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7 de febrero de 2019

Nicolás Maduro es el Salvador Allende venezolano






 
     Ante la autoproclamación del socialista, Juan Guaidó como presidente de la nación venezolana, el dictador Nicolás Maduro se comparó con Salvador Allende : “Chile… la hermosa Chile de la Unidad Popular, del gran Salvador Allende, presidente mártir de los pueblos de América”.

   A Nicolás Maduro le piden que renuncie igual que la oposición a Allende.

    Ahora bien, esa comparación irritó a la izquierda chilena como a la escritora Isabel Allende. Fue considerado como abuso y aprovechamiento. Naturalmente, a los diversos personajes de ese sector que han pasado por la política mintieron para variar. Carecen de honestidad intelectual. Por eso, no les gusta verdad. Y por esa misma razón, prefieren imponer una narrativa falsa o una “verdad oficial”, que lo que menos tiene es de una verdad.

   Cualquiera comparación del régimen chavista venezolano con el Gobierno Cívico Militar que gobernó el país entre 1973 y 1990, carece de todo fundamento, pues una de las razones de la intervención militar chileno, es que los chilenos estábamos igual que los venezolanos, tanto en términos económicos como político. La única diferencia es que Allende nunca pudo comprarse a los militares, a pesar de que el Mapu y el grupo terroristas Mir se infiltraron en las Fuerzas Armadas.

      Cuando vinieron las esposas de los dirigentes socialistas venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma a Chile, ni Ricardo Lagos, ni Sebastián Piñera se les ocurrió decir, que los chilenos ya vivieron en carne propia el comunismo allendista durante tres años lo que los venezolanos han llevado 20 años. Tampoco dijo nada al respecto el novelista y poeta culposo, Arturo Fontaine Talavera, que las recibió en el Museo de la Memoria dedicado a los terroristas. ¡Que hayan venido a pedirle ayuda a la izquierda chilena refleja que no tiene conocimiento de la historia reciente de América Latina!


       Me acordé que en la Cuba comunista hay monumento al presidente marxista chileno. Si Allende era democrático, ¿qué hace un monumento allá en la isla cárcel? En el segundo gobierno de Michelle Bachelet, el ex ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz viajo a ese país para incrementar el intercambio comercial. De paso, le rindió honores a la estatua de Allende. Nunca han reclamado por cierto los dirigentes de la ex UP. Antes de la llegada de la Unidad Popular, toda la izquierda estaba entusiasmada con la dictadura cubana

    Aquí se muestra que los zurdos son los verdaderos negacionistas, pues los revolucionarios marxistas leninistas de la ex UP, ya se no acuerdan de la Declaración de Principios de Congreso de Chillán de 1968 y del Congreso de La Serena, en 1971, en que botaban por la basura la democracia y optaron por la violencia: “La violencia revolucionaria inevitable y legítima….Sólo destruyendo el aparato burocrático y militar del estado burgués, puede consolidarse la revolución socialista”.

     Siempre sacan a relucir que en Europa hay diversos lugares llevan el nombre de Salvador Allende. El ex matón del Grupo de Amigos del Presidente (GAP), el diputado socialista Marcelo Schilling dijo: “En Francia hay ciudades que llevan calles y plazas con el nombre de Allende; no estoy seguro de cuántas llevarán el nombre de Maduro”. La prensa europea occidental antes de la intervención militar del 11 de septiembre de 1973, era bastante ácida con respecto al gobierno de la Unidad Popular como cuenta la periodista Nena Ossa en su libro Thank You Allende! La prensa europea que criticaba a Salvador Allende como lo hacen ahora con Nicolás Maduro cambio radicalmente el mismo 11. Y eso que todavía estaba fresco la Primavera de Praga de 1968, donde los tanques soviéticos entraron a Checoslovaquia. Todo cambio gracias a la mano negra de la KGB en los medios occidentales. No hay otra explicación más lógica. Ahora Francia le acogida de asilo al terrorista del FPMR que asesino al senador de la UDI, Jaime Guzmán. En realidad, el país galo no es buen ejemplo en muchas cosas.     

   Los Socialista históricos que se enojaron con las palabras de Maduro son unos verdaderos mitómanos. Éstos fueron José Antonio-Viera Gallo, Marcelo Schilling, Sergio Bitar, Ricardo Solari, Ricardo Núñez Muñoz, Jaime Gazmuri. Dijeron que Allende era democrático, respetuoso de la Ley y la Constitución. Y el abogado de derechos humanos del Partido Comunista, Eduardo Contreras, a quien Bachelet nombró embajador en Argentina durante su segundo gobierno.

   El ex ministro de la Unidad Popular, Sergio Bitar expresó: “No podemos callar y aceptar que Maduro pretenda guarecerse en la imagen del Presidente Allende, desprestigiándolo y distorsionando la realidad. Allende es un símbolo de integridad moral, de compromiso social y de vocación democrática incuestionable. La experiencia de Maduro, en cambio, ha traído persecución política, miseria, crisis humanitaria, hambre”. Se equivoca el ex ministro en cuanto Allende. Todo lo que le acusan a Maduro lo hizo, pues trajo miseria. Ya no se acuerda de las JAP, del desabastecimiento, producto de las propias políticas de la UP.

   ¡Qué manera de mentir! El socialista Schilling dice: “Allende se propuso construir una sociedad más justa, respetando la Constitución, las leyes y la democracia. Nunca reemplazó al Congreso por una Asamblea Constituyente ni desconoció las normas vigentes”. Falso. No respeto la Constitución, la democracia y las leyes. Allende quería reemplazar el Congreso por el poder popular tal como lo denuncia el Acuerdo de la Cámara de Diputados: “Que, para lograr este fin, el Gobierno no ha incurrido en violaciones aisladas de la Constitución y de la ley, sino que ha hecho de ellas un sistema permanente de conducta, llegando a los extremos de desconocer y atropellar sistemáticamente las atribuciones de los demás Poderes del Estado, violando habitualmente las garantías que la Constitución asegura a todos los habitantes de la República, y permitiendo y amparando la creación de poderes paralelos, ilegítimos, que constituyen un gravísimo peligro para la nación, con todo lo cual ha destruido elementos esenciales de la institucionalidad y del Estado de Derecho;”. Y Bachelet en su último gobierno, intento algo parecido con los cabildos. Sólo el político Cristián Monckeberg señalo que esas asambleas para la nueva constitución eran ilegales.

    El ex ministro del Trabajo, Ricardo Solari dijo: “tratan de comparar la pulsión heroica en el día final de Allende con la épica eventual de una confrontación promovida por fuerzas externas, si fuera el caso”. Según dos periodistas, Allende quiso rendirse y luego fue asesinado por los cubanos.

   El ex sub secretario de Justicia de Allende, José Antonio Viera-Gallo recuerda que los comunistas chilenos supongo compararon al general Wojciech Jaruzelski con el general Prats y al Movimiento Solidaridad con el paro de los camioneros contra Allende: “Algunos dirigentes del Partido Comunista ya lo hicieron una vez con el movimiento Solidarność en Polonia, donde comparaban a Wojciech Jaruzelski (el gobernante polaco a comienzos de los ochenta) con el general Carlos Prats, y al movimiento dirigido por Lech Wałęsa con el paro de los camioneros de 1972 en Chile contra Allende. Es decir, cosas completamente absurdas”.

     Luego agrega: “Comparar estas cosas tiene una utilidad política para justificar una posición. Pero hay una enorme diferencia: quien ha dado el golpe de Estado es Maduro. Allende nunca dio uno sino que respetó toda la institucionalidad. El movimiento chavista es populista, mientras que la Unidad Popular tenía un proyecto político. Es fuera de lugar comparar a Maduro con Allende”. Nunca respeto la institucionalidad.

    Según el profesor de Historia chileno, Jan Doxrud en un escrito titulado La Política Económica de Salvador Allende y la Unidad Popular, describe la “microeconomía del populismo”, la cual se refiere para “explicar las políticas económicas que han implementado regímenes populistas como el de Allende y otros más modernos como el de la Venezuela bolivariana”. Cuando Alex Kaiser y la guatemalteca Gloria Álvarez escribieron El engaño populista, debieron haber puesto en el centro a Salvador Allende rodeado de Hugo Chávez, Michelle Bachelet, Evo Morales, Cristina Kirchner, Pablo Iglesias, Fidel Castro y Rafael Correa.

   Lo que les falla a los políticos mencionados, es que la ex presidente Michelle Bachelet apoya el régimen de Maduro como antes respaldo a Hugo Chávez. Durante su primer gobierno Bachelet fue partidaria de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), un engendro del ex presidente Chávez. No dijo nada cuando el ex militar golpista clausuró un canal de televisión. No recibió a Lilian Tintori y Mitze Capriles. Según un reportaje , tanto ex canciller demócrata cristiano Alejandro Foxley en su primer gobierno como Heraldo Muñoz en su segundo gobierno le recomendaron tomar distancia del régimen chavista.

    Ya en el 2003 Hugo Chávez se comparaba con Allende: "lo que le hicieron a (Salvador) Allende están tratando de hacernos a nosotros".

   Cuando murió Chávez, La Fundación Allende saco el siguiente comunicado, en el 2014: “La Fundación Salvador Allende, Seccional Guayana, Estado Bolívar, hace llegar sus más sentidas condolencias a los padres, hermanos, hijos, nietos y demás familiares, por la pérdida irreparable de nuestro querido y apreciado presidente Hugo Chávez Frías, como también al pueblo revolucionario que sufre la terrible perdida, de quien aportó todo su esfuerzo físico y mental para transformar a Venezuela en un país de justicia, que pudiera llevar a su pueblo a la "máxima suma de felicidad" como dijera nuestro padre Libertador Simón Bolívar”.

   En el 2015, la Radio Chile afirmó: “Hugo Chávez nos trajo a Salvador Allende al presente. Retomó en su tierra las banderas del Presidente Allende de la Unidad Popular y el pueblo chileno construyendo una nueva vía al socialismo del siglo XXI en la República Bolivariana de Venezuela”. Más claro que el agua. Sin embargo, los Socialistas históricos no dijeron nada sobre esa comparación. Se quedaron callados.

   Cuando Hugo Chávez comenzó con su gobierno, a un compañero de universidad que militaba el PPD, le dije que el ex militar golpista era el Salvador Allende venezolano y viceversa. Se enojó.

    En el 2015, cuando vinieron las esposas de los lideres venezolanos , escribí: “La oposición venezolana está más perdida que el teniente Bello. Lo ilustra las diversas declaraciones donde comparan al régimen de Maduro o Chávez con el gobierno de la Fuerzas Armadas y de Orden (1973-1990), y no contra la UP”. Lo correcto sería: “y no con la UP”. Se entiende.

   En una entrada que escribí en septiembre del 2017 La Venezuela marxista y la Unidad Popular” deje entrever que eran lo mismo.

  Cuando la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores dijo que la situación que vive Venezuela es idéntica a la Unidad Popular, yo concluí con estas palabras:

  “Salvador Allende fue nuestro Hugo Chávez y Nicolás Maduro.    
  Hugo Chávez y Nicolás Maduro son el Salvador Allende venezolano”.

22 de septiembre de 2016

La otra cara del Padre Fernando Montes s.j.







 

 Partamos del hecho desafortunado que las personas que llaman a los militares presos políticos en el penal Punta Peuco ‘violadores a los derechos humanos’ no distinguen entre el bien y el mal, ni entre justicia y venganza, ni la distinción entre personas decentes y matones. Más aún, algunos fueron cómplices activos de los malos en estos últimos cuarenta y tanto años, por ejemplo, la Iglesia Católica chilena. Esta última tuvo una respuesta tibia o de tristeza cuando fue derrocado el gobierno marxista leninista de Salvador Allende. De inmediato crearon el Comité Pro Paz y que luego se transformaría en la Vicaría de la Solidaridad, que en un primer momento apoyo al grupo terrorista Mir y luego al FPMR. Pese a que el gobierno marxista violo los derechos humanos. Además de cometer flagelación y tortura tal cual dice el Acuerdo de la Cámara, los altos personeros de esa institución no dijeron nada. Obispo Goic dijo una frase cliché que le gusta repetir incluso a la Izquierda en el 2010: "Nosotros hemos mantenido y mantenemos la defensa de los derechos humanos”. Falso. Primero, jamás han condenado el terrorismo, ni han acogido a las víctimas de éste antes del 11 de septiembre de 1973 y durante el Gobierno Cívico Militar.

   La Izquierda les niega todo a los presos militares del Penal Punta Peuco, los mismos beneficios que recibieron los terroristas del Mir, del Frente Lautaro y del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, brazo armado del Partido Comunista. El mismo partido que apoya la dictadura del hambre de Nicolás Maduro, la dictadura de los hermanos Castro y, por último, la dictadura de Corea del Norte.

   Partamos del hecho de que la Izquierda denomina el tema de los derechos humanos a su antojo y arbitrariamente. Para ellos la expresión ‘violadores a los derechos humanos’ se refiere a los agente de Estado que combatieron el terrorismo entre 1974 y 1989. Aún cuando la Izquierda empleo la vía armada desde 1965, esto es, el terrorismo como forma de lucha, los expertos solo catalogan como violadores de los derechos humanos a los militares, no a los grupos terroristas mencionados que asesinaron, ponían bombas y secuestraban. Por tanto, la sociedad tiene los valores totalmente invertidos, pues quienes deberían entre las rejas están amnistiados e indultados. Para los políticos, académicos y abogados de los derechos humanos de la ex Concertación, los terroristas del FPMR, del Lautaro y del Mir que cometieron crímenes entre 1979 y 1990, eran solo delitos comunes. De ahí partimos mal. ¡Que hayan asesinado, puestos bombas y que cientos de personas hayan salido muertas o heridas no les importaba a la Concertación ni las iglesias opositoras al Gobierno Militar! Por tanto, no eran violadores de los derechos humanos.

   Una figura religiosa que ha cobrado relevancia a favor de los militares presos es, pues, el ex rector de la Universidad Alberto Hurtado, el sacerdote Fernando Montes s.j., quien pide que se le aplique el derecho humanitario a los enfermos terminales del Penal Peuco. Cuando fue el funeral de ex presidente demócrata cristiano, Patricio Aylwin, el columnista Fernando Thauby escribió el artículo EL FUNERAL DE AYLWIN DESDE PUNTA PEUCO . En esa columna cita las palabras del sacerdote jesuita: “Yo creo algo que le escuché a don Patricio Aylwin. Él contó que cuando su papá era niño era la revolución de 1891, y acompañaba a su padre (abuelo de don Patricio) a la cárcel a ver a su propio padre (su bisabuelo). Y nunca se olvidó de eso. La conclusión que sacaba Aylwin era que este es un problema tan traumático, que se necesita que pasen dos generaciones: las que vivieron el tema de adultos y las que lo vivieron de niños. Yo creo que tiene bastante razón”. Las palabras del ex mandatario demócrata cristiano fueron solo un pretexto para ocultar su cobardía ante los grupos violentista. Esa declaración están falsa como el falso perdón que dijo, cuando leyó el Informe Rettig.   Según el Padre Rául Hasbún, cuarenta años después de la Guerra Civil de 1981 nadie andaba sacando los muertos de uno y otro bando, porque la clase política con altura de miras amnistió a los dos bandos. Por tanto, no había rencor ni odio.

   El fino académico de la universidad jesuita ni siquiera se le ocurre cuestionar el concepto manoseado de la Memoria, que tanto le gusta hablar como dijo Bachelet en el último 11 de septiembre: “Nuestra memoria es un potente instrumento para la paz”.

   Muchos cercanos a los militares presos de Punta Peuco, se alegran que el sacerdote jesuita Fernando Montes esté del lado suyo. No sé que se trae. A mí, sin embargo, no me calza. En efecto, cuando se presentó al público el libro Miguel Krassnoff: Prisionero por servir a Chile de la historiadora Gisela Encina, la Izquierda al año siguiente sacó el libro de la profesora de castellano, Mónica Echeverría Krassnoff, arrastrado por su destino. Cabe señalar que la señora Echeverría tuvo dos hijos que ingresaron al grupo terrorista Mir. Uno de ellos es Carmen Castillo Velasco, quien estuvo al lado del dirigente y fundador de ese grupo, Miguel Enríquez, en la calle Santa Fe. Previamente, la profesora había escrito libro Crónicas Vedadas, en que termina hablando de un agente de la DINA que vive en USA. Para que vean los sesgados que son. No les importa los crímenes del Mir. El libro de Gisela Encina fue un éxito de ventas con ediciones en ruso y en inglés. Pues bien, el Padre Montes presentó el libro de Krassnoff de Mónica Echeverría supongo que en la universidad jesuita, donde injuria al oficial preso como se muestra en el video. Se nota que no leyó el libro de Encina. ¡Tan ecuánime!

 La experiencia familiar del ex presidente no tiene nada que ver cómo actuó cuando gobernó. Si fuese cierta las palabras de Aylwin, no hubiera ordenado a la Corte Suprema reinterpretan de la Ley de Amnistía de 1978, en desmedro de los militares, unos que estaba en retiro, otros que estaba en las distintas ramas de las Fuerzas Armadas. La verdad es otra. Cuando los terroristas que emboscaron al fiscal Elgueta, hicieron huelga del hambre, durante el gobierno de Piñera, el parlamentario del UDI, Hernán Larraín dijo: “No sé si fue mi impresión, mas las palabras del político oficialista dejan entrever otra cosa. El primer Gobierno de la Concertación, presidido por el demócrata cristiano, Patricio Aylwin libero a los terroristas porque temía que les causaran problemas”. Palabras que luego las confirmó el diputado socialista, Marcelo Schilling: “Alguna experiencia tengo en esto de enfrentar la violencia política de los grupos armados, y quiero decir que si en su oportunidad no se hubiesen tomado medidas como llevar adelante el Informe Rettig, hacer las leyes de reparación y levantar las limitaciones que imponía la ley de Amnistía, todo eso se habría convertido en bandera de lucha de los grupos violentista”. El ex presidente Patricio Aylwin cedió ante los grupos terroristas chilenos. Como he dicho más de una vez, el problema del primer gobierno de la Concertación no eran los militares, sino los terroristas. De ahí entendemos la rapidez de los indultos. Para la prensa opositora de la época, los terroristas presos eran “presos políticos”. Vean cómo tergiversan o alteran las palabras.

   Cuando se supo que tres uniformados iban a pedir la libertad condicional, el brigadier (r) Miguel Krassnoff, Miguel Estay y el capitán (r) Alex Ambler Hinojosa, el Padre Montes dijo: “no quiero entrar en el fondo ni amnistía ni de concesiones de los beneficios eventualmente legales que se pueden dar. Sólo celebro que se pidan informes serios”. El jesuita le niega la amnistía a los militares asignados a la DINA. No le incomoda que los miristas o los de FPMR estén libres. ¿Le va creer el informe serio del psicólogo de Punta Peuco?

 El jesuita es hombre mediocre. No le creo nada.

21 de febrero de 2013

"La Paz" a base del miedo y la extorsión



Escribí el 17 de julio del 2011 a raíz de la falsa huelga de hambre de los mapuches terroristas que habían emboscado al fiscal Elgueta y de las palabras del senador de la UDI, Hernán Larraín a propósito de la misma : “No sé si fue mi impresión, mas las palabras del político oficialista dejan entrever otra cosa. El primer Gobierno de la Concertación, presidido por el demócrata cristiano, Patricio Aylwin libero a los terroristas porque temía que les causaran problemas. Según Larraín, "Existen precedentes para hacerlo”. ¿Qué precedente? Los terroristas condenados por la Justicia Militar ajustados a Derecho. Transcurridos veintiún años, sabemos que el Gobierno que presidió Aylwin no les temía a los militares, sino a los terroristas. La Concertación siempre sacara a relucir el ejercicio de enlace, que realizó el Ejército. El auténtico problema eran los terroristas. Por ello, se encargaron de hacerle concesiones a la extrema izquierda. E incluso varios participaron en los Gobiernos de la centro izquierda. No obstante, la gravedad de sus delitos”.

 Lo anterior hasta ese momento era una conjetura o una suposición, que el peligro para la nueva democracia no eran los militares, sino los grupos terroristas chilenos. La entrevista realizada por la ‘La Segunda’ a el diputado del Partido Socialista y ex director de la ‘Oficina’ durante el gobierno de Patricio Alywin, Marcelo Schilling por al asesinato del matrimonio Luchsinger-MacKay despejó las dudas. El diputado se considera “experto” en terrorismo. Después de todo, dirigió la famosa ‘Oficina’, pues según él, se desmanteló el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el Mapu-Lautaro.

 En democracia como les gusta decir a los progres secuestraron al empresario brasileño y al hijo del dueño de ‘El Mercurio’. Y después del asesinato del senador Jaime Guzmán asesinaron a otras dos personas. De más está decir, que la Concertación no desmanteló a los grupos terroristas chilenos: el FPMR, el Mir y el Mapu Lautaro. Ya estaban destruidos. La mayoría estaban muertos o presos. Apostaría que ni en el libro “La historia oculta de la transición” del periodista Ascanio Cavallo no aparece una mención a la presión de los grupos terroristas chilenos al primer gobierno de la Concertación. Solamente se centro en los militares.

 En la entrevista deja entrever claramente, que el  gobierno de  Aylwin prefirió satisfacer las demandas de los terroristas a principios de los noventa a tener una verdadera paz: “Alguna experiencia tengo en esto de enfrentar la violencia política de los grupos armados, y quiero decir que si en su oportunidad no se hubiesen tomado medidas como llevar adelante el Informe Rettig, hacer las leyes de reparación y levantar las limitaciones que imponía la ley de Amnistía, todo eso se habría convertido en bandera de lucha de los grupos violentista”. Así se logró la llamada ‘transición pacífica a la democracia’ como le gusta llamar a los progresistas demócrata cristiano socialista. Esta es la Pax chilena. Esta es la “reconciliación”.

 Si no se satisfacían las demandas, entonces iban a incendiar el país. Por eso, el gobierno de Aylwin se encargo de indultar a los terroristas.

 Según Philippe Chesnay, autor de “Pinochet, la otra verdad”, la comisión Rettig escuchó más a las organizaciones de Izquierda que a los militares. De estas organizaciones, estaban: Los partidos socialistas y comunistas, el Mir, la Iglesia Católica a través de la Vicaría de la Solidaridad, la Comisión Chilena de Derechos Humanos, El Comité de Defensa del Pueblo (Codepu), El Movimiento Contra la Tortura Miguel Acevedo, La Corporación de la Defensa por la Paz (Corpaz), El Frente Nacional de Organizaciones Autónomas (Frenao), la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, la CUT y la agrupación de Juntas de Vecinos.

La poca seriedad que tienen las organizaciones de derechos humanos, uno lo puede ver en el asesinato de los carabineros rurales asesinados el año pasado por el Mir y ek FPMR en la zona de Junin, en Argentina. Apenas en Chile se supo del asesinato, en seguida apareció presionando al Gobierno la abogada de Codepu, quien por cierto, estaba interesada en que no apresaran a los terroristas. De hacer justicia por el carabinero muerto, allá él.

 Las leyes de reparación les han costado millones de dólares a los chilenos. Un ejemplo de ello, es que ‘La Nación’ informa que el Estado, o sea, los pobres que creen que no pagan impuestos y los que tienen bienes raíces, tendrán que desembolsar $4.650.000.000 a 31 upelientos que estuvieron en la isla Dawson. Socialistas para hablar, capitalistas para cobrar. Cada uno recibirá $150.000.000. Así como lucran los antiguos revolucionarios marxistas leninistas que despreciaban el capitalismo y el dinero, y que se hacen pasar por ‘víctimas’ del Gobierno Militar. Y finalmente, aplicar la ley de Amnistía a los terroristas, mas no a los militares, ya que los únicos que violan los derechos humanos son los militares. Se trasgredió el principio del Estado de Derecho de la igualdad ante la ley.

 Dice más adelante que se combatió el terrorismo con “apego a las libertades y garantías individuales y al Estado de Derecho”, mientras al mismo tiempo violentaron la ley con los militares. Al serle preguntado si los grupos mapuches son terroristas, él responde:” -No, porque el terrorismo está tipificado internacionalmente como una acción del Estado contra sus ciudadanos, no se trata de grupos de particulares contra otros”. Ahí le sale el ideólogo. El diputado socialista  sabe que la historia del terrorismo en Chile, no comenzó el 11 de septiembre de 1973, sino antes. Entonces, de acuerdo con la cita, el Mir, el Frente y el Frente Lautaro no son terroristas. Schilling emplea el eufemismo ‘la violencia política’ para referirse a los actos terroristas mapuches. Esa es la expresión que emplea el Informe Rettig para omitir que tanto el PS y el Mir optaron la vía armada. Cuando hablan así, da la impresión de que ‘la violencia política’ fuese una suerte de epidemia, que no se sabe de dónde salió. Quizás haya que consultar a la OMS. De repente, a un grupo de chilenos los mordió una jauría de perros no vacunados.

 Desde 1990 la clase política, ya sea por complicidad y simpatía como es el caso de los partidos de Izquierda de la Concertación, ya sea por temor y el oportunismo por la Democracia Cristiana y el actual gobierno de Piñera que se no se atreven aplicar las leyes contra los terroristas o grupos armados de la Izquierda, el país se encuentra secuestrado a merced de una minoría que no tienen ningún problema en extorsionar a las autoridades. Y que además, ha creado toda una institucionalidad para ampararlos.

 La paz social de la cual se ufana la Izquierda es una farsa. Tan falsa como los falsos torturados, los falsos detenidos desaparecidos y la propia historia que se ha inventado la Izquierda. No estamos en paz. Estamos en tregua.