11 de noviembre de 2007

Flora, la gata indigenista

Hoy, describiendo el proceso con la terminológía acuñada por mi hijo, Ceferino Namuncurá fué ascendido en la función que ocupa en el culto católico, pasando a la expectable categoría de beato.
El hecho es inédito porque significa la primer beatificación de un indígena mapuche, y además porque es la primera vez que un ritual semejante se celebra en un pueblito tan minusculo como el patagónico Chimpay.

Eso si, a la comparsa indigenista el asunto no les gusta nada. Dicen que "se lo llevaron vivo y lo devolvieron muerto", y que con la beatificación "sigue la colonización".

De paso, vale recordar que Ceferino no era 100% indígena, sino mitad Huinca, ya que su madre era una blanca cautiva. Vale recordar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No solo a los indigenistas les cayó como el tujes la beatificación. Fijate lo que dijo el HDP del Perro:

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-94491-2007-11-11.html

Francisco P

Anónimo dijo...

Una autentica conchuda zurdeta con el cassetito de la propaganda y la cizaña tipicas del sorete de verbitsky y tantos otros (cada vez son mas) repetidores de giladas repletas de mala leche....

Jorge^Peña