22 de octubre de 2007

El salamín al acecho



En la previa de la crisis del 2001, se produjo el insólito fenómeno del "voto bronca". Un porcentaje importante de los votantes mostró su desprecio por el sistema político, por los candidatos y por sus propuestas metiendo cualquier cosa en los sobres de las elecciones legislativas. Rodajas de salame, votos a Clemente, a Maradona, a San Martín; sobres con papel higiénico. Tanto que el voto anulado fue la segunda fuerza.
Después del "que se vayan todos", en el 2003 hubo un atisbo de recuperación en la participación de la gente. Creo que desde 1983 ninguna elección tuvo tanta participación. A pesar de esto terminó siendo otro desfalco al sistema electoral, con el PJ presentando tres fórmulas encubriendo una elección por sublemas.
Las elecciones legislativas y distritales en los últimos tiempos han dado algunas muestras notables de que todavía queda un resto en la gente que puede cambiar las cosas. Misiones fue un ejemplo. Pero lo de Macri en Capital, Fabiana Ríos en Tierra del Fuego, y Binner acá en Santa Fe son fenómenos locales y ninguno de ellos está asociado a una estructura con presencia nacional.
Atrás de las encuestas amañadas que se publican todos los días, se esconde una versión peor de aquel "voto bronca". Ahora a la gente, directamente no le interesa elegir. Un 70% muestra desinterés.
Creo que es un síntoma. Aunque alguno quiera pintarlo como una muestra de madurez del sistema político argento, yo creo que es el prólogo de algo, y no precisamente positivo.

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