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19 de enero de 2017

Radicales

Lindo titular para escupir el desayuno:

Con la salida de Carlos Melconian, se acelera el desembarco del radicalismo en el manejo de la economía



2 de enero de 2017

Tarde

Macri quiere fusionar áreas para recortar el gasto estatal

Pregunto humildemente nada más.

¿No son este tipo de cosas las que hay que hacer en los primeros 100 días de gobierno?

Me parece que se está acordando tarde.



6 de septiembre de 2016

Cambiamos en algo y no es poco




No van a faltar los que digan que al menos a la otra se le entendía lo que escribía.


19 de marzo de 2016

Los primeros cien días

Como no vamos a ser menos que el resto de la prensa, vaya aquí nuestro análisis de los primeros 100 días de Macri en el gobierno, que en buena medida confirma y en otra corrige o amplía lo que evaluamos cuando se cumplió el primer mes de post-kirchnerismo.

Lo positivo:
  • Para desgracia de las diversas cepas del peronismo, Macri sigue sin tener la menor intención de ser un Fernando De la Rúa con pelo. Por suerte dejó de pretender demostrar autoridad con medidas de riesgo como la designación en comisión de jueces de la Corte Suprema, con su elevadísimo potencial de salirle por la culata, y parecería preferir hacerlo mediante un control firme del día a día del gobierno y de la agenda, además de mantener una posición dispuesta al diálogo pero no suplicante o resignada con las diversas oposiciones. Es reconfortante ver a los peronistas corriendo detrás de los acontecimientos, para variar, en lugar de dictarlos ellos mismos.
  • Se mantiene esa audacia de los primeros días, pero estos primeros meses la templaron y la dotaron de experiencia, lo que ha hecho que sea más efectiva y enfocada. El caso paradigmático es el discurso de apertura del Congreso el 1 de marzo, en donde por primera vez un presidente no peronista se atrevió a enrostrarle en cara al peronismo, ante los ojos de todo el país, el desastre absoluto político, económico, institucional y social en el que hundió a la Argentina. Pero también podemos señalar golpes de efecto como los pedidos aceptados de desclasificación de archivos de EE.UU. y del Vaticano sobre el Proceso, que le cierra bien grande la boca a los kirchneristas que reclaman el monopolio de los derechos humanos... y que podría arrojar perlitas bastante interesantes, sobre todo si aparecen nombres de muchos que se las dan de grandes combatientes de la Resistencia...
  • Demostró determinación para ir de frente con algunos temas críticos como las negociaciones con los holdouts y el sinceramiento tarifario, que son bastante difíciles de defender ante una opinión pública que cree que es un derecho humano ser bancada desde arriba y que la puede el nacionalismo pelotudo y adolescente. Aunque es cierto que todavía faltan tres tragos bastante amargos, sobre todo para Capital y Conurbano (actualización de tarifas de agua, gas y transporte), y que el Gobierno parece encarar con pies de plomo a partir de la experiencia del sinceramiento de la electricidad...
  • Ha logrado instalar de manera bastante exitosa la noción de que el descalabro económico actual es el resultado de los doce años de desconche kirchnerista, y que si hoy en día estamos así es porque nos pasamos los últimos años hundidos en una orgía de despilfarro, delirio y corrupción populista que vamos a seguir pagando por un buen tiempo. Y aunque Macri no lo diga para no quemar puentes, no hace nada para facilitarles a los peronistas que hoy se las dan de guerreros éticos del federalismo desentenderse de su pasado de foquitas aplaudidoras y levantamanos de la Vaca Estúpida. Queda todavía por ver si esta noción instalada puede echar raíz en la sociedad argentina, y sobre todo si logra convencer al país de que no se trató de que los Kirchner fueran circunstancialmente malos (y que por tanto existe tal cosa como un populismo bueno), sino que se debió a un sistema que ya es insostenible. La base lograda es buena, pero todavía queda el desafío de lograr que los argentinos entiendan que el problema no son los populistas sino el populismo.
  • Ha sabido aprovechar la ola de buena voluntad (e indudable alivio por hartazgo) que desató en el resto del mundo el final del Cristinato, así como los tropezones que viene pegándose Brasil de la mano de los delincuentes de Lula y Rousseff, lo que permitió una rápida recomposición de las relaciones con Occidente y con otros países de la región... aunque todavía faltan pasos importantes en materia de generación de confianza y estabilidad para lograr que esa buena voluntad se traduzca en inversiones. Pero es un buen comienzo, y parece firme.
  • Por ahora logra combinar flexibilidad con firmeza en sus tratos con los otros actores de poder (peronismo, provincias, sindicalismo, etc), y sigue siendo capaz de recalcular cuando es necesario, en lugar de dejarse morir defendiendo colinas que no valen la pena, como lo hacía el kirchnerismo con su terquedad suicida y psicópata estilo "Hitler en el Frente Oriental".
  • Logró construir al kirchnerismo como su rival preferido a la vez que aprovecha la descomposición de su aparato de poder, dándole la suficiente entidad como para que siga manteniéndose como una amenaza perceptible por parte de la sociedad, pero lo bastante aislado como para impedirle tender puentes con el resto del peronismo, que por momentos parece más ansioso de desentenderse de la Vaca Estúpida que Macri. O sea, lo que nunca debieron haber dejado de ser: una banda de payasos gritones. Y ahora que vienen sucediéndose en tropel las revelaciones sobre la corrupción pingüina, los kirchneristas van a quedar en la intersección del fanatismo, la delincuencia y la irrelevancia, pero bien a la vista de todos, No creo que Macri se haya olvidado de que hubo mucha gente en todo el país, e incluso en Buenos Aires, que lo votaron porque era preferible antes que el kirchnerismo, y hasta que logre sostenerse por sus propios méritos, el kakaje seguirá siendo el punching ball favorito del macrismo...
  • Todavía mantiene dentro del redil a los tirabombas de la Coalición Cívica y a los acomodaticios de la UCR, al tiempo que mantiene índices de aprobación bastante elevados considerando lo movidito de estos primeros 100 días. No es poca cosa.
  • Supo instalar, por lo menos en lo discursivo y simbólico, la percepción de un giro respecto de cómo se venían manejando los asuntos públicos. Bastante se ha hablado del cambio de relación con la prensa, del fin de la fobia kakal a la crítica y del resurgimiento del Congreso como ámbito de negociación en vez de tribuna de androides pavlovianos levantamanos.

2 de marzo de 2016

Era hora

"Nuestras fronteras están virtualmente indefensas, ya que sólo el 17 por ciento está radarizado y, encima, nuestra capacidad de defensa aérea es muy escasa. De hecho, todo nuestro sistema de defensa está desatendido, con aviones que no vuelan, unos pocos barcos que funcionan y escasez de equipamiento en todas las fuerzas armadas."


Grata sorpresa escuchar esta admisión descarnada del real estado de cosas de la defensa nacional de parte del propio Comandante en Jefe de las FF.AA. en el discurso de apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso.

Es más grata, por no decir sorprendente, después de décadas de declaraciones sanateras y autocomplacientes (por no decir masturbatorias) acerca de la "inexistencia de hipótesis de conflicto", la "integración de las FF.AA. a la sociedad", y otras frases hechas que no sólo pretendían excusar la inacción, sino que además justificaban la desidia pasada de tantos calientasillas que pasaron por el Edificio Libertador.

Y si le cabe a la cuestión militar la frase que dijo después Macri de que "será una tarea de la Justicia investigar si esta situación que recibimos fue fruto de la desidia o la incompetencia, o de la complicidad", tanto mejor.

Ya sé y me queda bien claro que del dicho al hecho hay mucho trecho y que facta, non verba, pero con cómo está la mano en materia militar en la Argentina, con tener en la mano un poco de dicho y algo de verba sobre el estado real de las cosas, alcanza como punto de partida.

A ver ahora cómo se pretende solucionar el problema.



10 de enero de 2016

Balance del primer mes

Como parece que está de moda en el día de hoy, acá va el balance de BlogBis del primer mes de Mauricio Macri en la Presidencia.

Para destacar como positivo está el hecho de que parece no tener la menor intención de ser un Fernando De la Rúa, es decir que no se va a comportar como un premier escandinavo cuando sabe que está gobernando un país a cinco minutos de la anarquía. Esto implica tomar decisiones rápidas, controvertidas y terminantes (Retenciones, cepo cambiario, Corte Suprema, AFSCA/AFTIC, Cresta Roja, ñoquis, etc.), en un ánimo de "golpear primero y negociar después" para marcar fortaleza y no dejarse prepotear por el peronismo.

Aunque este estilo pueda parecerse demasiado al kirchnerismo, bien vale señalar que no convierte sus decisiones en batallas de vida o muerte al estilo de la Bos Stultus, y que es capaz de efectuar retiradas tácticas cuando conviene (de nuevo, como en el caso de la Corte). En un contexto en el que tiene que negociar con verdaderos piratones de la política frente a una sociedad impaciente, no es una mala habilidad para poseer.

También parece existir una voluntad de utilizar los resortes del poder estatal para asegurar la gobernabilidad (el envío de la Gendarmería para despejar el camino a Ezeiza, el control de la caja para alinear gobernadores e intendentes), de buscar posiciones de fortaleza para negociar con el peronismo, y de encarar los problemas endémicos del país (gasto público, colonización del Estado, regulaciones delirantes y contraproducentes) de manera inmediata y tajante.

Ahora, para marcar lo negativo, para empezar está la inocencia, candidez, pelotudez o ingenuidad con que parece moverse frente al criptoestado que supo crecer en la Argentina, como se demuestra la sucesión de tortazos en la frente que viene ligando con la fuga de General Alvear. Puede que haya factores atenuantes como la magnitud del caos hallado, la escasez de gente apta para manejar el problema o la penetración de la corrupción en las instituciones, pero no deja de haber un problema de ingenuidad en el fondo que esperemos que lo puedan extirpar en el tiempo que les queda.

Luego hay un problema de falta de control en la comunicación. Se vio durante la transición con las idas y vueltas (y contradicciones) en torno al impuesto a las Ganancias; que si se iba a modificar la escala, que si se iba a eximir al medio aguinaldo, etc... y quedó patente con el fiasco de la falsa captura de los tres prófugos, en donde una lista espeluznante de grandes figuras (Macri, Michetti, Peña, Vidal, Bullrich, siguen las firmas) del elenco gobernante entraron con caballo y todo a la venta de diez toneladas de merluza podrida.

Todo esto tiene obviamente lugar en un escenario donde hay factores favorables y contrarios a las intenciones del nuevo Gobierno.

Entre los factores favorables podemos señalar en principio la valoración que se hace de la calidad técnica y profesional de muchas figuras de la primera línea gubernamental (hay otras que no la demuestran tanto, y la necesidad de cubrir lugares en la Nación pudo complicar el armado de equipos aptos en Provincia y Ciudad), el aparente respaldo de la sociedad a la intención expresada de promover un cambio positivo en el sistema político y económico, el hecho de que el peronismo no controla los grandes distritos volteadores de gobiernos no peronistas (es decir, las provincias de Buenos Aires y Santa Fe), y el estado de deliberación en el que quedó el PJ tras los sopapos de octubre y noviembre.

Sin embargo, juegan en contra del Gobierno la falta de gente propia, apta y confiable para cubrir todos los cargos vitales del Estado, su debilidad parlamentaria frente al PJ, particularmente en el Senado; la endeblez de su coalición de respaldo (conformada por un partido con escasa presencia territorial, otro partido viejo que se siente más cómodo siendo la leal oposición del PJ que haciéndose cargo del poder, y un tercer partido excesivamente purista que no entiende que para limpiar hace falta meterse en la roña), la magnitud de la corrupción, decadencia e infiltración criminal en las instituciones; un Estado hinchado, desarticulado, incompetente, plagado de inútiles y acomodados e incapaz de organizar una orgía en un puterío; la oposición de las diversas cepas del Partido Fascista Argentino (un kirchnerismo residual violento y psicópata que cree que dejar el Gobierno es pasar a la clandestinidad en Sierra Maestra; un peronismo tradicional que espera la primera oportunidad para producir una emboscada, un peronismo "renovador" que tiende una mano con la esperanza de tomar a Macri de rehén, y un sindicalismo que promete hacer la vida imposible), y una economía en coma profundo que requiere soluciones tajantes pero difíciles de asimilar.

Y todo eso frente a una sociedad no del todo consciente de la magnitud del desastre social, político y económico, que de golpe exige que en un mes haya soluciones para todos los problemas del país que sean definitivas y aplicadas con eficiencia germánica, consenso suizo y pulcritud escandinava, después de tolerar con la paciencia de Job durante ocho años a una frontalizada bipolar de mierda que se tuiteaba encima y que bailaba en escenarios mientras el país se derrumbaba y a un imbécil que se pasó pintarrajeando de naranja la Provincia y balbuceando "feesperanzadeportepapafrancisco" ante cualquier pregunta... como lo demuestra la urgencia por hacer balances de un Gobierno que apenas cumple un mes de vida.

En fin, se nos vienen tiempos interesantes...


27 de diciembre de 2015

Dentro de la ley, todo (Diario Los Andes)

Dentro de la ley, todo

Por Fernando Iglesias

El último presidente no peronista que terminó su mandato fue Marcelo T. de Alvear, que gobernó el país entre 1922 y 1928. Después llegó el primer golpe de Estado de la historia nacional, cuando en 1930 el general Uriburu, fundador del Partido Militar, llegó a la Casa Rosada acompañado por el entonces capitán Perón, fundador del Partido Populista.

Siguieron ochenta y cinco años en los cuales el poder político nacional se dividió entre las dos ramas del nacionalismo autoritario argentino, la elitista y la populista, con cinco golpes de Estado dados por el Partido Militar; con el Partido Populista (en 1943), contra el Partido Populista (en 1955 y 1976) o con el apoyo del Partido Populista (en 1962 y 1966), según los casos.

Finalmente, desde la recuperación de la democracia en 1983, los únicos dos gobiernos no peronistas que el país se dio sufrieron dos destituciones civiles con saqueos y complicidad policial (1989 y 2001). Ambas, con la participación probada del Partido Populista y sus dirigentes. Si no se empieza de aquí, no se entiende nada de lo que está haciendo Macri ni lo que pasa en la Afsca ni de la política argentina.

Lo digo para subrayar que asistimos a eventos curiosos; el más curioso de los cuales es un funcionario atrincherado que ha dictado el primer hábeas corpus kirchnerista de la historia. No para pedir una aparición con vida sino para resistir un decreto emanado de un gobierno constitucional y democrático. Todo ello, en nombre de una ley que dictaron pero jamás respetaron.

Para muestra, bastan unos botones: cadenas nacionales de frecuencia abusiva y usadas como propaganda partidaria, licencias vendidas ilegalmente a amigos del poder, pauta publicitaria utilizada como sistema de recompensas y castigos, televisión pública con programas goebbelianos como 6/7/8 y tantos otros abusos de la letra y el espíritu de una ley cuyo único capítulo que Sabbatella parece haber leído es el que invoca su propia continuidad. 

La objeción de quienes dicen que el director de la Afsca sólo puede ser removido por el mecanismo previsto por la propia ley ignora dos hechos fundamentales. En primer lugar, las leyes no son autorreferenciales sino que se imbrican en un sistema jurídico interdependiente cuyo regulador es la Constitución Nacional. Y bien, uno de sus componentes básicos del régimen constitucional argentino, de tipo presidencialista, es la capacidad del Poder Ejecutivo para nombrar a sus funcionarios.

Que el funcionario a cargo de la Afsca sea titular de un mandato que excede el período presidencial y exija continuar una vez concluido el gobierno que lo designó es una excepción aceptable con una condición: la de que se haya desempeñado como funcionario estatal y no como soldado incondicional de una causa partidaria, que es lo que ha sido a todas luces Sabbatella, un funcionario designado por decreto y violando la cláusula que exigía “personas de alta calificación profesional en materia de comunicación social y una reconocida trayectoria democrática y republicana, pluralista y abierta al debate y al intercambio de ideas diferentes”. 

En cuanto al mecanismo de remoción previsto por la ley de medios está viciado del mismo problema que la entera ley; una ley aprobada en una reunión de comisión que terminó sin quórum y fue firmada irregularmente en los despachos, con diputados opositores que tuvimos seis horas para considerar 166 artículos y más de 200 modificaciones sin tener un texto impreso a disposición.

Una ley aprobada en un recinto que la oposición abandonó para no convalidar las irregularidades cometidas en su procesamiento, y que menciona treinta y una veces al Poder Ejecutivo Nacional y ni una sola vez al Congreso de la Nación o a la oposición. Una ley que habilita a tipos como Sabbatella a “declarar la caducidad de las licencias, permisos y autorizaciones” y “aplicar las sanciones correspondientes por incumplimiento de la presente ley” pero que requiere para su remoción dos tercios de los votos de un organismo de siete miembros de los cuales cinco han sido designados, directa o indirectamente, por el mismo Poder Ejecutivo que designó a Sabbatella.

Que se haya denominado a la Afsca “ente autárquico” y se pretenda que, como tal, no esté bajo la órbita del Poder Ejecutivo, es otro de los tantos chistes de mal gusto a los que doce años de destrucción del vocabulario político nos han acostumbrado. 

Mientras todo esto sucede, gentes que hasta ayer nomás defendían al régimen kirchnerista alegando que aún no habían organizado un genocidio se queja hoy de no vivir en Suecia.

Son esos que al grito de “¿Ves?, el kirchnerismo y el macrismo son lo mismo” pretenden igualar el asesinato de un fiscal que denunció a la presidenta de la Nación con un decreto de intervención por 180 días que, como corresponde, dejará la discusión de la Ley de Medios en manos del Congreso. Es que el fracasado siglo XX argentino sigue resistiéndose a la llegada de un siglo XXI que promete ser mejor, y Sabbatella es su abanderado. 

Macri, por su parte, sigue demostrando que no está dispuesto a ser un nuevo De la Rúa; un presidente que si en 2001 hubiera intervenido la Provincia de Buenos Aires a la primera señal de saqueos y zonas liberadas hubiera podido completar su mandato y salvarnos de doce años de ignominia. Y es esto, la decisión de Macri de no renunciar a la disputa del poder ni dejarse correr con la República por admiradores de Carl Schmitt, lo que desespera a los muchachos; no la defensa de las instituciones que redujeron a polvo hasta donde pudieron.

Es esto lo que los pone mal y les provoca atrincheramientos: tener que discutir los nombramientos de la Corte en una situación equilibrada y con dos jueces intachables ya propuestos, en vez de esperar a marzo con el cuchillo en los dientes para imponer como juez de la Corte Suprema al senador Pichetto; la salida del sistema de los medios públicos de ese artefacto calumniador de opositores que es 6/7/8 y -sobre todo- la pérdida del abundante financiamiento estatal de la militancia camporista y nuevo-encuentrista que habilitó la Ley de Medios. 

Es cierto, los nombramientos de jueces por decreto y la intervención de organismos estatales no son los mejores procedimientos, y si luego de un tiempo se convirtieran en hábitos institucionales permanentes terminarían siendo la tumba de la República. Sin embargo, son hoy las únicas alternativas a disposición del Gobierno después de una década de destrucción institucional deliberada.

Para evaluar los actos de Macri no sobra tampoco recordar las condiciones en que ha asumido: un país financieramente quebrado, institucionalmente devastado, económicamente en recesión, sin reservas ni infraestructura ni energía, con el crimen organizado y la droga entrando por todos lados, más pobres que en la década del Noventa y tres generaciones de ni-ni en la marginalidad más absoluta.

Además, asume siendo minoría parlamentaria en ambas cámaras, con una Corte Suprema que lo recibió contribuyendo irresponsablemente al desfinanciamiento del Estado y, lo que es aún más difícil de contrarrestar, con un Estado enorme e ineficiente, repleto de soldados de Cristina listos a sabotear cualquier intento de gobernabilidad con la excusa de la revolución discursiva. 

Por eso es bueno recordar hoy las sabias palabras del General: Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada. Y el gobierno de Macri, y del Pro y de Cambiemos, ha jugado duro pero respetando los límites legales. Que a doce días de la asunción se quejen por los resultados los mismos que después de doce años pedían que los votaran “para cumplir con lo que falta” no es más que otra de las paradojas que nos depara este país condenado al éxito. 

Desde la presidencia de Marcelo T. de Alvear, 1922-1928, ningún gobierno no peronista terminó su mandato. Por eso, la primera obligación de Macri con la Democracia y la República es la de terminar el suyo. Si fracasara, se abriría un nuevo cuarto de siglo de hegemonía del que se considera el único partido que puede gobernar la Argentina.

La intervención de la Afsca, el nombramiento en comisión de dos jueces para la Corte Suprema, la decisión de no permitir el bloqueo indefinido de la autopista a Ezeiza y el levantamiento repentino del cepo deben ser vistos en este contexto y como lo que son: intentos de desactivar las bombas de tiempo económicas e institucionales que doce años de locura han instaurado.

¡Es la gobernabilidad, compañeros!, dan ganas de decirle a los muchachos. No porque no lo sepan, sino porque estamos hartos de que los responsables de un cuarto de siglo de vaciamiento material y simbólico del país nos corran con la Constitución en una mano y el Manual peronista de saqueos y destitución de gobiernos que Cristina Kirchner denunciara en diciembre de 2012, en la otra. 




Así como hace unos días fue aquel artículo de Fidanza que convenientemente se olvidaba del contexto en el que tiene que gobernar Macri, hoy va uno que a mi entender sí se acuerda de cómo está el país que le toca presidir al primer gobierno en cien años que no es ni peronista, ni radical ni militar.

¿Opiniones?


24 de diciembre de 2015

Terminó Festilindo, Macri se mete en la jaula (La Política Online)

Terminó Festilindo, Macri se mete en la jaula
Por Ignacio Fidanza

Mauricio Macri se olvidó por un rato de las lecciones budistas, El Arte de Vivir y las charlas motivacionales de Stamateas. El momento es para tres rounds de cinco minutos en la jaula. Puro contacto físico y pelea sucia. Mejor Jiu Jitsu y Muay Thai que Osho. Nadie saldrá limpio de lo que viene.

Macri, muy bien asesorado, se pasó años puliendo las aristas más ásperas de su perfil de político de centro derecha: globos, discurso lleno de entusiasmo inocentón, jóvenes lindos con cara de angelitos, mucho amor, mejor recibir que golpear, amargarse porque el otro no entiende que es mejor juntos. Y cosas así.

Una coreografía encantadora, pero el poder real es otra cosa. Es lo que se ve por estas horas. Es conflicto. Es gendarmes reprimiendo a trabajadores asustados y enojados, que cortan la autopista de acceso a un Aeropuerto Internacional. Es un decreto interviniendo dos organismos creados por ley y con representación parlamentaria. Es barro. Es incómodo.

Genera tensión con los propios y sobre todo con los aliados que se pasaron años cantando odas a la República, que está claro es un concepto elástico. Cuando se está en la oposición lo que se mira son las transgresiones y cuando se es oficialismo las necesidades. Por eso Lilita. Por eso las discusiones fuertes –por ahora solapadas- al interior del radicalismo.

Pero Macri parece haber entendido lo esencial. En la Argentina el ítem uno del poder es garantizar la gobernabilidad. Porque es un país salvaje. Con aspecto agraciado, casi femenino, pero salvaje. El único lujo que no se puede permitir un gobernante en estas tierras, es la debilidad. Ahí está De la Rúa para el que necesite un ejemplo.

Claro que hay límites y equilibrios en ese ejercicio del poder, barreras que cuando se cruzan se vuelven en contra. Pero no existe un GPS que las tenga marcadas. Ahí está la gracia de la política, que es lo que Macri está haciendo. Por eso avanza y retrocede, duda, mide y define, como en toda pelea.

El manual de derecho constitucional indica que los límites están claros y la carta de navegación son las leyes. Es una linda frase para cualquiera que no sea abogado y se haya pasado la vida discutiendo qué dicen, qué quieren decir, esos textos que asumimos como mandatos. Estamos hablando por supuesto del juego al interior de las reglas democráticas. Lo otro son dictaduras.

Macri tiene un talibán que se llama Pepín. Está bien que lo tenga. Todo sistema de poder serio tiene al menos un talibán. El problema surge si son todos extremistas o si el talibán siempre gana la discusión. Pero alguien tiene que encarnar el pensamiento disruptivo, cuando la realidad hace lo que le gusta, generar situaciones de encierro, estancamiento.

Se lo nota obsesionado con fijar su autoridad. Como si hubiera percibido lo esencial. Los jueces por decreto para Lorenzetti, el embajador inconsulto al Papa, la intervención a Sabbatella y Berner, el respaldo a Angelici para Carrió, el palco a Magnetto, la carga de profundidad a Tinelli, la distancia a los buitres, el directorio a Galuccio, la disponibilidad de contratados de La Cámpora, la confrontación con el régimen de Maduro, la liberación del cepo. Y así. Todo en menos de dos semanas.

En la campaña el candidato kirchnerista lo acusó de encabezar una nueva Alianza, marcada por el virus de la ingobernabilidad, aportado por el gen radical. Macri, crea o no en esa teoría, se encargó de relegar a sus socios a cargos secundarios. No les dio el vice ni la jefatura de Gabinete ni Economía ni el Banco Central ni la presidencia del Senado.

El experimento de Macri se validará por la gestión, ya se dijo. Pero no está al frente de una empresa. Para alcanzar los objetivos que se trace, necesita política, con su dialéctica eterna de conflicto y acuerdo. Eso es lo que se ve por estas horas y así seguirá hasta que estabilice un nuevo orden, si es que lo consigue.

La Política Online

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¿Opiniones?


24 de noviembre de 2015

Hitos

A partir del domingo, podríamos afirmar que el PRO y Mauricio Macri han logrado coronar con la segunda vuelta una serie de hitos bastante notables en la historia institucional y política del país.

  • Primera fuerza política de centroderecha (diluída, bajas calorías, culposa, lo que quieran, pero de centroderecha) en alcanzar un gobierno de nivel provincial.
  • Primera fuerza política post-2001 en alcanzar un mandato de nivel provincial y en conservar ese mandato durante un segundo período (técnicamente podríamos meter acá a la facción del ARI que encabezó Fabiana Ríos en Tierra del Fuego, pero como se convirtió en otro apéndice parasitario del FPV, pongámoslo en duda...)
  • Primera fuerza política post-2001 en llevar a cabo un proceso de internas para elegir al candidato a suceder al fundador de dicha fuerza en un cargo ejecutivo (las internas de este año entre Michetti y Larreta) sin que ese proceso haya resultado en una ruptura partidaria.
  • Primera fuerza política post-2001 en transferir el mando de un cargo ejecutivo del fundador del partido a un sucesor de la misma fuerza (bah, supoooooooooongo que podríamos darle esta cucarda a Martín Sabbatella en Morón cuando le pasó el mandato de esa baronía a Lucas Ghi en 2009).
  • Primera fuerza política ni peronista ni radical en llegar al gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
  • Primera fuerza política en gobernar simultáneamente la Nación, la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires desde la reforma constitucional de 1994 (técnicamente podríamos contar el trienio 2003-2006 en el que estuvieron Nefástor en Nación, Felipe Solá en Provincia y Aníbal Ibarra en Capital, pero más allá de tirar para el mismo lado no había mucho en común entre los tres)
  • Primer Presidente de centroderecha (de nuevo, con las salvedades que quieran pero de centroderecha) en ser elegido constitucionalmente tras la aprobación de la Ley Sáenz Peña.
  • Primer Presidente en llegar al cargo mediante una segunda vuelta, con el agregado de haber podido dar vuelta el resultado de las elecciones generales.
  • Primer Presidente desde 1916 (o desde 1943, si queremos sacar a Justo, Ortiz y Castillo por pruritos de pureza electoral) que no es ni peronista, ni radical ni militar.
  • Primer ingeniero en llegar a la Presidencia desde 1932 si contamos a Agustín P. Justo o desde 1981 si contamos a Leopoldo Galtieri.

Pero claro, todavía le faltan algunos hitos bastante importantes y bastante complicados por alcanzar.

  • Ser el primer Presidente en gobernar sin tener la mayoría o la primera minoría en el Senado y en la Cámara de Diputados.
  • Ser el primer Presidente de un conglomerado multipartidario (veremos si se da el sueño de los radicales y se transforma en una "coalición de Gobierno") en lograr mantener la cohesión entre las fuerzas que lo respaldan.
  • En 2017, ser el primer Presidente no peronista en incrementar sus bancadas en ambas Cámaras en una elección de medio tiempo (técnicamente Alfonsín lo consiguió en las legislativas de 1985, pero podríamos decir que se canceló con la derrota de 1987).
  • En 2019, ser el primer Presidente constitucional no peronista desde 1928 en terminar su mandato en tiempo y forma. O sea, en sobrevivir con el peronismo como oposición.
  • En 2019, ser el primer Presidente constitucional no peronista en ser reelegido para un segundo mandato, o en su defecto, el primero desde 1928 en entregarle la banda a otro Presidente no peronista.

Veremos si logra sumar esos otros hitos a los que ya consiguió.

En lo personal, espero que lo logre.


21 de julio de 2015

Lo que dejó la noche del domingo

Algunas reflexiones acerca de lo que pasó el domingo en la Ciudad de Buenos Aires, después de dos días de enfriar un poco la cabeza:

Para empezar, haya sido por una ventaja minúscula o no, la victoria de Rodríguez Larreta se vuelve algo bastante meritorio si tenemos en cuenta que:

  • Se logró contra todo el resto del arco político nacional: la PPP (progresía porteña pelotuda), el kirchnerismo, el radicalismo y la zurda cavernícola, unidos en un rejunte fenomenal que de haber ganado habría tenido menos futuro que un Concorde piloteado por Vicky Xipolitakis.
  • La consiguió el PRO tras ocho años de desgaste en el ejercicio, para bien o para mal, del gobierno de la ciudad, con los múltiples flancos abiertos que eso dejaba (y que Lousteau pudo atacar).
  • Fue conseguida sin la ventaja que representó en 2007 y 2011 tener enfrente al kirchnerismo; votar a Lousteau en esta vuelta no fue para el antimacrismo local el acto de batraciofagia sin Hepatalgina que habría sido votar a Filmus, y por ende a Él y a Ella, en los dos últimos ballottages porteños.
  • Se logró con un candidato que, seamos honestos, tiene menos carisma que un buzón.
  • Se le ganó a un candidato que, sacando su alta dosis de progresía pelotuda y la infinidad de críticas que se le pueden hacer, tenía hasta más perfil PRO que el propio Larreta, siendo que Lousteau reunía (por lo menos en mayor grado que Larreta) los atributos de juventud, profesionalismo y relativa desideologización que el PRO siempre trató de encarnar.
  • Se consiguió a pesar del comprensible hartazgo que generaba en el electorado tener que ir a la tercera elección en tres meses (y a la segunda en dos semanas), y de la doble sangría de votantes provocada primero por la idea de que el resultado ya estaba cocinado previamente y después por el comienzo de las vacaciones de invierno.

Con todo eso en mente, ganar por tres puntos pasa a ser algo bastante decente.

Terminando con esta disección postmortem del domingo que vivimos en peligro y pasando a otros aspectos...

27 de abril de 2015

El Mundo (España) hoy





6 de noviembre de 2014

Post fósil: We don´t need another hero

El otro día hice referencia a un post mi primera época de blogger, cuando colgaba algo en el sitio original Sine Metu. Misteriosos son los senderos de Allah, revisando correos arcaicos encontré que ese post había sido enviado por correo a un amigo uruguayo que por su puesto laboral del momento estaba impedido de acceder a Internet. Así que acá lo copio. Escrito en julio de 2004

14.07.2004Necesitamos un partido
We don´t need another hero
Ayer estuve en una conferencia de Mauricio Macri. Muchos amigos me han dicho que creen que puede representar una alternativa ante lo que tenemos, y ven alguna esperanza en que logre una alianza con López Murphy.
La verdad que me causó una impresión muy pobre.  En primer lugar no marcó ninguna posición ideológica clara. Habló de agenda, lo que en sí es bueno, pero no clarificó cual es su posición ante los problemas que enfrentamos. Y cuando le pidieron dos propuestas específicas para uno de los puntos calientes de la agenda presente, se fue en evasivas y generalidades.
Cayó además en una confusión economicista que es parte del fracaso reciente de la Argentina. Enunció que logrando la solución de los problemas económicos muchos problemas políticos se arreglarían solos. Yo, por el contrario, creo que la refutación de esta idea está en nuestra propia historia. La Argentina fue un caos -literalmente- hasta que se logró el ordenamiento constitucional en el '53 y la puesta en caja de los conflictos políticos después del '60. Luego, y sólo luego de ordenar el marco político llegó el crecimiento económico sostenido. E iniciamos nuestra lenta (y asintótica) debacle, cuando la política se desmadró. 
Lo mas serio es que repetimos el esquema que ya se ensayó  con López Murphy. Bajamos un deus ex machinaque sin estructura, sin organización, sin candidatos distritales, con la visión monocular construida en un búnker de la City Porteña y - peor aún- sin sustento ideológico claro, pretende ofrecer una solución al país, al que ve como una media que todavía puede remendarse. 
Yo en cambio pienso que a esta altura ya no podemos pensar en remiendos; A la media hay que darla vuelta, destejerla, y tejerla de nuevo. 
Lo del título viene porque cuando salí de la conferencia pensé que Macri venía apenas como otro candidato. Me acordé entonces del tema We don´t need another hero, de Tina Turner,  que justamente dice: 
out of the ruins
out from the wreckage
can`t make the same mistake this time
we are the children
the last generation
we are the ones they left behind
and I wonder when we are ever gonna change
living under the fear, till nothing else remains 


looking for something
we can rely on
there`s gotta be something better out there
love and compassion
their day is coming
all else are castles built in the air
and I wonder when we are ever gonna change
living under the fear till nothing else remains

24 de abril de 2014

Autoinflingido

Una de las novedades introducidas por la generalización de las cámaras digitales en los teléfonos son las selfies. Y la pavada que les sigue, de subirla a la web, una típica adolescentada.

Así que cuando vi lo de la iniciativa de la NASA de sacarse una selfie y subirla para celebrar el Día de la Tierra no hice mas que confirmar eso de que a nivel global la inteligencia es una constante, a pesar de que la población crece permanentemente.

Para demostrar que esta ley se cumple inexorablemente (*), el jefe de gobierno porteño se metió en el baile y publicó su fotito. Así que se merece totalmente la devolución que le han hecho en Facebook:




3 de septiembre de 2013

Nuevas de-generaciones

Proponen reducir el 70% de las cargas sociales a empresas que ocupen personas trans

Ojo, que ahora la frase "si no consigo trabajo me corto los huevos" va a adquirir otro significado.

Interesante el reportaje al pibito del PRO. Si las nuevas generaciones vienen con esta onda progre reloaded, estamos más que perdidos.


20 de diciembre de 2012

Todos ponen para el Subte



Buenos Aires mantiene el subterráneo mas absurdamente barato (y posiblemente el más desvencijado, sucio y arcaico) del mundo, que aunque pasa a la órbita de la ciudad, en la nueva administración se recurre al típico sistema argento para financiarlo: cobrarle al que no lo usa. 
Entre otras cosas, demuestra que el PRO es mas de lo mismo y que nadie tiene pelotas para tomar el toro por las astas.

[En la foto, un venerable coche de la línea A, tapado de graffitis. Algún salame piensa que esto refleja una cultura callejera " a la neoyorkina". Lástima que eso era el NY de los 70 y 80. Hoy los trenes del Subway están impecablemente limpios y muestran su piel de inoxidable, herencia de Giuliani y sus broken windows]

29 de febrero de 2012

Devuélvase al remitente por malparido

Le tiraron la red de subtes y el Premetro por la cabeza a la Ciudad sin aviso y por televisión en cuanto les empezó a doler el bolsillo, cagándose en el traspaso de recursos por traspaso de funciones que manda la Constitución (Art. 75 inciso 2). Todo para que le toque a otro apagar la música y prender la luz después de años de festichola populista, y hacerse cargo de la realidad de que con pasajes a 25 centavos de dólar no se podían ni pagar los aumentos de los sindicalistas psicópatas del subte, no hablemos ya de hacer las inversiones necesarias como para que por lo menos no hubiera coches de 90 años en circulación y uso diario.

Y encima hay que bancar que Nilda Garré, la misma ministra de Seguridad que hace un par de días quiso hacerse la boluda y culpar de su propia muerte a una víctima del cromañón ferroviario de Once cuyo cadáver las fuerzas a su cargo encontraron 50 horas después del hecho, se levante una mañana con picazón en la teta izquierda y decida sacar a la Federal del subte sin ningún aviso previo o esfuerzo de coordinación con la Ciudad, para algarabía de carteristas y chorros de diverso pelaje.

Qué quieren que les diga, me parece perfecto que bajo esas condiciones Macri le diga a la Comparsa de la Vaca Estúpida que se puede meter el Subte bien en el kulo.

Como porteño quiero que Buenos Aires maneje sus propios sistemas de transporte y de seguridad pública con sus propios fondos, pero otra cosa es poner siempre la cara para el cachetazo de esta banda de cínicos y delincuentes de mierda decidida a cagarles la vida a los tres millones de habitantes de la Ciudad por el imperdonable delito de haber votado a un partido opositor.

4 de enero de 2012

24 de octubre de 2011