19 de marzo de 2009

Fabricando desiertos


En los tiempos anteriores a la llegada de Castro al poder, Cuba era una potencia agrícola, produciendo principalmente azúcar, café, tabaco y arroz, además de fruta fresca de primera calidad. 
La isla se autoabastecía y exportaba el excedente, llegando a ser el primer exportador de azúcar del mundo. 
Con la revolución llegaron las reformas agrarias (2, sucesivas) y el desembarco del Estado y los burócratas en el sector que hasta ese momento era el mas dinámico de la economía. Después llegaron los delirios de la reingeniería productiva socialista. En los terrenos donde se cultivaba café, a alguien (dicen que a Fidel) se le ocurrió implantar cítiricos. Se perdieron los cafetales y las naranjas nunca se adaptaron en forma. En los años en que la isla se transformó en proveedor dependiente de la URSS las faltas se disimularon, pero en los últimos años la ineficiencia del sector se hace cada vez mas notable. Respecto al azúcar, por ejemplo, de 58 millones de toneladas cosechadas en 1990 se cayó a apenas 34 millones en 2003. Hoy la producción doméstica no alcanza para el autoabastecimiento y tienen que importar azúcar de Brasil, Colombia y Belarus. Eso si, a la actividad la manejan y regulan 490 diferentes entidades estatales. 
Chávez está repitiendo el mismo camino. El otro día comenté acá que estatizó un predio donde se cultivan eucaliptos que se van a erradicar para implantar algun cultivo mas nacional y popular. Veo en El Opinador que ahora liquida el cultivo del chocolate mas fino del país, seguramente para sembrar poroto negro o maíz. 
En Cuba el argumento para reventar a la industria agrícola fue la opresión y la indignidad en que -según decían- estaban los trabajadores rurales. En Venezuela es la "soberanía alimentaria". 
Cualquier parecido con la guerra local contra los productores del yuyo no es casual. Es ideológico. 

No hay comentarios.: