En lo que podría terminar siendo una de las mayores incautaciones antiterroristas en la historia de Estados Unidos, los fiscales presentaron una demanda civil en una corte federal en busca de la incautación de más de 500 millones de dólares en activos de la Fundación Alavi, sin fines de lucro, y una presunta compañía fachada.
Los activos incluyen cuentas bancarias; centros islámicos en la ciudad de Nueva York, Maryland, California y Houston; más de 40 hectáreas (100 acres) en Virginia; y una torre de oficinas de 36 pisos en Nueva York.
El incautar las propiedades sería un fuerte golpe contra Irán, al que el gobierno estadounidense ha acusado de financiar el terrorismo y de buscar el desarrollo de una bomba atómica.
Una llamada telefónica y un correo electrónico a la misión iraní en las Naciones Unidas para solicitar comentarios al respecto no fueron respondidos de inmediato. Tampoco fue respondida una llamada realizada a la Fundación Alavi.
Es extremadamente infrecuente que las autoridades de seguridad estadounidenses incauten un templo de oración, una medida que podría ser cuestionada por el derecho a la religión consagrado en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
La medida contra las mezquitas musulmanes chiíes seguramente tensará las relaciones entre el gobierno de Estados Unidos y la comunidad musulmana estadounidense, cuyos integrantes temen represalias luego que ocurriera un tiroteo en Fort Hood la semana pasada, que fue achacado a un mayor musulmán estadounidense.
Las mezquitas y el rascacielos permanecerán abiertos mientras el caso de incautación avanza en las cortes en lo que podría ser un proceso largo.
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La Yihad en Eurabia
14 de noviembre de 2009
Una acción inesperada
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