9 de junio de 2005

535 para 546

Que el sistema político argentino esta destruído no es ninguna novedad. El PJ vive en el permanente enfrentamiento faccioso, sin rastros de democracia interna, un método que ha sido calcado ahora por la UCR, con impensadas variantes capitalistas como la venta de cargos en Santa Fe. Las izquierdas son clubes de barrio, por representatividad y número de miebros, con la excepción del Partido Socialista que al menos en Santa Fe es una empresa familiar, con el anexo de una agencia de colocaciones para estudiantes universitarios.
Las "derechas" (uso comillas porque ellos no se reconocen bajo ese rótulo) son entelequias imaginadas en torno a figuras mediáticas, sin fuerza parlamentaria razonable ni coherencia ideológica, el mismo sistema que organiza al ARI en torno a una colección de denuncias, predicciones y efluvios místicos.
El último clavo en el cajón donde se entierra la fiabilidad del sistema partidario (pilar del sistema democrático, segun la constitución del 94) lo pone el decreto 535 que habilita a participar en las elecciones nada menos que a 546 partidos políticos que no reúnen todavía los requisitos de ley.
Entiendo que lo que pretende el Presidente y sus secuaces es maximizar la atomización del voto disidente, para desmantelar las posibilidades de un NO coherente en su pretendido plebiscito, que sueñan como camino al poder absoluto.
Queda en claro que cuando defienden su preciada democracia, no defienden la misma democracia que yo. Deberían leer a Sartori, ahora que lo premiaron. No, igual es inútil. Hablamos de cosas diferentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi opinion, hay varias opciones para lo que esta pasando hace rato en el pais:

1) La gente (clase media) esta convencida de girar a la izquierda, apoyada hasta en el mensaje dominical catolico latinomericano por muchos años.

2) La gente esta muy engañada por metodos de "propaganda" oficial (que siempre existieron).

3) La gente es ignorante y no le interesa. Pero votan.

4) La gente no tiene bolas.

Para mi, creo que lejos la ultima es la causa. Ni la dirigencia privada o los politicos de cualquier orientacion (mas alla de sus aparentes romances) se atreven a decir en lo que creen.

Y mas que nada porque no saben como hacer lo que prometen.