Hoy, describiendo el proceso con la terminológía acuñada por mi hijo, Ceferino Namuncurá fué ascendido en la función que ocupa en el culto católico, pasando a la expectable categoría de beato.
El hecho es inédito porque significa la primer beatificación de un indígena mapuche, y además porque es la primera vez que un ritual semejante se celebra en un pueblito tan minusculo como el patagónico Chimpay.
Eso si, a la comparsa indigenista el asunto no les gusta nada. Dicen que "se lo llevaron vivo y lo devolvieron muerto", y que con la beatificación "sigue la colonización".
De paso, vale recordar que Ceferino no era 100% indígena, sino mitad Huinca, ya que su madre era una blanca cautiva. Vale recordar.
2 comentarios:
No solo a los indigenistas les cayó como el tujes la beatificación. Fijate lo que dijo el HDP del Perro:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-94491-2007-11-11.html
Francisco P
Una autentica conchuda zurdeta con el cassetito de la propaganda y la cizaña tipicas del sorete de verbitsky y tantos otros (cada vez son mas) repetidores de giladas repletas de mala leche....
Jorge^Peña
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