10 de diciembre de 2009

Un tal Hernández

En estos días -y motivado por la lectura de algunas citas suyas mencionadas en Una Nación para el desierto argentino- estoy leyendo documentos originales de José Hernández, el que cada vez me parece mas grande, y del que creo que la construcción de su figura como "autor gaucho" apuntó a tapar sus ideas y sus batallas políticas en defensa del federalismo y en oposición al mitrismo.

Van un par de líneas, como muestra:

"hemos sostenido la teoría de que los gobiernos no deben ser empresarios, combatiendo la tendencia absorbente y monopolizadora de los gobiernos que quieren ir ensanchando la esfera de sus funciones invadiendo la de la sociedad" (21-10-1869)

"Como individuo particular declaro que soy oposicionista a las obras públicas practicadas por el gobierno y prefiero se favorezcan las empresas particulares porque creo que el empleo de los capitales particulares puede llevar a la provincia al adelanto y el progreso, y porque creo que la intervención del gobierno en las obras públicas tiende a matar a la iniciativa particular"(21-05-1879)

"Consecuentemente con mis opiniones, varias veces manifestadas, de que las obras públicas deben ser hechas por particulares, debo estar en contra de la expropiación de las obras ya construídas por empresas particulares" (11-07-1882)

Y una perla extra, que tiene validez ahora mismo:

"Desde hace muchos años, parece que la naturaleza despedazó los moldes en que debían fundirse los hombres privilegiados para hacer la felicidad de la patria.
Hoy la obra requiere el concurso de todos, la inteligencia de todos, su acción activa, generosa y espontánea; porque así pueden corregirse los males, desarraigarse los abusos, afianzar los derechos y las libertades públicas, fecundizar los elementos de la prosperidad común (...) Los restauradores son de otra época.
Llámese restaurador de las leyes, como Rosas.
Restaurador del sosiego público, como don Pascual Echagüe.
Restaurador de las libertades argentinas, como Mitre.
Semejantes denominaciones para encubrir monstruosidades son un anacronismo en nuestra época, son una burla sangrienta hecha a la faz de los pueblos, que tienen la conciencia de sus derechos y ven sus códigos despedazados por la chuza de los bárbaros auxiliares de los restauradores." (7-11-1874)

Véase desde la fecha de este último párrafo cuántos "restauradores" volvieron a aparecer: de la justicia social, de la Nación Argentina, de la democracia, de la felicidad y la alegría, de la memoria... no por nada conviene que el tal Hernández sea sólo el autor del Martín Fierro.

2 comentarios:

parcass dijo...

Ruben:

Muy bueno!

Tengo hace mucho('85)un libro de THD: "Jose Hernadez y sus Mundos".
Si podes dale una hojeada.

Saludos

Carlos dijo...

Totalmente de acuerdo, Rubén. Hernández es un personaje muy interesante de nuestra historia; tenía las ideas claras y el coraje necesario para defenderlas. Coincido en que a la exaltación del Martín Fierro por parte de Lugones y los que siguieron, se debe el olvido de otros aspectos de la vida de JH.