Para algunos les sorprende que políticos de la ex
Concertación se haya izquierdizado tanto como barrer lo que hicieron cuando
fueron gobierno, como el actual ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. La
coalición que gobernó durante veinte años estuvo conformada por la Democracia
Cristiana y la ex Unidad Popular. En materia de derechos humanos seguían al
Partido Comunista, que estaba excluido de esa alianza. La DC chilena a
diferencia de la Democracia Cristiana alemana es un partido de Izquierda. La DC
chilena tenía un programa similar a la Unidad Popular, sólo que era estatista,
según ellos. Eran estatistas más no totalitarios. Sin embargo, de nada sirve la
distinción entre totalitario y estatista, cuando éstos últimos eliminaron el
artículo que resguardada la propiedad privada. Alguien me puede decir, ¿cómo
distinguir o separar la línea entre el estatismo y totalitarismo, cuando no hay
ningún dique o contrapeso al poder? El primer límite al poder es el respeto a la
propiedad privada. Y es donde nacen las demás libertades.
Nicolás Eyzaguirre, Eugenio Tironi, Ricardo
Lagos y otros más nunca cambiaron.
Hay que recordar que el Partido Comunista se
demoró más de treinta años en tener a los demócratas cristianos como
aliados. La agenda de la Nueva Mayoría
la maneja el PC, lo que digan los DC vale un rábano. Eso quedo demostrado en la fallida designación
de una sub secretaria de Educación por tener vínculos con el lucro. Así, lo
vemos por ejemplo, en la pugna de los dos sectores al interior de la coalición.
Mientras la Izquierda radical propone hacer la política imponiendo, recordando
el lema ‘Avanzar sin transar’ de la Unidad Popular, los DC quieren dar la
impresión que desean escuchar las propuestas de la derecha, siempre y cuando
acepten de las reformas o el programa de Bachelet. Sí o sí. La última
declaración que leí al estilo de la UP
vino del diputado comunista, terrorista confeso del FPMR y vocero de la Nueva
Pillería, Guillermo Teilleir, quien dijo: “Estamos dispuestos a dialogar, pero
no para volver a la política de los consensos”. Obvio, si hay esto último se
acaba la Revolución chavista que lidera Bachelet. Ahora no emplean la palabra ‘revolución’,
sino que usan otras expresiones como el “nuevo ciclo
que vive Chile”. El oficialismo saco apenas un 26% de los votos, pues la
mayoría no quiso votar hablan de que “la ciudadanía ha votado por un
programa de gobierno, ha votado por el cambio, ha votado por transformaciones
importantes en Chile”. Esas palabras son del ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo. Y otras del matón de la retroexcavadora y diputado del PPD, Jaime
Quintana: "en 7 días hemos visto un gobierno que ha cambiado el clima del país".
El fallecido columnista y economista, Álvaro Bardón se moriría de la
risa al escuchar las palabras de Peñailillo o Quintana. Parafraseándolo, estaríamos
en una Revolución Cultural al estilo que
hubo en la China de Mao. Cada vez que sale electo un gobierno de Izquierda hay
una Revolución, no así cuando llega un
gobierno de Derecha. Eso lo podemos ver claramente, cuando Margaret Thatcher llegó al poder, y cuando lo hizo
Bachelet. Solamente hay que leer a las feministas de Izquierda. Y si Matthei hubiese
llegado antes de la ayudista del FPMR, no sería una Revolución.
La Nueva Mayoría está conformada por los demócratas
cristianos (los malos), pues los buenos están en la oposición, la ex Unidad
Popular con su dos partidos, el Partido por la Democracia y el Partido
Socialista, y el Partido Comunista.
La Izquierda chilena les hizo creer, desde los
noventa, a sus compatriotas que ellos no
eran los mismo de la Unidad Popular. Habían cambiado aparentemente. Respetaba
la democracia liberal y el modelo económico instaurado por los militares,
después del debacle del gobierno de Allende y los cuarenta años de socialismo
que habían dejado el país en la ruina.
Por una parte, la Izquierda reemplazó a Lenin, a Louis Althusser, a Marcuse por Bobbio,
John Stuart Mill, Anthony Giddens y el filósofo norteamericano, John Rawls.
Hasta el mismo Karl Marx lo desecharon. Lenin fue, asimismo, reemplazado por el
pensador Antonio Gramsci. Y, naturalmente, el filósofo Gianni Vattimo. La Revolución violenta fue reemplazada por la Revolución Cultural, sin que el
otro lado se diese cuenta. Y parece que nuestros representantes todavía no lo
reparan.
La Izquierda chilena no tiene nada que ver con el
laborismo británico, al laborismo de Estado de Israel o con el Partido
Demócrata norteamericano. Si la Izquierda chilena quisiera parecerse a los
partidos mencionados, tendría que renegar del gobierno de Salvador Allende,
quien fue marxista leninista, y no socialdemócrata ni liberal. Y eso no lo han
hecho. Al contrario, a medida que pasan los años, se sienten orgullosos y lo
justifican como especie de excepción durante de la Guerra Fría. ‘Por excepción’
quiere decir que no estaban por el bloque comunista y por el Mundo libre, lo
cual es falso. Cuando eran la Concertación nunca pidieron perdón por los
atropellos sistemáticos a los derechos humanos cometidas por la Unidad Popular.
Además, la Nueva Mayoría desea que revivamos ese nefasto gobierno.
Se imaginan al laborismo británico eliminando la
Carta Magna y el Habeas Corpus, que impidió que el rey Juan sin Tierra
expropiase de la tierra de los nobles porque se le daba la real gana. O se
imaginan al Partido Demócrata eliminado los Bill of
Rights. La Nueva Mayoría desea hacer barrer todos los límites. En ese sentido,
el oficialismo se parece al monarca Juan Sin Tierra que cobra impuesto por
cualquiera cosa, por una parte, y por otra, porque estaba interesado por
incrementar su poder.
En realidad, nunca hubo renovación. Cambiaron de
estrategia, mientras copaban las universidades, el poder judicial y la prensa,
los cuales fueron, precisamente, los sectores que se opusieron a la Unidad
Popular.
Para entender la historia política de los últimos
cuarenta años, hay verlo con el principio aritmética de la conmutatividad: a +
b = b + a. Mejor dicho con el principio de la identidad A= B = C.
A = La Unidad Popular y los DC que los apoyaban. El
PC estaba en la UP.
B = La
Concertación La Unidad Popular mas los DC. El PC estaba fuera de la Concertación.
Votaba por ella para que no saliera la Derecha.
C= La Nueva Mayoría: Democracia Cristiana,
Socialistas y el Partido Comunista.
Alguien escribió que la Nueva Mayoría no era la
Concertación. A decir verdad, lo eran. Eran los mismo más no se sacaban las
máscaras. Estaba haciendo un personaje que baja los aranceles, firma tratados
de libre comercio, se ufanan de que los feliciten en el extranjero, mientras
internamente, se siente autoflagelantes, porque no les gusta administrar el
modelo económico que heredaron de los miliares. Ver las columnas de Hermógenes
Pérez de Arce de los noventa recopiladas en el libro “Contra la Corriente”.
Hasta hace poco se vanagloriaban de que por primera vez los chilenos tenían
tantas oportunidades y que por primera vez el país creara tanta riqueza.
Por eso sostengo que la Izquierda le hizo al país
el cuento del tío. La expresión ‘el cuento del tío’, según Wikipedia, es el
nombre que se le da en Argentina, Chile y Bolivia a estafa. Así lo resume:
“aprovecharse de la inocencia y codicia de la víctima y una gran capacidad del
estafador de actuar y contar un historia creíble”.
La Izquierda no cree en la democracia liberal y en el capitalismo. Para lo primero acabar con los altos quorum que protegen los derechos humanos de primera generación: la libertad, la vida y la propiedad. Para lo segundo, ocupar la retroexcavadora como consecuencia de reformar la Constitución que protege los derechos mencionados.
La Izquierda no cree en la democracia liberal y en el capitalismo. Para lo primero acabar con los altos quorum que protegen los derechos humanos de primera generación: la libertad, la vida y la propiedad. Para lo segundo, ocupar la retroexcavadora como consecuencia de reformar la Constitución que protege los derechos mencionados.
La Izquierda siempre ha tenido un objetivo y un
programa, además de la perseverancia. Y eso lo hemos visto en las recientes reformas
al voto a los chilenos residentes en el extranjero y al sistema electoral.
La Nueva Mayoría que es una minoría de acuerdo al número de votantes, pues ni siquiera saco el 50% + 1, quiere el poder total.
2 comentarios:
Javier:
Te sigo con sumo interés.
Ahora bien, como sigue la cosa...?
(A propósito te recomiendo el libro (seguro que lo leíste) ¨Vida,libertad,propiedad¨ de un grande de la historia argentina ; Ezequiel Gallo)
Muchas gracias Parcass.
No lo he leído. He leído el libro 'Propiedad y Libertad' del profesor Richard Pipes (F.C.E).
Lo buscaré. Supongo que estará en la línea de Pipes.
saludos
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