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En un principio tenía pensado el título Los políticos se han desprestigiado solos. Además, cayó como anillo al dedo al conmemorarse los treinta años del triunfo del “NO” por el plebiscito de 1988. Obviamente, los opositores al Gobierno Militar -que literalmente resucito al país desde las cenizas como es el nombre de un libro inmenso que aborda cómo llegamos al debacle y cómo los militares tuvieron que fundar de nuevo el país- la historia están contada en forma unilateral. Los políticos recuperaron la democracia. Es falso.
Existió un 5 de octubre de 1988, porque antes hubo un 11 de septiembre de 1973. Y el en intertanto, se aprobó la Constitución de 1980 que fijo el plebiscito con las dos opciones. Al contrario de lo que ha dicho el ex presidente socialista, Ricardo Lagos, si ganaba la opción “SI”, la dictadura como le llaman no iba continuar.
Por tanto, tiene razón el sociólogo Eugenio Tironi, cuando afirma “que el plebiscito de 1988 es el fruto de las protestas de comienzos de los ochenta y de la acción heroica de los combatientes comunistas es, desde el punto de vista histórico, una ‘falacia narrativa’. Un militar saca a luz el Bando N° 5 del 11 de septiembre de 1973 en que se específica que las Fuerzas Armadas conservaran el poder "por el sólo lapso que las circunstancias lo exijan". Los militares no querían perpetuarse en el poder indefinidamente.
No vi nada por televisión. Sólo escuché que en foro de no sé qué canal estaban el senador de Renovación Nacional, Francisco Chahuán, el demócrata cristianos, Andrés Zaldívar, otros políticos y un representante del Partido Comunista. Este último justifico la vía armada o el terrorismo amparándose en la teoría del tiranicidio o el derecho a la rebelión. De paso, hablaba mal de la CNI, la cual encontró las armas de Carrizal Bajo internadas por los comunistas y desarticulo al FPMR. Sin embargo, tanto Chahuán como Zaldívar no le dijeron al comunista que estaba justificando la violación de los humanos. Respetaban la postura del PC. El demócrata cristiano mencionó el aporte de Bachelet para recuperar la democracia. No se entera que la ex presidente es “comunista y amiga de dictadores”.
El Partido Comunista no puede justificar el derecho a la rebelión o el tiranicidio, porque dicho partido apoyo la instalación de una dictadura comunista en tiempos de la UP. Y el Gobierno Militar fue una respuesta al auto golpe que tenía pensado Salvador Allende.
Cabe recordar que el general Augusto Pinochet usaba la palabra ‘dictadura’ en el sentido que tenía en la República de Roma: “fue un magistrado de la Antigua Roma que ejercía el gobierno con carácter extraordinario, especialmente en los casos de guerra”, y no en el sentido moderno “Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad”.
Más bien, la última definición de dictadura corresponde lisa y llanamente a la Unidad Popular.
Si se trata de recodar “lo malo”, la izquierda pone como fecha de principio el 11 de septiembre de 1973, cuando cayó el gobierno de Allende a pedido de la mayoría de los ciudadanos. Lo que llaman ‘malo’ es la derrota primero del grupo terrorista MIR y luego del FPMR. Omitiendo como ha sido hasta ahora, que las verdaderas víctimas de las violaciones a los derechos humanos son las personas que fueron asesinadas o heridas por los grupos terroristas chilenos, antes de la intervención militar.
La izquierda ha sido la única que ha asesinado después de 1990. Y si se trata de empezar lo bueno, entonces la historia comienza cuando la ex Concertación tomó el poder en 1990. Olvidándose economistas y políticos de la ruina económica en que dejó el gobierno marxista de la Unidad Popular. Hasta entonces Chile había record en la inflación en la historia de la economía mundial sólo ahora superada por Venezuela y otro país africano. Alfonso Márquez de la Plata en su libro Salto al Futuro afirmó: “El Gobierno Militar se encontró con una situación realmente caótica. La gente debía formar interminables colas para obtener comida y muchas veces las personas más modestas no encontraban, luego de largas de espera, alimento alguno para satisfacer el hambre de sus hijos”. En la última contienda presidencial entre Sebastián Piñera y el periodista Alejandro Guillier, varios economistas mandaron un carta Proyecto progresista para Chile con el objeto apoyar al candidato de la Nueva Mayoría, en la segunda vuelta. Me llamó la atención la primera línea de la carta: “Desde la recuperación de la democracia, las condiciones materiales de la población -incluyendo una marcada reducción de la pobreza- mejoraron sustancialmente”. Más bien, habría que decir desde que el Gobierno Militar liberalizó a economía, las condiciones materiales de la población comenzaron a mejorar considerablemente, partiendo con el decreto ley que acabo que el Estado fija los precios. Y luego la apertura comercial, que permitió a los chilenos acceder a bienes que sólo unos pocos adquirían viajando al extranjero.
La izquierda ha sido la única que ha asesinado después de 1990. Y si se trata de empezar lo bueno, entonces la historia comienza cuando la ex Concertación tomó el poder en 1990. Olvidándose economistas y políticos de la ruina económica en que dejó el gobierno marxista de la Unidad Popular. Hasta entonces Chile había record en la inflación en la historia de la economía mundial sólo ahora superada por Venezuela y otro país africano. Alfonso Márquez de la Plata en su libro Salto al Futuro afirmó: “El Gobierno Militar se encontró con una situación realmente caótica. La gente debía formar interminables colas para obtener comida y muchas veces las personas más modestas no encontraban, luego de largas de espera, alimento alguno para satisfacer el hambre de sus hijos”. En la última contienda presidencial entre Sebastián Piñera y el periodista Alejandro Guillier, varios economistas mandaron un carta Proyecto progresista para Chile con el objeto apoyar al candidato de la Nueva Mayoría, en la segunda vuelta. Me llamó la atención la primera línea de la carta: “Desde la recuperación de la democracia, las condiciones materiales de la población -incluyendo una marcada reducción de la pobreza- mejoraron sustancialmente”. Más bien, habría que decir desde que el Gobierno Militar liberalizó a economía, las condiciones materiales de la población comenzaron a mejorar considerablemente, partiendo con el decreto ley que acabo que el Estado fija los precios. Y luego la apertura comercial, que permitió a los chilenos acceder a bienes que sólo unos pocos adquirían viajando al extranjero.
Los políticos que nos han gobernado desde 1990 no tienen nada que festejar. Más bien, debería sentir vergüenza porque no somos todavía un país desarrollado.
Queda más claro como el agua que los políticos que nos gobiernan son unos mediocres, porque nunca hubieran hecho las reformas económicas y legales que hicieron los militares. ¿Alguien cree que el ex presidente Eduardo Frei Montalva hubiera las hubiera hecho, aunque el partido Demócrata Cristiano tenía varios economistas con ideas modernas que por un acto patriota trabajaron para el Gobierno Militar? Con todo, en ese partido predominaba el socialismo cristiano o el comunitarismo, luego se opusieron a la Constitución de 1980 y al modelo económico. Aceptaron el modelo después de los noventa por pragmatismo y no por convicción. De allí que hayan aprobado las nefastas reformas de la Nueva Mayoría que tenían por objeto destruir las bases económicas e institucionales que dejaron los militares.
Los mismo vale para los partidarios de la ex Unidad Popular que se agruparon entre el Partido por la Democracia, el Partido Socialista y el Radical que por pragmatismo optaron por preservar el modelo, no por convicción, cuando fueron la Concertación.
Tanto los demócratas cristianos como los ex UP no se sintieron jamás augusto con el modelo. En la ex Concertación existían dos almas.
En estos treinta años han aumentado la burocracia y los impuestos.
Todas las reformas impulsadas desde la izquierda han fracasado: la reforma procesal penal, el royalty minero, la jornada escolar completa y el transantiago. Lo mismo ha ocurrido con las reformas que hizo Bachelet en su segundo mandato: la reforma tributaria, la Ley de Inclusión, la gratuidad en las universidades, la reforma laboral.
Lo que no funciona es por culpa de la izquierda. Hace tiempo leí: “lo que funciona el socialismo lo echa a perder”. Los fondos de pensión o AFP están mal gracias a las reformas que hicieron los políticos de la ex Concertación.
Gracias al ex presidente demócrata cristiano, Patricio Aylwin tenemos dos problemas. Es el legado del mal llamado ‘estadista’:
En primer lugar, que el sesgado Informe Rettig llamado ostentosamente “Verdad y Reconciliación”, no ha traído reconciliación en el país, pues basa en mentiras o medias verdades. Es unilateral, esto es, sólo desde el punto de vista de la izquierda. En dicho Informe, por ejemplo, para el caso del asesinato del Teniente del Ejército, Roberto Zegers Reed no aparece mencionado el grupo terrorista FPMR ni se usa la palabra ‘terrorista’. Tampoco aparece el nombre del victimario que asesino al joven oficial. A Aylwin los grupos terroristas chilenos lo extorsionaron para entregase ese Informe y que persiguieran a los militares como dijo en su oportunidad el ex senador Hernán Larraín, cuando los mapuches terroristas hicieron la huelga de hambre durante el primer gobierno de Piñera. Así se consiguió la transición o transacción más exitosa de la Historia. Los terroristas libres y los militares a la cárcel. La Ley de Amnistía beneficia a los miristas y no a los uniformados asignados a la DINA.
En segundo lugar, la violencia y terrorismo desatado en la región de La Araucanía. Todo porque Aylwin firmo un decreto o ley que permite a cualquiera persona con ascendencia mapuche reclamar tierras, violando el derecho a la propiedad privada. Para el plebiscito de 1988 en esa región ganó la opción “SI” y el general Augusto Pinochet fue nombrado Lonko.
Ricardo Lagos fue opositor al modelo económico. Él siempre ha sido contrario al mercado. Tenemos sus célebres palabras que escribió antes de asumir Allende: "La única y verdadera solución es, entonces, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, los cuales deben pasar al Estado". Cuando gobernó creó el monopolio del Transantiago. No pude encontrar las palabras que dijo en esa ocasión. Recuérdese el caso MOP-GATE.
Los políticos de izquierda puede decir cualquiera cosa y pocos los refutan. Nadie le saco en cara a Ricardo Lagos el 5 de octubre pasado su apoyo a la dictadura castrista: "Él colocó en el tapete el tema de la desigualdad en América. Los progresos sociales del pueblo cubano bajo Fidel son indesmentibles".
Cuando acabo el reinado de la ex Concertación apareció el Informe de corrupción 1990 a 2008 dado por el Instituto Libertad ligado a Renovación Nacional. Allí aparecía el despilfarro de dinero como si nada. En total se habían perdido 1.111.601.623.359 de pesos en los veinte años de gobiernos de izquierda.
La cumbre de la mediocridad la tuvimos en el segundo gobierno de Michelle Bachelet que ganó con el apoyo de la Democracia Cristiana, el Frente Amplio, el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Partido Radical y el Partido por la Democracia, cuya coalición se auto proclamo la Nueva Mayoría, aunque a la postre resultaron la Nueva Minoría. Dicho gobierno que intento hacer una revolución, resultó un fracaso. La mayoría de los chilenos se opusieron a sus reformas, que a los políticos de ese conglomerado no les importó.
¿Creen que los políticos de la ex Nueva Mayoría les importe que las empresas que aún están en manos del Estado estén quebradas, además, de la tremenda deuda pública que dejó Bachelet?
Por los gobiernos de la mediocridad está la Concertación, el primer gobierno de Piñera, la Nueva Mayoría o el segundo gobierno de Michelle Bachelet y el segundo gobierno de Piñera hasta ahora.
Si el día de mañana los historiadores desean ponerle un nombre a este período que van desde 1990 hasta adelante, les propongo los gobierno de la mediocridad.
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