Súbitamente los escribidores domingueros se apiolaron que la situación entre la Argentina y Uruguay está escalando hacia un punto de no retorno. Recién ahora Morales Solá (en La Nación) y Van der Kooy (en Clarín) apuntan algo que era bastante obvio: si se rechazan todos los fallos internacionales, queda poco espacio para el diálogo y se abre el camino a cualquier acto delirante. Algo que por cierto, yase había escrito en éste blog.
La noticia del día, acerca de que el fundamentalismo ambiental también cortaría las rutas en Colón da la pauta de lo que se logra con su mensaje dual “no quiero cortes, pero no voy a hacer nada para evitarlos”.
El efecto a corto plazo, es que deben subir a pasos acelerados las acciones de Buquebús, porque a pesar que el gobierno quiera convencer a la opinión pública que se trata de una causa nacional para esconder su incapacidad para parar el conflicto, la gente va a seguir viajando a Uruguay de la manera que mejor pueda.
La incapacidad del gobierno K, además de propiciar que en cualquier momento un imbécil salga de la galera con una guerrita, como la que pinta Santiago Varela, (y que también se amagó con fogonearse desde el poder) sigue demoliendo las bases del orden constitucional, al reconocer que las asambleas autoconstituídas, deliberan y gobiernan, y que no hay un Estado de Derecho capaz de ponerles límites.
5 comentarios:
¿Será todo esto Las Malvinas de Kirchner?
Yo le veo un parecido con Palestina, mas que una guerra abierta entre estados. Los grupos de choque estan.
Perdón Van der Kooy no publica en Clarin ?
Ooops, George. Corregido el desliz. Y eso que había puesto el enlace al Gran Diario Argentino y todo.
Enzo
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