Mientras en tantos países la justicia sigue empeñada en centrarse en lo que ocurrió hace treinta o cuarenta años y tantos jueces juegan al superhéroe ciscándose en las jurisdicciones para meterse con ex dictadores decrépitos, mientras la progresía mundial se regodea con investigaciones, fallos, sentencias y condenas para fieras salvajes desdentadas por los años, allá afuera, donde no conviene mirar mucho, suceden cosas espantosas pero como no sirven al habitual discurso anticapitalista y antinorteamericano nadie las atiende.
Pasó en la ex Yugoslavia, donde un verdadero genocidio se desarrolló en la propia Europa, tan culta, tan humana, tan llena de jueces correctos, y tan inútil para intervenir en el conflicto que sólo entró en caja cuando aparecieron los bombardeos yanquis.
Y pasa ahora en Birmania, donde la gente ya se hartó de Myanmar. Donde sigue la represión y las muertes siguen sin pausa.
1 comentario:
A mí me dijeron esto hace poco: "No te entiendo. Te molesta que se condene a la dictadura argentina pero querés que se condene a la de Birmania".
Lo que esa persona no entiende es que hay cosas que están pasando AHORA, que son actuales y no exhumaciones ideológicas de un pasado cronológica y fácticamente superado.
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