Apenas terminada la primera guerra mundial, cundió en Alemania el mito popular de que la derrota había sido en parte a causa de una enorme conspiración -en parte alimentada por los judíos- que había causado que muchos sectores retiraran su esfuerzo ante el llamado de la Patria, minando el esfuerzo bélico. Como todo argumento de esta especie, la Leyenda de la Puñalada en la Espalda pretendió tapar el fracaso del gobierno y de los militares para manejar la guerra, transfiriendo la culpa a un elusivo "otro".
El argumento de la puñalada sirvió luego, en buena medida para sumar argumentos al antisemitismo que se hizo política oficial con el nazismo.
Esto viene a cuento porque hoy el Néstor le achacó a tabaré Vázquez haberle "dado una puñalada al pueblo argentino". Una extraña recurrencia de la figura retórica, cuando se busca a quién echarle la culpa de la propia incapacidad. Debe ser pura casualidad, porque a pesar de su apellido alemán, dudo que el tipo tenga alguna idea sobre la dolchstoßlegende.
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