Esta mañana, a raíz de éste post, Luis me preguntaba mi opinión sobre el tema.
Le contaba en un mail que la situación sigue deteriorándose a pasos agigantados. En lo personal lo vivo en la zona de la Ciudad Universitaria (aka "La Siberia") que históricamente es tierra de nadie. Mi barrio, que usualmente era tranquilo, ahora es escenario permenente de arrebatos, sino directamente robos a mano armada.
En la periferia, la cosa está que arde. Los asesinatos con aroma a "ajuste de cuentas" se informan cada dos por tres, matizando con las internaciones de menores con sobredosis por causa de aspiradas diversas.
Sin embargo, el tema del crecimiento del delito no aparece prácticamente en la agenda de nadie. Votamos hace casi dos meses para gobernador, y la cuestión fue apenas marginal en la campaña, como parece que es en las presidenciales que vienen. Y eso que en la ciudad de Santa Fe, sede de las autoridades provinciales, la cosa está peor. Hace una semana a un expolicía lo liquidaron frente a su mujer y a su hijo, pegándole nada menos que 12 tiros, llevando la cuenta de los homicidios en la ciudad a 90 en lo que va del año (0.18 cada mil habitantes!)
Como en el cuento de la rana hervida, la sociedad se va acostumbrando a un ambiente hostil, pero llevamos ya mucho tiempo al fuego, y cada vez son más los que se queman.
1 comentario:
Lamentablemente ya nos vamos acostumbrando a esto...
Si seguimos con la premisa "más escuelas, menos cárceles" vamos a estar un buen tiempo hasta acabar con este problema.
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