14 de abril de 2008

Las retenciones, contra la hambruna

Como si ya no fuera suficientemente con que la Argentina sea integrante del grupo de países top que grava con retenciones las exportaciones de alimentos, ayer el ministro Bob Patiño (Sideshow Bob le cae más apropiado) estuvo explicando que la idea de confiscar a los productores es una medida genial para proteger a los más pobnres, y que su generalización permitiría atacar el problema del hambre en el mundo.

Un Nobel ahí...

4 comentarios:

Ramiro dijo...

O dos: Economía y de la Paz...

@PaloMedrano dijo...

Se equivocan los dos. El Nobel que se va a llevar este gobierno es el de literatura. ¿O acaso se olvidan de que lo fundamental es la "construcción del relato"?

Y ya que hablamos de premios, los invito a participar del certamen bolivariano que acabo de organizar en mi blog. No les va a llevar más de un minuto, y los premios son realmente increibles.

Anónimo dijo...

che, pero este tipo era un genio ignorado! que injustos hemos sido con el!!! perdonanos señor, porque no sabiamos lo que haciamos...

Anónimo dijo...

Para mi aca hay un enigma de dificil resolución, y parecería que va a ser cada vez peor. La gente que tiene campo y la que produce en el interior se sienten dueños de lo que hacen porque adquirieron y trabajaron lo que tienen de forma honrada y muchos por varias generaciones. La poblacion urbana en muchos sentidos ha gozado de ese colchon de riqueza, principalmente a traves de alimentos baratos por muchos años. Ahora que la situación internacional catapulta el valor de la propiedad y el trabajo de los primeros a nuevos niveles de valor (en mi opinión mucho más realistas) los que disfrutaban de esa riqueza como free riders se hallan con un serio problema adquisitivo. Hay derechos adquiridos, al menos en percepcion, que chocan violentamente y van a chocar cada vez más.
Y sin embargo, nadie quiere irse de una ciudad a vivir al interior o volcarse a trabajar en una actividad relacionada con el agro (en gran parte porque es irse a un rubro que esta efectivamente abandonado por las políticas de desarrollo nacionales).
El "reparto" es la facil, pero a costa de una perdida enorme en la masa total de negocios del país, especialmente en uno como el nuestro. No se como se soluciona a largo plazo, los intereses son demasiado opuestos.
Desde el productor es amargo, porque mucha gente ha hecho lo mismo por años sin ganar mucho, incluso grandes productores, especialmente en el rubro ganadería, pero pensando que a niveles internacionales eran una actividad sana, altamente eficiente, luego, en algún punto esperaban capitalizar años de simple supervivencia. Y la sensación es que cuando finalmente llega la bonanza el estado quiere hacerse con los beneficios. En terminos de desaliento al productor es un golpe nefasto.