12 de abril de 2009

Parallel Lives

'No tema usted, no cometeré más crímenes. Mi tarea ha terminado. Ni su vida ni la de ningún otro ser humano son necesarias ya para que se cumpla lo que debe cumplirse. Bastará con una sola existencia: la mía. Y no tardaré en efectuar esta inmolación. Dejaré su navío, tomaré el trineo que me ha conducido hasta aquí y me dirigiré al más alejado y septentrional lugar del hemisferio; allí recogeré todo cuanto pueda arder para construir una pira en la que pueda consumirse mi mísero cuerpo'.

Frankenstein, o el moderno Prometeo

El engendro le pidió a Víctor Frankenstein que completara su obra y le hiciera una compañera para él.
Víctor se compadeció, y le prometió que lo haría.
Bueno, en una isla de Escocia construyó un nuevo laboratorio, y comenzó de nuevo a experimentar.
Pero sus remordimientos fueron demasiado fuertes y finalmente decidió destruir esa segunda creación antes de llegar a darle vida.
La monstruosa electro-cristalización de materia inanimada, en consecuencia, nunca pudo disfrutar de su contraparte femenina.

Bueno, estoy segura que si la talentosa Mary Wollstonecraft Godwin -en 1818- hubiera podido imaginar que existirían los Kirchner, la historia habría sido diferente.

2 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Ah, Mary Shelley. Qué gótica.

Carlos dijo...

A la historia de los Kirchner, en vez de Mary Shelley que era una inglesa imperialista, la escribirá algún talentoso autor nacional del tipo de Horacio Verbitsky o Felipe Pigna.