone un fuerte aumento de la presión fiscal, ya que afectará a herencias y donaciones por montos sensiblemente menores a los que se preveía gravar inicialmente. En consecuencia, el impuesto alcanzará a más contribuyentes que los que iban a quedar alcanzados originalmente.

El tributo comprende a todos los bienes de quienes residan en la provincia al producirse la transmisión o cesión. Pero también a todos los bienes, inmuebles, aeronaves, automóviles, participaciones empresariales o en sociedades o emisiones de títulos públicos o privados, cualquiera que sea el domicilio del titular. Y cuando el fallecido o cedente del patrimonio tiene domicilio bonaerense, también están alcanzadas las porciones del patrimonio radicados fuera del territorio. Incluso la ley dispone que la agencia de recaudación bonaerense (ARBA) abrirá y peritará las cajas de seguridad a nombre de los fallecidos para valuar sus contenidos.

La ley 14.044 sancionada en 2009 dispuso el retorno del impuesto a la herencia, pero entonces se habló de "tributo progresivo", pues
la escala creciente de imposición comenzaba a partir de un mínimo no imponible de tres millones de pesos.

En cambio, la modificación aplicada y que rige desde el primer día del año en curso dispone un fortísimo incremento de la presión tributaria.
La ley 14.200 -que apareció en el boletín oficial del 24 de diciembre pasado- redujo el mínimo no imponible a sólo $ 125.000, poco más de US$ 31.000, por lo que el gravamen afectará a patrimonios absolutamente modestos.

La Nación

Después de la idea de cobrar un impuesto a las compras con efectivo, de la cacería de quienes gasten más de cinco mil pesos con tarjeta y del aumento feroz del impuesto inmobiliario bonaerense, ahora se abalanzan contra las herencias cual buitres que son, al menos en la provincia de Buenos Aires. Eso sí, lo hacen con alegría, con esperanza, con fe, siempre para adelante en el marco del Estado Social Activo y sobre todo con trabajo, trabajo y más trabajo.

Ya no saben cómo seguir con la rapiña. ¿Estarán oliendo un final de fiesta?

3 de enero de 2011

1932, la muerte del sistema federal

Aunque el 99% de los argentinos lo ignore, el régimen de "coparticipación federal" que la nefasta reforma de 1994 terminó por convalidar, no era el que los constituyentes de 1853 habían instituido para el país, ni el que funcionó durante los años de la meteórica expansión argentina de 1860-1930. En el siguiente artículo, cuya lectura considero obligatoria, Meir Zylberberg (el autor de "Las raíces totalitarias del fracaso argentino") explica el origen de este horroroso sistema, que desde hace 80 años no hace más que alimentar el insaciable monstruo del Estado nacional, en desmedro de las provincias, que poco a poco han pasado a ser meros -y empobrecidos- vasallos del poder central:

Apuntes para la Corte Suprema. Así murió el federalismo (y la Argentina)

Por Meir Zylberberg

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Escuela para la Libertad Integral). La coparticipación federal impositiva formó parte del programa de reformas fiscales y monetarias que en la década del 30 dejó sin efecto el sistema rentístico y económico de la Constitución Nacional de 1853/60.

La idea del reparto del botín impositivo entre las autoridades nacionales y las provinciales vino ligada con el primer proyecto modificatorio del impuesto de emergencia a los réditos, en 1932.

El así llamado “Impuesto de Emergencia a los Réditos” fue introducido, el 19 de enero de 1932 por Decreto-Ley del gobierno militar “de facto” presidido por el Gral. José Félix Uriburu.

Los impuestos internos a los réditos y a las ventas constituyeron los gravámenes federales, precursores del nuevo régimen rentístico anticonstitucional que adoptaba la Argentina desde esa época.

Establecidos los controles cambiarios a fines de 1931 y con la paulatina desaparición del libre cambio en la Argentina, la decadencia y la constitución totalitaria—de hecho—estaban ya en marcha.

Gral. José Félix Uriburu

Encaminados hacia la autarquía, los ingresos del Tesoro Nacional no podían seguir dependiendo exclusivamente de los recursos externos, producto de derechos a la importación y exportación y de la venta y locación de tierras de propiedad nacional.

Lo curioso es que el 20 de enero de 1932 ya se reunía el Congreso Nacional, en sesiones extraordinarias y el 20 de febrero asumía el electo Poder Ejecutivo Nacional.

La premura no respondía a una mera casualidad. Se trataba de una estrategia urdida por los elementos estatistas, capitaneados por el Dr. Raúl Prebish, muy activos dentro del Ministerio de Hacienda del entonces gobierno 'de facto'.

El impuesto a las rentas, como tributo federal, había sido en forma sistemática rechazado, hasta la Revolución de 1930, por la Cámara de Senadores de la Nación. La maniobra consistió, pues, en presentarlo al nuevo Congreso, como un hecho consumado. La excusa que se le expuso al, no muy convencido, Gral. Uriburu era que debía entregar el poder con el presupuesto de la Nación equilibrado.

De esta manera, el 10 de mayo de 1932, la Comisión Especial de Presupuesto y Hacienda del Senado despachó favorablemente el proyecto de ley, en revisión, sancionado por la H. Cámara de Diputados, sobre los 'Impuestos de Emergencia a los Réditos'.

El artículo 1° del proyecto de ley modificatorio contenía dos partes: la primera confirmaba el Impuesto de Emergencia Nacional a los Réditos de fuente argentina, a partir del 1° de enero de 1932.

Lo fijaba por el término de tres años a partir de esa fecha; la segunda—nueva—referente al reparto (la después llamada coparticipación), significaba un claro anticipo de las verdaderas intenciones del grupo de nacional socialistas inspiradores del proyecto: Perpetuar el impuesto.

Estipulaba que “una futura ley determinaría cómo se iba a repartir el producido del impuesto entre la Nación y las Provincias, a contar del 1º de enero de 1934. De lo contrario, el Impuesto a los Réditos caducaría en forma automática”.


Raúl Prebisch

El debate del 14 de mayo de 1932

El Senado de la Nación se componía, en esa época de treinta miembros. Veintiocho por las 14 provincias y dos por la Capital federal.

Toda la Patagonia, La Pampa, Chaco, Formosa y Misiones carecían de voz y voto. Estaban regidas por normas atinentes a los territorios nacionales.

La mayoría oficialista de la Cámara se integraba por una conjunción de partidos conservadores y radicales antipersonalistas. Dos socialistas por la capital y dos demócratas progresistas santafesinos formaban el arco opositor. La extracción partidaria poco tuvo que ver con la opinión de los legisladores en este debate.

Los temas controvertidos giraron alrededor de los siguientes puntos:

1) Si el Impuesto a los Réditos era aplicable en todo el país;

2) El porvenir de las autonomías provinciales frente al gravamen;

3) Los propósitos encubiertos en la coparticipación;

4) Si estaban cumplidos los recaudos constitucionales para poder sancionar un tributo transitorio de estas características.

Benjamín Villafañe (Jujuy) y Raúl Ceballos Reyes (La Rioja) predijeron, con razón, el fracaso de la ley, tanto en sus provincias como en todo el Noroeste argentino.

Para Villafañe se trataba de una “ley suicida”, una plaga como la langosta que en esos días azotaba a Jujuy y amenazaba con “devorar hasta las piedras”.

El nuevo tributo se superponía con las vigentes contribuciones territoriales, de orden local, y los impuestos internos que cobraba la Nación. No hay dinero—insistía Villafañe— para pagar el canon de riego, menos habrá para solventar esta complicada carga.

Ceballos Reyes señalaba que en el Noroeste “apenas si se conoce la moneda argentina. El comercio se realiza con cueros de cabrito, mantas de vicuña y otros enseres en pago de servicios”.

La idea de la inconstitucionalidad del impuesto a los réditos era unánime: corrompe en sus bases las autonomías financieras de las provincias. No obstante, la Cámara Alta se dividió en dos grupos. Uno, muy influyente, sostenía que la grave crisis que atravesaba la Nación hacía imposible aferrarse en forma estricta a los preceptos constitucionales.

El otro entendía que “la posibilidad que el voto adverso desequilibre el presupuesto no debe ser motivo para aprobar una clase de impuesto que sufrirá en su aplicación los inconvenientes de la inconstitucionalidad” (Guillermo Rothe – Córdoba).

A la vez, este mismo legislador sostenía que “si votamos hoy el impuesto a las rentas, tendremos para el año que viene mayores recursos y mayores gastos, con el agravamiento de todas las dificultades económicas del país. En cambio, si no votamos este impuesto, el Poder Ejecutivo se apresurará a proponer medidas que permitan equilibrar el presupuesto y evitar los inconvenientes del impuesto a los réditos”.

Atanasio Eguiguren (Entre Ríos) y José Nicolás Matienzo (Tucumán) hicieron oír con argumentos irrefutables, los principios fundamentales por los que se rige nuestro Derecho Fiscal.

Según Matienzo: “En la República Argentina no existen contribuciones a medias. O son privativos de la Nación o corresponde que los usufructúen las provincias”.

Los impuestos que no están previstos en la Constitución no se pueden instituir. "Menos aún, porque en virtud del artículo 104, todas las facultades no delegadas a la Nación son de resorte provincial”.

En asuntos tributarios la Constitución es taxativa.

El artículo 4° dice: “El Gobierno Federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro Nacional formado por los derechos de importación y exportación, de la venta o locación de tierras de propiedad nacional; de la renta de correos; de las demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso General y de los empréstitos y operaciones de crédito que decrete el mismo Congreso para urgencias de la Nación o para empresas de utilidad nacional”.

Esto estaba confirmado por el artículo 67, inciso 2°, que establecía que correspondía al Congreso: “Imponer contribuciones directas proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exijan”.

Al no admitir la Constitución coparticipaciones, ni estando reunidos los tres recaudos para establecer tributos extraordinarios, no cabía otro camino que el voto negativo.


José Nicolás Matienzo

Para ilustrar a la Cámara, el senador Galíndez leyó una carta del gobernador de Entre Ríos doctor Etchevehere a su colega de Santa Fe, doctor Molinas, cuyos términos conservan plena actualidad:

“La situación de subordinación excesiva que generan las compensaciones en el curso deprimente de los subsidios, arruina el concepto de la personalidad política de los Estados Federales y nos aproxima cada día más al centralismo gubernamental que no es el de la Constitución…Hemos hecho del gobierno central un organismo excesivamente poderoso, factor principal de las perturbaciones que soporta la Nación”.

El trámite de la votación, en general, tuvo tintes dramáticos. Alberto Hueyo, ministro de Hacienda amenazaba con renunciar antes que dejar de cumplir con los compromisos de la Nación, tener que cerrar el presupuesto con déficit o ir a la devaluación.

Carlos Serrey (Salta), quien pensaba votar “silenciosamente en contra del proyecto” resolvió “sacrificar su honradez intelectual”. Consideraba que ningún senador de las provincias puede aceptar la coparticipación impositiva, porque eso significa perpetuar impuestos previstos para ser transitorios.

Propuso como enmienda, se suprima la cláusula de reparto y se agregue que el gravamen a los réditos “caducará el 31 de diciembre de 1934”. Finalizado el debate y en respuesta al pedido del senador socialista por la Capital Federal, Dr. Mario Bravo, la votación fue nominal.

De los senadores presentes, 16 lo hicieron por la afirmativa: Carlos Serrey(Salta), Robustiano Patrón Costas (Salta), Matías Sánchez Sorondo (Buenos Aires), Antonio Santamarina (Buenos Aires), Ramón S. Castillo (Catamarca), Mariano P. Cevallos (Córdoba), Juan José Lubary (Corrientes), Juan Manuel Vidal (Corrientes), Pío Montenegro (Santiago del Estero), Lucio López Peña (Tucumán), Cruz Vera (Mendoza), Mario Arenas (Mendoza), Mario Arancibia Rodríguez (San Luis), Adofo Rodríguez Saá (San Luis), Francisco R. Galíndez (Catamarca), Rudesindo Campos (Jujuy).

Por la negativa votaron 7: Los senadores Alfredo L. Palacios (Capital Federal), Raúl Ceballos Reyes(La Rioja), José Nicolás Matienzo(Tucumán), Atanasio Eguiguren(Entre Ríos), Eduardo Laurencena(Entre Ríos), Mario Bravo(Capital Federal) y Guillermo Rothe(Córdoba).

Al Impuesto de Emergencia a los Réditos que iba a caducar el 31 de diciembre de 1934, corregido y aumentado muchas veces, hoy en 2008, se lo llama “a las Ganancias”. La coparticipación, rechazada en 1932, para no convertir a “la Constitución en libro muerto” (Serrey), fue introducida, sin mayor discusión, justo el día que presuntamente iba a caducar el Impuesto de Emergencia a los réditos.

“Vamos hacia el centralismo, el unitarismo, la dictadura financiera”: con estas palabras, el 29 de enero de 1935, definía, con acierto, el constitucionalista y senador tucumano, José Nicolás Matienzo, el rumbo que tomaba el gobierno nacional, en aquella época. Esta declaración valía tanto para la prórroga por diez años del Impuesto a los Réditos y el Régimen de Reparto Impositivo, como para el entonces proyectado Banco Central de la República Argentina.

Alfredo Palacios

Transcurridos los primeros tres años se puso al descubierto la parodia de la transitoriedad.

El impuesto de “Emergencia” pasó a llamarse “Impuesto a los Réditos”, a secas. Montado el complejo organismo recaudador e instaurado el miedo, ya no había retorno. Los intereses creados de los sectores profesionales hicieron que la continuidad centralista, totalitaria, no detuviera su marcha. En la historia de las dos sesiones del Senado, quizás sea digno mencionar algunas curiosidades.

En el debate del 14 de mayo de 1932, en el que se discutió la validez constitucional del Impuesto a los Réditos, hicieron uso de la palabra más de la mitad de los miembros de la Cámara. Unos a favor y otros en contra. Participó el Ministro de Hacienda. El tema ocupó 30 páginas del Diario de Sesiones.

En la sesión del Senado de la Nación del 28 de diciembre de 1934, que dispuso su prórroga por10 años y el establecimiento del Régimen de Reparto, ya no intervinieron más que 2 oradores: Rudesindo S. Campos, representante por Jujuy, miembro informante de la mayoría y el entrerriano Atanasio Eguiguren, fundando su voto negativo. Fueron tres páginas incompletas las que le dedicó el Diario de Sesiones para registrar la breve discusión.

El Dr. Federico Pinedo tan afecto a las arengas parlamentarias, ya ministro de Hacienda, desde 1933, consideró intrascendente concurrir al recinto. Dieron por resuelto el asunto y cerrado el debate. El silencio, en materia de lucha por ideas y principios, se hizo luego tan largo como la decadencia argentina.

El principal argumento de R. S. Campos, quien junto a R. Patrón Costas y F. R. Galíndez, firmaron el despacho que aconsejaba la sanción, consistió “que la prórroga se debía a que la situación financiera, en general, con ligeras variantes, era casi la misma que tuvo el país en el año 1932”.

Pocos días más tarde el mismo Poder Ejecutivo, autor del proyecto, se ocupó de desmentir a su vocero en la Cámara de Senadores.

El 19 de enero de 1935, en el mensaje que acompañó al proyecto de creación del Banco Central de la República Argentina, se afirma todo lo contrario. Dice el Mensaje: “Traspuestas las dificultades apremiantes que el Poder Ejecutivo debió acometer con sus conocidas medidas de emergencia, ha llegado la oportunidad de proseguir el plan de acción económica que el Gobierno se ha trazado, llevando adelante el vasto programa de reconstrucción financiera y monetaria contemplada en los proyectos anexos”.

El texto de este Mensaje contiene párrafos que se asemejan a un libreto de ópera bufa. Festeja, en cierto modo, el triunfo de la burla a la ciudadanía toda. Dice más adelante: “fortalecida la situación del erario público, y reiniciado el resurgimiento de los negocios privados, puede pensarse en la realización de serias reformas que antes de esos hechos quizás hubiera sido prematuro emprender”.


Federico Pinedo

“Los proyectos impositivos presentados ante vuestra honorabilidad constituyen parte de este programa y continúan en algunos de sus aspectos las fundamentales reformas tributarias promovidas por el Gobierno Provisional y completadas en 1932 por este mismo Congreso. La otra parte, más importante, de ese mismo programa quedaría realizada si se aprobasen los proyectos orgánicos sobre la moneda y los bancos que el Poder Ejecutivo somete a vuestra honorabilidad”.

Un secreto muy sigilosamente guardado, tanto por los políticos de todas las tendencias como por docentes e intelectuales, son los argumentos contrarios que se esgrimieron, tanto en el momento de la sanción del Impuesto a los Réditos como de su prórroga.

El breve discurso de Atanasio Eguiguren, del 28 de diciembre de 1934, volvió a exponer las razones de su voto en contra de la ley que, con el correr de los 74 años de vigencia, iba a constituirse en el gran pilar de la decadencia económica e institucional argentina.

Afirmó Eguiguren en esa oportunidad: que “se trata de un impuesto al trabajo, a la producción y a todas las actividades útiles del país”; y en lo que respecta a su constitucionalidad “ el artículo 67, inciso 2º, de la Constitución, constituye el obstáculo insalvable para la sanción de esta ley.

Dice el inciso 2º del artículo 67, que el Congreso "está facultado para imponer contribuciones directas por tiempo determinado y proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exija”.

Es, pues, un impuesto excepcional para la Nación y solamente cuando medien estas circunstancias puede sancionarse, y por un tiempo expresamente determinado.

La cuestión reside, entonces en lo siguiente: ¿la defensa, la seguridad común y bien general del Estado, exigen la continuación de este tributo?

No es necesario ahondar mucho el análisis para contestar negativamente. Mucho más fácil es hacer economías sobre el presupuesto de la Nación, y más justo, desde luego, que sancionar este impuesto.

Cuando se discutió el tema del reparto en mayo de 1932, Eguiguren, lo calificaba de “anticientífico” y anticipaba el carácter “corruptor de las autonomías provinciales”.

No concebía que representante provincial alguno la admita. “En cuanto a Entre Ríos no titubeaba en decir que interpretando los anhelos de la misma , desde ya renuncia a todas las participaciones para salvar sus principios de autonomía provincial, y renunciamos a cualquier compensación de carácter pecuniario, al hacer estas manifestaciones”.

Frente a los hechos consumados, Eguiguren no reiteró estos conceptos a fines de 1934.

Eguiguren agregó una profecía que ya casi nadie discute como anormal: “La verdad es que esto se ha incorporado como un recurso común, que antes lo sancionamos por un tiempo menor, ahora por un tiempo mayor, y luego quedará incorporado indefinidamente al Tesoro de la Nación, violando así disposiciones expresas de la Constitución Nacional.”.

Atanasio Eguiguren

La cartelización impositiva a nivel nacional y sus consecuencias

La coparticipación impositiva consistió, desde sus comienzos, en 1935, en un severo ataque fiscal a las actividades útiles y lícitas en todo el territorio nacional, para que anualmente se reparta el producido, entre las Tesorerías de la Nación, provincias y Municipalidad de la Capital Federal.

Arrancó, hasta 1938, con el 82,5% para la Nación y 17,5% para la Municipalidad de la Capital Federal y las provincias.

Mediante un hábil juego de palabras, Nación, Provincias y Municipio de la Capital de la República, se convirtieron en sinónimos de sus correspondientes gobiernos. De ahí que las autoridades provinciales aceptaron librar con la Nación la guerra por los índices de reparto para permitirse el lujo de dilapidar sin tasa ni medida. Mediante este esquema, quien pagó fue la sociedad civil. El malgasto quedó a cargo del criterio de los políticos usufructuarios del poder.

El reparto nos llevó a una verdadera cartelización fiscal. Mediante este ardid además de anularse las autonomías financieras locales se privó de toda posibilidad de competencia impositiva entre las distintas jurisdicciones.

El vaticinio de Atanasio Eguiguren, en la sesión del 14 de mayo de 1932, se cumplió al pié de la letra. “Considero que los elementos esenciales para afianzar la autonomía política de las provincias no son solamente las normas institucionales y legales. Tienen un fundamento económico evidente: no hay nada más corruptor que la pobreza, tanto en el orden individual y privado como en el institucional y público. Las virtudes más prístinas a veces caen bajo esta situación: y las provincias se convierten en mendigas del gobierno central por la pobreza en las que ese mismo gobierno central las coloca sacándoles parte de sus rentas”.

El sistema de reparto encareció los costos de producción de las regiones alejadas de los grandes centros urbanos de consumo y exportación. Conseguir recursos sin necesidad de recaudarlos trajo el desquicio de las finanzas provinciales, el endeudamiento, bancos oficiales ficticios y gran crecimiento de las burocracias locales. Las complejas distribuciones posteriores fueron una verdadera muestra de incultura económica de nuestros políticos y de los llamados “economistas serios” que asesoran en materia tributaria.

El castigo impositivo a las actividades útiles empobreció aun más a las provincias. No obstante se apeló a supuestos principios de "solidaridad" y "justicia social" y se crearon la antinomia entre provincias "ricas" y "pobres".

Los “economistas macro” ignoraron en forma sistemática que en el mundo no existen países ni regiones ricas por obra de la naturaleza. La naturaleza no fue muy pródiga con Japón, Hong Kong o Singapur, hoy, los pueblos más prósperos de la Tierra.

Riqueza o miseria dependen del libre acceso y de la libre movilidad de los recursos. La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, la Patagonia no diferirían mucho de Texas o California si adoptaran las instituciones defensoras de la propiedad privada similares a las de estos estados norteamericanos.

Las violaciones a los principios económicos y jurídicos fundamentales hicieron estragos a través de los años.

La supuesta solidaridad distributiva, los altos y complejos impuestos en todo el territorio de la República, junto a las restricciones comunes a nivel nacional del mercado de trabajo, dieron como resultado el empobrecimiento de las otrora provincias llamadas “ricas”, hundiendo en la dependencia y aún más en la miseria, a las que habían sido consideradas “pobres”.

Si hubo un antes y un después de la Ley del impuesto a los réditos y la consecuente coparticipación, basta recordar nuevamente, la sesión del Senado nacional, del 14 de mayo de 1932.

En esa oportunidad, el miembro informante en la Cámara de la postura de la mayoría favorable al proyecto de Impuesto de Emergencia a los Réditos, senador correntino Juan Ramón Vidal, pudo decir, sin que moviera a risa a ninguno de los legisladores presentes, que: ”En otras circunstancias distintas de las actuales, esto podía haber determinado mi voto en contra, pero en las actuales, señor presidente, ante las necesidades que no pueden encontrar otra forma de solución, yo creo que las provincias estarán, como han estado siempre, dispuestas a hacer cualquier sacrificio para salvar los prestigios y el crédito de la Nación”. (El “esto”, expresaba lo dicho en un párrafo anterior, que “este impuesto lastima los intereses económicos de las provincias, ya bastante gravados por otros impuestos existentes").


Pacto de Olivos - 1994

Hoy, el gobernador de la otrora rica provincia de Buenos Aires mendiga ayuda a la Nación, para financiar un aspecto vital de todo gobierno civilizado, como es la seguridad de quienes habitan su territorio.

Ni el gobernador ni su secretario de Hacienda parecen haberse percatado de las amputaciones fiscales, ajenas al Pacto de Unión Nacional, que sufriera la Provincia de Buenos Aires, de parte de la Nación, en especial a partir de 1930.

La despoblación del interior y la formación de los ingobernables bolsones de pobreza alrededor de las grandes ciudades, en especial las "villas miseria”, dentro de la Capital Federal y el “Gran Buenos Aires”, son los ejemplos vivos de la tragedia.

Lejos de restablecer la forma republicana, representativa, federal de gobierno, la Convención Nacional Constituyente de 1994 convalidó el fracaso blanqueando constitucionalmente a la Coparticipación federal Impositiva, que había regido, de facto, por un período de 60 años. No es cuestión de índices de reparto. Para avanzar hacia el restablecimiento económico y el federalismo fiscal no hay otro camino: La abolición del Sistema de Coparticipación Federal Impositiva.

8 de noviembre de 2010

Peaje

Bariloche impone un aporte a firmas que no sean de allí

Deberán pagar de 5000 a 15.000 pesos por mes para integrar un fondo para obras sociales

La Nación (Argentina)


En cuanto los responsables de esta norma se den cuenta de que a causa de ella muchas empresas van a decidir marcharse de Bariloche seguro que van a crear un impuesto por retirarse.

23 de abril de 2010

Eliminen al intermediario

En Argentina, pertenecer a la categoría de "trabajador autónomo" es ser prácticamente un kelper fiscal. 
En los últimos tres años, gracias a las creativas maneras que los muchachos de la AFIP encuentran para aumentar mis contribuciones sin decir que me están aumentando los impuestos (reempadronamientos, recategorizaciones, you name it) mi gasto en ese rubro ha aumentado aproximadamente un 350%. Y eso sin mencionar el Impuesto a las Ganancias y el  regalito que nos dejó Mingo Cavallo, Bienes Personales.  
A partir de marzo, sin embargo, ya se cansaron de eufemismos y directamente me aumentaron la cuota. Resulta que con la Ley de Movilidad Jubilatoria, se puede aumentar a los jubilados si aumenta la recaudación, y qué mejor para aumentar la recaudación que aumentar los impuestos. Vamos, no me van a venir con eso de que si no sería mejor dejar de pisarle la cabeza a los emprendedores y permitir que surgieran más, así la base de contribuyentes aumenta y el resultado es mejor y más sostenible en el tiempo. Psss...qué manga de neoliberales.

El asunto es que como están las cosas, yo estoy pagando mensualmente, sólo en concepto de "autónomos", casi-casi el equivalente a una jubilación mínima. Y no estoy seguro de que mi plata vaya a los jubilados. (Es un sarcasmo, todos sabemos que la plata del ANSES sirve para cualquier cosa menos para pagar jubilaciones).

Entonces propongo que se elimine el intermediario. Que directamente me asignen un abuelito para cuidar, y que yo me ocupe de todos sus gastos. Probablemente me resulte más económico traerlo a vivir conmigo y aprovechar la pequeña economía de escala que se produce internamente en los hogares (por ejemplo el costo de la vivienda del jubilado ya estaría cubierto, la alimentación se computaría a costo marginal, podría prestarle mi ropa, esas cosas).
Mi senior citizen podría disfrutar de la TV , pasear por el jardín, sentarse a disfrutar tranquilamente del sol otoñal en la galería que construí el año pasado (por la cual me aumentaron considerablemente el impuesto inmobiliario, gracias ARBA). Mi mujer y yo trabajamos todo el día, no estamos en casa, así que tampoco me molestaría que invitara a otros abuelitos a tomar mate, jugar al dominó o escuchar tango. 
Todo eso a cambio de que dejen de exprimirme el jugo fiscal hasta dejarme seco.

Piénsenlo, señores de la AFIP, señores de la ANSES. Ustedes están preocupadísimos por el bienestar de nuestra clase pasiva, ¿verdad?. Bueno, estoy seguro de que lo que propongo será más beneficioso para ellos que cualquiera de las resoluciones que están encima de sus escritorios a punto de ser firmadas.

Y de paso, me quito un poquito de encima esta sensación de ser un reverendísmo imbécil cada vez que que pago mis impuestos.

Gracias


25 de enero de 2010

Peligro




El mate, declarado Bebida Nacional

El Senado aprobó hoy el proyecto presentado por el senador misionero Eduardo Torres. La infusión es la bebida más tomada del país y está presente en el 92% de los hogares, sin distinción de clases sociales ni edades.


La Razón (Argentina)



Mala cosa es que los gobiernos se acuerden de las llamadas "costumbres populares". El siguiente paso será crear un impuesto al mate, a la cebada o a la chupada de bombilla (con ruido tendría un recargo adicional).

Digo yo, ¿para qué hay que hacer oficial algo que es costumbre nacional?

24 de diciembre de 2009

Colaboracionistas, a joderse

La Afip derogó el sistema de control de facturación en blanco, el "IVA y Vuelta". El sistema se había quedado sin presupuesto, aunque la excusa fue "suspensión temporaria".

El "IVA y Vuelta" consistió en cinco sorteos por mes de autos 0 km en los que participaron personas que presentaban los tickets por sus compras que les habían entregado los negocios.

Urgente24

2 de noviembre de 2009

Preguntas



"Entre la droga, la vida sedentaria y la obesidad estamos criando una sociedad llena de vicios y enfermedades. Si la sociedad tiene ídolos, se crearán escuelas, la gente practicará otras actividades. Queremos que los chicos dejen una vida tan sedentaria que nos hace tan mal".

Infobae (Argentina)


Gerardo Werthein, titular del COA, presentando el proyecto de aporte del 1 por ciento de las facturas de celulares para financiar los deportes olímpicos.

¿Por qué todo funcionario argentino cree que cualquier mejorar en el desarrollo de su área tiene que pasar por crear o aumentar impuestos?

¿Si es tan bueno y maravilloso apoyar el deporte olímpico, por qué la gente no lo hace voluntariamente?

¿Si es tan bueno y maravilloso dejar atrás la vida sedentaria que nos hace crecer grasa en el cuerpo, por qué el señor Werthein no es el primero en dar el ejemplo?

22 de octubre de 2009

Viva el impuestazo tecnológico aunque yo perezca.



Ayer cuando iba a la oficina escuché por la radio a una inimputable (creo que era senadora, pero para el caso es indiferente) diciendo que no había ninguna razón por la cual los productos tecnológicos alcanzados por la nueva ley que están a punto de sancionar tuvieran que aumentar de precio.
"Ya me parecía -pensé- que no podía ser que en una época con un consumo deprimido fueran a hacer cosas que lo frenaran aún más, esto es cosa de los medios neoliberales destituyentes, menos mal que ahora se acabó el mito de la libertad de prensa". Es que yo pienso idioteces cuando estoy en ayunas.
Y después desayuné y volví a la normalidad y me puse a hacer cuentitas.
La simpática ley grava con un 17% de impuestos internos y un 10,5% de IVA adicional a todos los productos alcanzados. Esto es, un 27,5% en total. Si se considera que un televisor de pantalla LCD se vende en estas latitudes unas 3 veces más caro que en USA, uno podría pensar que los muchachos de las casas de electrodomésticos, deducidos seguro, flete, derechos de importación y otras cosas raras como "tasa de estadística" tienen un margen de digamos, un 60% (estoy siendo muy conservador, probablemente sea más cercano al 100%). Así las cosas ellos podrían absorber un 27,5% y todavía tener ganancia. Sin embargo, nunca en la historia se ha visto en Argentina que un comerciante no traslade sus mayores costos al consumidor. Además, con las importaciones casi cerradas, los LCD de buena calidad van a ser escasos y por más que se empeñen en negarlas, las leyes de mercado funcionan.
Entonces pensemos que lo más probable es que estos productos aumenten sus precios entre un 30 % y un 40 %  (por decir algo, puede que sea aún más).
Del otro lado tenemos los gloriosos LCD nacionales y populares, fabricados en ese territorio de avanzada, en nuestro polo tecnológico de Tierra del Fuego, que se ensamblan con partes importadas y en general semi obsoletas (los paneles LCD de los televisores que se arman en Tierra del Fuego se dejaron de usar hace un año), pero eso sí, tendrán un manual de instrucciones, algunas calcomanías y etiquetas, la lista de services autorizados y la caja de cartón enteramente producidas en el país. (con insumos importados, en su mayor parte).
Ahora bien, estos productos "nacionales" estarán beneficiados con una reducción del IVA. Uno podría pensar, entonces, que no sólo deberían ser más baratos que sus equivalentes importados, sino que luego de la puesta en marcha de la ley, deberían ser incluso más baratos que ahora. Es decir, si uno se resignara a un producto de calidad inferior, al menos lo pagaría a buen precio.
Pero, el mercado funciona.
Si el producto de la competencia costara un 40% más, ¿qué incentivo tendrían los fabricantes nac & pop para abaratar el suyo? ¿Qué incentivo tendrían, incluso, para mantener los precios actuales? ¿Por qué razón no hacer una corrección hacia arriba de, digamos un 20%? Con importaciones escasas, las alternativas del consumidor serán : producto importado a precio ultrajante, producto nacional a precio doloroso, o contrabando.
En conclusión, nos esperan muchos años de tecnología de segunda, a precios de primera.
Porque no veo a nadie con los cojones ni la inclinación intelectual necesaria para corregir esto en el futuro inmediato, pagando el costo de ser el responsable de "destruir puestos de trabajo".