Frankenstein, o el moderno Prometeo
El engendro le pidió a Víctor Frankenstein que completara su obra y le hiciera una compañera para él.
Víctor se compadeció, y le prometió que lo haría.
Bueno, en una isla de Escocia construyó un nuevo laboratorio, y comenzó de nuevo a experimentar.
Pero sus remordimientos fueron demasiado fuertes y finalmente decidió destruir esa segunda creación antes de llegar a darle vida.
La monstruosa electro-cristalización de materia inanimada, en consecuencia, nunca pudo disfrutar de su contraparte femenina.
Bueno, estoy segura que si la talentosa Mary Wollstonecraft Godwin -en 1818- hubiera podido imaginar que existirían los Kirchner, la historia habría sido diferente.
2 comentarios:
Ah, Mary Shelley. Qué gótica.
A la historia de los Kirchner, en vez de Mary Shelley que era una inglesa imperialista, la escribirá algún talentoso autor nacional del tipo de Horacio Verbitsky o Felipe Pigna.
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