30 de marzo de 2008
Mazorca
Foto: La primera dama Encarnación Kirchner junto al jefe de sus mazorqueros Luis D'Elía.
Un gran amigo me regaló este libro:
¡Mueran los salvajes unitarios!
Por Gabriel M Di Meglio
Sudamericana/224 páginas/$ 28
"¡Mueran los salvajes unitarios! , de Gabriel Di Meglio, resuelve con sencillez algunas de las complejas tramas políticas, sociales y culturales del segundo período de gobierno de Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires (1835-1852). Lo hace a través del estudio de lo que, muy groseramente, se podría definir como la policía política del Restaurador de las Leyes: la Mazorca, brazo armado y homicida de la Sociedad Popular Restauradora.
La aparición, en la Buenos Aires criolla, de esta inusitada herramienta de poder -desconocida hasta entonces no porque hubieran faltado políticas terroristas, sino porque ninguna había sido ejecutada con medios clandestinos- se debió a las luchas entre partidarios y enemigos del Restaurador de las Leyes, entre fines de su primer gobierno, en 1832, e inicios del segundo, en 1835. Durante ese lapso de incertidumbre y conflicto, y mientras Rosas trataba de obtener mayor prestigio e influencia con su campaña al desierto, su esposa Encarnación Ezcurra se las arregló para deshacerse de adversarios y competidores con una puntillosa red de alianzas, regalos y halagos a los sectores oprimidos de la sociedad porteña, libertos, sirvientes, jornaleros y gauchos sin otro amparo que la amistad de la influyente señora. Ese aparato de espionaje, delación y amenaza, sumado al patrocinio de los partidarios que su marido había logrado reclutar entre el patriciado porteño, le permitió a doña Encarnación poner en manos de Rosas una fuente de presión política y social que tendría a cargo la sangrienta tarea de eliminar a algunos de sus numerosos enemigos."
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1 comentario:
Rosas - Perón - Kirchner
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